El Consulado de Marruecos en Canarias acusa al Frente Polisario de “instrumentalizar” el caso de Haddi

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

El Consulado de Marruecos en Canarias defiende que el hijo de Takbar Haddi, la saharaui que estuvo un mes ante sus puertas en huelga de hambre, murió por las complicaciones de las heridas que sufrió en una reyerta y que el Frente Polisario está “instrumentalizando” el caso.

Con el apoyo de varios partidos políticos, entre ellos Podemos e Izquierda Unida, Haddi ha pedido al Gobierno español que medie con Marruecos para que le entreguen el cadáver de su hijo, Mohamed Lamine Haidallah, y para que se investiguen tanto las circunstancias de su muerte, ocurrida en El Aaiún el pasado mes de febrero, como si el joven recibió la atención adecuada de la sanidad alauí.

Durante su protesta, Haddi y sus colaboradores han hecho responsable a Marruecos de la muerte de Haidallah y han relacionado su apuñalamiento con su supuesta militancia prosaharaui.

En un comunicado de cinco páginas remitido a Efe, el Consulado de Marruecos describe a Haidallah como un joven que “ha vivido en la delincuencia desde su adolescencia” y que estuvo al menos seis veces detenido por “embriaguez manifiesta”, daños a bienes ajenos, lesiones infligidas con arma blanca y posesión de drogas.

Además, acusa a Takbar Haddi de haberlo “abandonado con su abuela y tío” cuando tenía diez años para trasladarse a vivir a Tenerife con su nuevo marido, Saleh Larussi, al que considera un “miembro propagandista del Polisario y antiguo residente de los campos (de refugiados saharauis) de Tinduf”, en Argelia.

Según el Consulado, Mohamed Lamine Haidallah tuvo una pelea en estado de embriaguez el 31 de enero en El Aaiún con dos empleados de una tapicería situada cerca del domicilio de su padre, a los que identifica como Belaid Oumkar y Abdelouahed El Kaakaoui.

A este último lo señala como la persona que hirió con unas tijeras al hijo de Haddi “en el cuello y la cabeza”.

El Consulado relata los diferentes pasos seguidos por la Policía y la Fiscalía marroquí para arrestar a los tres participantes en esa reyerta: Haidallah, detenido por allanamiento y lesiones, y Oumkar y El Kaakaoiu, por las heridas de arma blanca.

La diplomacia marroquí asegura que Haidallah fue atendido el mismo día de los hechos de las heridas sufridas en la pelea en el hospital Moulay El Hassan Ben Mehdi de El Aaiún, donde le dieron “ocho puntos de sutura, cuatro a nivel del cuello, tres a nivel del cuero cabelludo y uno a nivel del brazo”.

Según su versión de lo ocurrido, la salud del hijo de Takbar Haddi se fue deteriorando, lo que llevó de nuevo al hospital de El Aaiún, cuyos médicos decidieron trasladarlo a otros centro sanitario, el hospital Hassan II en Agadir.

Allí fue operado el 6 de febrero y murió dos días después. El Consulado precisa que la autopsia realizada a Haidallah atribuyó su muerte a “complicaciones de una herida del esófago causada por un agente punzante y perforante, como un arma blanca”.

El informe del forense también encontró en el cadáver una herida “quirúrgica” de 16 centímetros en la zona izquierda del tórax.

El Consulado subraya que el informe de la autopsia se ha entregado a los parientes de Takbar Haddi en el país, que se negaron a hacerse cargo del cuerpo, por lo que los restos del joven fueron enterrados en El Aaiún por las autoridades, “con la asistencia de representantes del Ministerio de Asuntos Islámicos, notables de la provincia y la tribu del difunto”.

También subraya que, ante las denuncias de Haddi, el caso ha sido examinado por el Consejo Nacional de Derechos Humanos de Marruecos.

La delegación diplomática adjunta a su comunicado otro que atribuye a la “tribu de la familia Haidallah”, en el que se denuncia que el Polisario “intenta explotar este asunto para fines políticos”, en una “campaña de denigración de Marruecos”, destinada a “impulsar el activismo separatista en las provincias del Sahara marroquí”.