Cuento de navidad

Sentados sobre el quitamiedos de la carretera jugábamos a adivinar qué canción sonaba en los coches que a toda velocidad pasaban por el carril más próximo a nosotros. Había que tener un oído muy fino para saber quién y qué cantaba sólo por esa centésima de estela sonora que dejaban atrás los vehículos de ventana abierta y marcha corta, casi como en aquel anuncio en el que un limpiador trataba de recordar el éxito de James Brown “Get Up” cuando el promocionado coche pasaba por delante de su cafetería. 

Cerca de las siete, con la lluvia empezando a caer, habíamos adivinado ya, o eso creíamos, unos cinco temas cada uno, quince en total. La casualidad quiso que uno de ellos se repitiera tres veces de esas quince. 

Gaspar decía que no era casualidad, sino que esas cosas en navidad, simplemente, pasaban... 

No había mucho más para hacer en este pueblo en el que el 25 de diciembre se parecía demasiado al resto de festivos del año.

Nos lo pusimos en el móvil de vuelta a la plaza de la Iglesia y antes de llegar al cruce ya nos habíamos aprendido los pasos...

La verdad es que, milagro navideño o casualidad, el tema es un temazo...