Desempleado y sin experiencia: así lanza la pandemia al paro a miles de canarios
En el paro y sin experiencia laboral. Así se encuentran 23.529 canarios, según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) correspondientes al mes de enero de 2021. Es la cifra más alta de toda la serie histórica, que comienza en 2006. Ni durante los peores años de la Gran Recesión ni tampoco a finales de la crisis financiera se había alcanzado este registro en el Archipiélago, la comunidad junto con Baleares donde más crece la pobreza y la desigualdad por culpa de la pandemia, acorde a este estudio publicado por la Universidad de Oxford.
El ISTAC divide las estadísticas de desempleo en tres columnas: personas beneficiarias de la prestación, unas 185.420; personas paradas con experiencia laboral, 255.701; y paro registrado sin empleo anterior, 23.529. Este es el dato novedoso. Primero, porque ha registrado su pico desde que se contabiliza y se hace pública esta información. Y segundo, porque ni cuando Canarias se ahogaba por el crash económico de 2008 (entre 2011 y 2014, los cursos más críticos), llegó a superar los 20.000.
Para Carmen Grau, abogada laboralista, esta cifra tiene mucho que ver con la epidemia y congrega, principalmente, a dos grupos: los jóvenes que han tenido que dejar sus estudios y buscar trabajo; y las personas que no han acudido al mercado laboral en toda su vida pero que ahora, por falta de ingresos en casa, deben hacerlo. “Es el caso de mujeres que no partían de una búsqueda activa porque han estado relegadas a las tareas del hogar y en estos momentos necesitan el empleo”, explica Grau.
“En cada crisis hay datos de desempleo involuntario. Después de 2008 mucha gente no salía a buscar trabajo por ser una misión imposible. Eso con la COVID no lo vemos. Se busca el trabajo porque las necesidades lo exigen”, agrega la abogada laboralista.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) profundiza en los datos y señala que en Canarias hay 133.000 personas que están paradas y firmaron su último contrato hace más de un año. Además, hay una diferenciación por género. En las Islas hay más de 44.000 mujeres que llevan sin empleo dos años o más, por 36.300 hombres. Y también hay 24.500 mujeres que no han trabajado desde hace entre un año y dos, por 22.800 hombres.
“Por norma general”, dice Ester Martín, secretaria de Acción Sindical de Comisiones Obreras en Canarias, “cuando hay un incremento de las personas desempleadas es que hay un incremento de personas en búsqueda activa de empleo”. También se puede deber, añade, a demandantes de cursos o prestaciones para las que se exige estar dado de alta en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). O, incluso, cuando hay previsiones de una recuperación económica.
En este sentido, el Archipiélago aún no ha actualizado sus previsiones de rebote para 2021, pero todo apunta a que se quedará bastante lejos de los anunciado a finales de 2020, cuando predijo una subida del PIB del 17%. El cero turístico hasta bien entrado el verano y los retrasos en la campaña de vacunación rebajan los vientos optimistas de una rápida salida en V, como se postuló tras el estallido del virus.
El perfil de los parados de la pandemia
Según los datos del INE, el perfil mayoritario de los nuevos desempleados durante la crisis sanitaria en el Archipiélago es el de una mujer de 25 a 34 años. En el último cuatrimestre de 2019, había 21.500 paradas de este rango. Ahora son más de 38.000. Por parte de los hombres, también hay dos grupos que destacan: el de 25 a 34 años, con 10.600 parados más; y el de 35 a 44, con 10.700 más.
Según las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, el 23% de los jóvenes canarios de entre 16 y 29 años ni estudia ni trabaja, un 3,3% más que el año pasado. Grau abunda en la idea de que esta destrucción del tejido productivo en el Archipiélago se debe a la dependencia del sector turístico. Y opina que los jóvenes canarios no pueden seguir relegando en él todas sus esperanzas. Acorde a la última actualización de la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en un escenario de “fuerte impacto pospandémico”, las profesiones más perjudicadas serían las de camareros y hosteleros. La más beneficiada: la de epidemiólogo.
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