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Ecologistas y vecinos, en contra del “taller de megayates” que se quiere ubicar en el muelle del Refugio del Puerto de La Luz

Diferentes colectivos vecinales y ecologistas han manifestado que, tras la tramitación administrativa de la licencia para poner en marcha un taller de reparación de megayates en el muelle del Refugio del Puerto de La Luz, se hace necesaria la “revisión del proyecto”, además de “su traslado hacia otro lugar donde se minimicen los impactos negativos de las operaciones industriales que previsiblemente se realicen en el lugar. Solicitan, asimismo, la realización del estudio de impacto ambiental y la elaboración de un proyecto urbanístico que dé al muelle un uso ”integrado, recreativo y de encuentro con la ciudad“.

En un comunicado enviado por Ben Magen se relata que en marzo de 2018 diferentes colectivos, entre ellos la asociación Gran Canaria Renace, solicitaron a Sanidad que revisara el proyecto de reparación de megayates que la empresa Rodritol pensaba instalar en el muelle del Refugio del Puerto de La Luz, manifestando su “desconcierto e inquietud” ante el resultado de los trámites administrativos a los que estaba siendo sometido la petición de licencia. 

Ya en el mes de junio de 2019, la Federación Foro por la Isleta, que representa a 32 asociaciones culturales, vecinales y deportivas del barrio isletero, ante la agitación y preocupación social por los posibles daños de dichas instalaciones, solicitaba la revisión del proyecto presentado a trámite y una evaluación desde el punto vista del impacto ambiental por la administración competente. 

En respuesta, la Dirección General de Salud Pública informa al Foro de que, “aunque no disponía del proyecto que se ha sometido a evaluación de incidencia ambiental por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria”, se prevé que en función de la magnitud de su actividad el área de influencia de la actividad podría incluir población residente, población ocasional y transeúnte. Asimismo, admite como núcleo de población sensible por sus características demográficas de alta densidad, alta ocupación o condiciones de salud (Centro de salud, Centro de la Tercera Edad, IES La Isleta). Siendo reconocida la incidencia de la dirección predominante de los vientos favorecedora de la exposición a las emisiones ligadas a la actividad que se pretende autorizar (emisiones contaminantes al aire, trabajos a cielo abierto al aire ambiente, ruidos, vibraciones, etc.).

Los ecologistas aseveran, además, que “se trataría de una actividad industrial ubicada dentro del recinto portuario pero que compartiría con la población circundante que soportaría los efectos colaterales de las operaciones que le son propias. La actividad del taller de embarcaciones de gran porte supondría el manejo de sustancias químicas para sus actividades habituales como las de chorreo y antifouling, y las posibles rutas de exposición de las personas. Producirá impacto visual, en un espacio de significación histórica y cultural (el Castillo de La Luz es un monumento Histórico artístico). Por otra parte, el estado actual de la zona de implantación de la instalación recuerda que cualquier actividad planificada sobre su suelo debería ir encaminada a mejorar su calidad paisajística y de encuentro de la ciudad con su zona marítima, una trama urbana que no se puede permitir el seguir contribuyendo a desdibujar con su deterioro el encuentro de puerto y ciudad en vez de contribuir a su deterioro”.

Por lo que la Dirección General de Salud Pública concluye que este proyecto “deba ser sometido a una Autorización Ambiental Integrada o una Declaración de Impacto Ambiental”.

A pesar de esta información sanitaria el Servicio de Edificaciones y Actividad del ayuntamiento y su asesoría jurídica dan por emitido por la Comisión de Interpretación y Seguimiento del Plan General de Ordenación sobre el Estudio de Incidencia Ambiental presentado por Rodritol S.L. comunicando el dictamen favorable para la implantación del taller en el istmo de Guanarteme, “dando carta de naturaleza a un proyecto que contribuye a una transformación que perjudica espacio y calidad ambiental del lugar”, apuntan los ecologistas en un comunicado. 

“Para llegar a esa conclusión lo que se utiliza es un galimatías para minimizar la realidad de la actividad de manera que no lo llama Taller de megayates sino un Centro Náutico de Servicios de Atención a Embarcaciones deportivas de gran porte y otras profesiones análogas”, critican. 

Con relación al informe técnico del Servicio de Edificación y Actividades del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, realizado en base a la tercera revisión del proyecto, se agrega una descripción detallada de los usos autorizados del suelo por el Plan y, con ello, “reincide en eufemismos y juegos de palabras en el intento de desligar el vocablo astillero de uso pormenorizado náutico deportivo, contribuyendo a una ceremonia de confusión y no llamar las cosas por su nombre. Es decir, que, sin argumentos técnicos, dice que la actividad que se realizará será de varadero y no de taller por lo tanto no es necesario su inclusión en el mencionado grupo del anexo 11 de la ley del suelo, cuando la realidad es que esta actividad además se encuadra en el anexo 1, referido al artículo 2 del Real Decreto Legislativo 1/2016, de 16 de diciembre, sujeta a Autorización Ambiental Integrada”, continúan los ecologistas. 

Por todo ello, los colectivos y asociaciones solicitan “la revisión del proyecto y que se realice el estudio de Impacto Ambiental y que dejen de utilizar artimañas y triquiñuelas legales para justificar lo injustificables”. “La actividad de reparación de embarcaciones es una actividad peligrosa, por las emisiones al aire ambiente, al agua y al suelo a lo que se añade el riesgo de incendio y explosión; por ello tiene un potencial efecto negativo sobre el medio ambiente. A esto se añade el impacto visual y acústico”. 

Solicitan que la ubicación del taller se traslade a otro espacio dentro del puerto de la Luz donde se minimicen los impactos. “Se requiere de igual forma a las autoridades competentes que se inicie la elaboración de un proyecto urbanístico que dé al muelle del Refugio un uso integrado, recreativo y de encuentro con la ciudad, sin perjuicio de la actividad del puerto de la Luz, donde participen todas las instituciones y la ciudadanía en un intercambio de una ciudad creativa abierta al horizonte de un mar oceánico”, concluyen.