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Las escuelas de cero a tres años de Canarias se preparan para la apertura con dudas sobre la ratio: “¿Con cuántos niños puedo abrir?”

(IMAGEN DE ARCHIVO) Escuela Infantil de Valle Gran Rey

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La desescalada de sistema educativo comienza en Canarias previsiblemente el próximo 1 de junio con muchas dudas aún por resolver. Sobre las primeras etapas educativas, de momento, se conoce que el ciclo de infantil de 3 a 6 años, período de depende de la Consejería, no va a reanudar su actividad hasta al menos el mes de septiembre. Diferente es el caso del alumnado de cero a tres, que acude a escuelas infantiles en su mayoría privadas y en un pequeño porcentaje a municipales. Los responsables de estos centros temen tomar decisiones equivocadas y sienten incertidumbre por la ratio que deben mantener: “¿Con cuántos niños puedo abrir?” es la pregunta que más se escucha entre los responsables. Es una duda que implica además de a los menores y a las familias al personal, ya que dependiendo del número de escolarizados que acudan al aula, los responsables de los centros podrán sacar a más o menos miembros de la plantilla de los ERTE.

Gustavo Hernández, portavoz de la asociación Educando, que integra a las escuelas infantiles de Las Palmas, explica que muchas de las escuelas han realizado sus propios protocolos de higiene y estima que el próximo lunes abran sus puertas alrededor de un 50%, aunque no tiene una estimación clara, ya que hay muchos centros se encuentran pendientes de los ERTE, las ratios y afrontan la situación con mucha incertidumbre. No obstante, subraya que el sector es muy consciente de lo necesario que es para la conciliación familiar y el desarrollo de los menores. En su caso, en principio pretende abrir su escuela en un 30% de ratio, con dos o tres bebés, seis niños de entre uno y dos años y ocho niños de dos a tres.

Desde la Asociación de Centros Infantiles de Tenerife (Acinte), Marina Amador, lamenta que al igual que se ha hecho en el caso de la hostelería no haya un criterio claro sobre cuántos niños y niñas pueden acudir a los centros. Explica que el sector se encuentra muy pendiente de una instrucción desde la Consejería en la que se aclaren asuntos como este, que al menos les sirva de guía ya que con la orden ministerial las comunidades autónomas tampoco tienen muy claro cómo se va a abordar esta vuelta a las aulas. “Los centros están preparados, pero creemos que debe salir una instrucción antes del viernes”, afirma. De lo contrario, asegura que muchas escuelas comenzarán a abrir, pero con mucha incertidumbre. La anterior consejera se comprometió a elaborar un protocolo en este sentido. No obstante, al tratarse en su mayoría de escuelas privadas pueden abrir en esta fase dos como ha dictado el Gobierno central.

Estas semanas los directores y directoras de estos centros han ido tanteando a las familias para saber con qué previsión se enfrentan a este mes de junio. Los portavoces de ambas asociaciones relatan diferentes realidades, desde familias que sí que explican que necesitan apoyarse en las escuelas infantiles ya que los progenitores tienen que incorporarse a sus puestos de trabajo a medida que avance junio, aunque también hay madres y padres con mucho miedo por la situación sanitaria.

Una nueva realidad

Gustavo Hernández recuerda que la apertura estará adaptada a la nueva realidad y que para ello han trabajado con las empresas de prevención de riesgos laborales para incluir en el plan sanitario de estas escuelas la realización de test para descartar la presencia de coronavirus en la plantilla, así como controles médicos para evitar que se incorpore personal con patologías o más vulnerable. En cuanto a los protocolos se está extremando la higiene y desinfección desde ya en los centros y se mantendrán estas limpiezas unas dos veces al día. También se omitirán aquellos juguetes que cueste más realizar labores de higiene en ellos y se establecerán turnos para hablar con los padres y madres, de manera que no haya entradas y salidas constantes de las escuelas. Así mismo, habrá señalización y protocolo en cuanto al uso de baños de cada clase, entre otras cuestiones.

Marina Amador teme que a medida que pase el tiempo haya centros que estén abocados a cerrar ya que, de momento, aún no se ha podido comenzar con la presinscripción del próximo curso y se trabaja sin previsión, con lo cual es muy difícil hacer números para estas pequeñas empresas. La presidenta de Acinte afirma que hay comunidades autónomas que están dando ayudas o a las familias o a los centros para garantizar la supervivencia de estas escuelas que son claves para la conciliación y el desarrollo de niños y niñas.

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