Siete hombres han asesinado a sus parejas o exparejas en Canarias en lo que va de año. Además, un caso sigue en investigación. Según la abogada experta en Violencia de Género María Dolores Rodríguez Rosales, “no existe un prototipo de maltratador”. Sin embargo, este año, los datos del Gobierno de España confirman que en las Islas la mayoría de los agresores son españoles, entre 41 y 58 años, y sin órdenes de alejamiento en vigor. De ellos, cinco están detenidos y a la espera de juicio, mientras que los otros dos se suicidaron después de cometer el crimen.
Tan solo dos de los asesinos son de nacionalidad extranjera. Es el caso de T. H., el alemán de 43 años que acabó con la vida de su pareja Silvia, de 39 años, y de su hijo de diez en Adeje, Tenerife, en abril. El otro hijo de la pareja, que tiene cinco años y que tras el crimen volvió a Alemania con sus abuelos, fue quien alertó de lo ocurrido a unos vecinos de la zona. La víctima, el agresor y los menores se encontraban en un monte del municipio del sur de la Isla, a donde él los había llevado. Después de que el niño advirtiera de lo sucedido, la Guardia Civil y los dispositivos de emergencia buscaron a la familia con más de cien personas activadas y con el apoyo de dos helicópteros. Los agentes localizaron los cuerpos sin vida y también al agresor, que se encuentra detenido y aún a la espera de juicio.
El otro maltratador extranjero es L. E. A., sueco de 42 años y mató a su esposa María de la misma edad en unos apartamentos de Puerto Rico (Mogán) el pasado 11 de abril. La mujer fue hallada muerta y con signos de violencia por una patrulla de la Guardia Civil después de que el agresor llamara al 1-1-2 para pedir ayuda. El hombre fue arrestado con cargos de homicidio y el juzgado de guardia de San Bartolomé de Tirajana dictó para él prisión provisional y sin fianza después de que el médico forense detectara indicios de criminalidad en el cuerpo de la fallecida.
El resto de agresores de este año en Canarias son de nacionalidad española. Es el caso de R.D, de 45 años, el asesino de Romina Celeste en Lanzarote. La mujer desapareció el 1 de enero de 2019 y su marido no denunció los hechos hasta pasados unos días y afirmó más tarde que se la encontró muerta y que se deshizo del cuerpo tirándolo al mar. Este verano, la Delegación del Gobierno para la violencia de Género confirmó que es la víctima 1005 en España. También es de la misma nacionalidad la expareja de María Soledad, un caso en el que su asesino intentó hacer creer que se trataba de un accidente. La mujer apareció muerta quemada en su coche. J.C.A.D, de 53 años, fue detenido en el mes de abril aunque, pero se sospechó de él desde un primer momento porque también tuvo que ser atendido por quemaduras.
Otro caso que consternó este año a la sociedad canaria es el de Rosa María, una mujer de 60 años que fue encontrada muerta en su vivienda en el mes de febrero en Tenerife. Interpuso una denuncia contra el agresor en 2014, pero no tenía orden de alejamiento vigente. El autor del crimen, de 58 años, se encuentra actualmente detenido. Español también es el asesino de Lilium, a quien le quitó la vida de un disparo en el pueblo de Agüimes, en Gran Canaria. Él, de 47 años, se suicidó después. Lo mismo ocurrió el pasado mes de septiembre, la expareja de Ángeles acudía al trabajo a asesinarla y se quitaba la vida después.
Ningún agresor tenía orden de alejamiento en vigor
A pesar de que tres de las mujeres asesinadas este año habían interpuesto denuncia contra sus parejas o exparejas, no existían medidas de protección a la víctima en vigor. La abogada María Dolores Rodríguez explica que, tras la denuncia, el maltratador suele mostrar más crispación. Además, buscan nuevas formas de seguir ejerciendo la violencia, fundamentalmente a través de terceras personas del entorno de la víctima sobre todo de los hijos si los hay. “La cuestión es dar donde más duele: hijos, padres, amigos, entorno laboral…”.
En el caso de que haya hijos en común, otro de los miedos de las víctimas es que los menores tengan que pasar tiempo con sus padres, los maltratadores. Así, Rodríguez concreta que “algunas víctimas no se ven afectadas porque creen que el agresor ha sido, dentro de lo que cabe, buen padre”. A pesar de que a otras, “la relación de los menores con los padres sí les produce más quebranto”. En Canarias, según el Ministerio de Igualdad, un total de cuatro menores han sido asesinados entre 2013 y 2019 (período en el que se han contabilizado los casos) a causa de la violencia machista.