Dos tortugas, un alcatraz y once pardelas, tres de ellas muertas. Este es el balance que hace el El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria de los animales afectados por la mancha de fuel provocada por el hundimiento del pesquero ruso 'Oleg Naydenov', cargado con 1.400 toneladas de combustible, a 15 millas al sur de Maspalomas, en Gran Canaria. Sin embargo, las tareas de búsqueda de más animales afectados continúan.
El biólogo y veterinario jefe del Centro, Pascual Calabiug, subraya que su equipo ha logrado que ya haya tres animales de vuelta al mar, de lo que se siente “muy orgulloso”. No obstante, aclara que limpiar a estos ejemplares afectados por el vertido requiere de una labor muy ardua, especialmente en las pardelas, a las que se adhiere el fuel a su plumaje y es mucho “más difícil de extraer”, aclara.
Calabuig explica que al llegar estos animales afectados, en primer lugar, deben hacer todo lo posible para que entren en calor e hidratarlos, ya que muchas veces llegan con hipotermia. Después de esta tarea comienza el proceso de lavado, para el que emplean detergentes, con el objetivo de disolver la grasa. Actualmente ocho pardelas ya están limpias, al igual que el alcatraz. El biólogo explica que están respondiendo bien y “comiendo mucho”. Sin embargo, después de este paso viene el de la impermeabilización, que es “bastante complejo” y “necesario para que puedan volver a volar”, asegura.
El veterinario destaca que el Ministerio de Fomento ha reforzado el dispositivo de recogida y atención para localizar a más animales en peligro de estar afectados por el combustible. Expone que además hay un grupo de voluntarios de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que está colaborando con el centro. De hecho, el pasado lunes se impartió una conferencia titulada 'Rescate de fauna petroleada: de Fisterra a Venerguera' con la finalidad de concienciar y de informar sobre este problema.
El equipo de este Centro de Recuperación normalmente está compuesto por tres operarios, un encargado y un veterinario. Sin embargo, como refuerzo se ha incorporado a otro veterinario, a una persona para la recogida de animales, así como a estudiantes que están de prácticas. Entre ellos se encuentran tres jóvenes del I.E.S Felo Monzón más un biólogo de la ULPGC y cuatro estudiantes de la facultad de veterinaria.
“Si la cosa no va a peor vamos bien”, subraya Calabiug que está convencido de que su equipo está prevenido y de que tienen la situación controlada para la llegada de más animales en ese estado, aunque “no cree probable” que la situación empeore. No obstante, insiste en que lo importantes es que este tipo de situaciones “no vuelvan a ocurrir” y que se prevengan de cara al futuro.