El volcán de La Palma no deja de sorprender a la ciudadanía y a los científicos que vigilan su evolución diariamente. Este lunes, muy cerca del cono principal, tuvo lugar un fenómeno que llamó la atención de todos, especialmente de los meteorólogos, que lograron filmar y fotografiar la aparición de una tolvanera o diablo de polvo, un remolino producido por la ceniza volcánica, el viento y el calentamiento de la superficie por las coladas.
Según explicó el meteorólogo Roberto Brasero en sus redes sociales, “una tolvanera es un remolino de polvo que asciende verticalmente”. “Se suelen ver en la zona arrasada por el volcán (que es polvo y ceniza) pero no tan altos”, argumentó. Brasero señaló también que este remolino “casi se confunde con un tornado o una fumarola más del volcán”.
Por su parte, Ruben del campo, científico de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indicó que “las tolvaneras se suelen formar sobre suelos muy recalentados por el sol en verano”, pero en la formada en La Palma el calor necesario provenía del interior de la tierra: lo aportaban las coladas de lava.
Según el glosario de la AEMET, la tolvanera es, en efecto, un remolino que se desarrolla en la capa inferior de la atmósfera, sin una conexión directa con una nube convectiva, y que se hace visible por el polvo, arena o residuos que levanta. De hecho, en la mayoría de las ocasiones se desarrolla en días calurosos sobre terreno seco, por fuerte calentamiento de la superficie, en ausencia de nubes bajas o con nubes de escaso desarrollo.
Las dimensiones típicas de una tolvanera van de medio metro a diez metros de ancho y de unos pocos metros de altura hasta más de 100, y la duración puede ir de unos pocos minutos a cerca de media hora en los casos más intensos. Raramente las tolvaneras provocan vientos muy significativos. Las tolvaneras son también conocidas como diablos de polvo o dust devils.