El Museo Arqueológico de Tenerife, el Cabildo de Fuerteventura y la Universidad de La Laguna han finalizado la cuarta campaña de excavaciones en el yacimiento romano de la isla de Lobos, en el que los últimos trabajos revelan un asentamiento localizado en varios puntos del islote.
La consejera de Museos del Cabildo tinerfeño, Amaya Conde, señala en un comunicado que todos los materiales recuperados hasta ahora se encuentran temporalmente depositados en el Museo Arqueológico de Tenerife, donde el equipo de investigación del proyecto está estudiándolos y catalogándolos.
Cuando se termine este proceso, volverán a Fuerteventura, que es su legítimo propietario, precisa.
La intervención arqueológica tuvo lugar en cuatro sectores pues por un lado continuaron los trabajos en el yacimiento denominado Lobos 1, que en campañas anteriores ya había sido objeto de excavación, donde se ubica un taller de producción de púrpura de época romana, fechado entre el siglo I aC. y el I dC.
En esta campaña se terminó de definir una sexta estructura arquitectónica, se localizaron concheros de Stramonita haemastoma junto a instrumental lítico, herramientas propias de la actividad extractiva de la púrpura y objetos metálicos, anzuelos de bronce y pesa de red de plomo.
Al mismo tiempo se realizaron sondeos en otros puntos de la isla, próximos a la costa, entre la playa de la Calera y el muelle.
En una zona próxima a la playa y al pie de un cono volcánico, denominada Lobos 2, se practicaron dos catas asociadas a unas estructuras pétreas.
Otro de los sondeos, Lobos 3, se realizó en un lugar ubicado entre dos conos volcánicos y resguardado de los vientos, en donde se localizó una estructura de combustión de considerable potencia junto con cerámica de cocina (ollas, contenedores de alimentos) y vajilla de mesa (jarras, fuentes, recipientes de paredes finas), así como restos de fauna terrestre y marina.
En la zona Lobos 4 se descubrió una plataforma rectangular de piedra de gran solidez junto con restos de ánforas y de una pequeña acumulación de conchas.
Este lugar sirve en la actualidad de abrigo y fondeadero, por lo que pudo haber funcionado de manera similar en el pasado.
Los materiales encontrados corresponden a manufacturas romanas, pues la cerámica a torno comprende ánforas, vajilla de mesa y cocina y recipientes de cerámica fina.
El metal (bronce, hierro y plomo-estaño), está representado por anzuelos, punzones, agujas de coser redes, fíbulas, clavos y recipientes); y el instrumental lítico agrupa yunques, machacadores y mortero.
Los restos de alimentación muestran consumo de ovicaprinos, cerdos, peces, moluscos y cereales.
Amaya Conde señala que este descubrimiento permite situar al islote de Lobos como límite meridional de los intereses económicos romanos en época del alto Imperio.
La púrpura fue considerada uno de los productos más preciados, y su comercialización se convirtió en una actividad muy lucrativa que minimizaba los costes de explotación en zonas tan alejadas del Imperio como nuestro archipiélago, añade.