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Peligro de incendio forestal en más de 600 puntos de Gran Canaria por el defectuoso mantenimiento de Endesa

Cable de una línea de Endesa desgastado por el contacto directo con una rama de palmera que ocasionó un incendio

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

La Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) del Cabildo de Gran Canaria tiene localizados más de 700 puntos de riesgo de incendio forestal en la isla como consecuencia del incumplimiento de las medidas preventivas de mantenimiento y conservación de las líneas eléctricas aéreas. En estos puntos se encuentran, en su mayoría, líneas eléctricas de baja y alta tensión, aunque también líneas de alumbrado público y líneas de telefonía. 

De todas los puntos indicados por la BIIF en un informe fechado en julio de 2015 en la Consejería de Medio Ambiente y Emergencias con traslado de copia al Ministerio Fiscal a efectos preventivos, hasta 759 están en zonas forestales y Zonas de Alto Riesgo de Incendios Forestales (ZARI'S) y 643 corresponden a cableado cuya titularidad es de la compañía eléctrica Endesa. 

La BIIF indica que entre los principales incumplimientos de las medidas de prevención de incendios forestales destaca, respecto las líneas eléctricas de alta tensión, la falta de limpieza de combustible forestal bajo los apoyos y conductores en tensión y la existencia de vegetación en las zonas de seguridad de los tendidos, que en presencia de viento puede entrar en contacto con el tendido. Esto se puede comprobar en el vídeo que acompaña esta información. En el primer caso se puede ver cómo una palmera en la Hoya del Parrado, en Las Palmas de Gran Canaria, entra en contacto con un punto conductor de una línea de alta tensión por la acción del viento y ocasiona una flama, mientras que el segundo caso es un árbol en Lomo Ancón (Santa Lucía de Tirajana) el que entra en contacto con el cableado y provoca una llama. Ambos casos fueron el punto inicial de incendios forestales.

Respecto a las líneas eléctricas aéreas de baja tensión, el texto destaca su contacto con vegetación, pudiendo dar lugar a fatiga o pérdida de su aislante por roce continuado en el tiempo con la vegetación que puede ocasionar la pérdida de sus características de seguridad aislantes y por tanto generar una llama que provoque un incendio. 

Desde la brigada lamentan que en la actualidad no exista en la legislación de prevención de riesgos de incendios forestales una adecuada regulación de las medidas preventivas de las líneas eléctricas aéreas, así como de un tipo específico de infracción que permita a los agentes forestales denunciar ante las autoridades competentes los reiterados incumplimientos de los deberes de mantenimiento y conservación del estado de las líneas eléctricas. 

Las líneas eléctricas son seguras siempre y cuando se les realice las revisiones oportunas, explican desde la BIIF. Sin embargo, en la actualidad es la tercera causa de incendios imprudentes en Gran Canaria después del uso de la maquinaria en el medio forestal sin adopción de las medidas de seguridad adecuadas y la quema de rastrojos sin permisos, y llegó a ser incluso la segunda. De hecho se tienen constancia entre 2012 y 2014 de hasta cinco incendios motivados por causa eléctrica. “El porcentaje es bajo, pero el peligro existe y están en juego las personas, el medio ambiente y los bienes materiales” señala un agente de Medio Ambiente de la brigada, que aún así desprende que el riesgo es “potencial” y se subsanan poniendo medios. 

Este escrito fue remitido a la propia Endesa y a los otros propietarios de las líneas (Red Eléctrica Española (REE) y todos los ayuntamientos de Gran Canaria a excepción de Moya, La Aldea de San Nicolás y Firgas). La compañía propiedad de la italiana ENEL respondió en agosto del pasado año que no disponen de ninguna infraestructura eléctrica en el medio forestal sin la adopción de las adecuadas y reglamentarias medidas de prevención de incendios y defendió que cada año realiza un plan anual de revisión y trabajos de tala y poda encargados a empresas especializadas “garantizando así el estricto cumplimiento de la normativa aplicable en esta materia”.

Además, niegan que los aislamientos estén corroídos por el roce constante como así demuestra la fotografía superior en este reportaje alegando que “el nivel de aislamiento es suficiente para que éstas puedan estar en contacto con superficies arbóreas sin que por ello exista riesgo inminente de incendio” y recuerdan que sus redes de baja tensión poseen una protección que, en caso de cortocircuito, produce la desconexión de la línea. Sin embargo, la BIIF ha constatado que los recubrimientos se gastan como consecuencia de la acción de roce o fricción con la vegetación que se produce normalmente por el viento. 

A todo esto Endesa añade que “ante la ante la alarma social generada por el Cabildo de Gran Canaria” la empresa realizó una poda en aquellos puntos del informe que eran de su titularidad, lo que para fuentes de la BIIF consultadas por este periódico no hace más que demostrar que le dan la razón al escrito.

Otros 120 puntos de riesgo de incendio forestal 

Desde la BIIF indican que en este momento tendrían que volver a repetir las inspecciones para matizar si estos 759 puntos son ahora menos o, por el contrario, aumentaron. Y es que en noviembre de 2015 detectaron otros 120 nuevos puntos de riesgo de incendio forestal en los que no consta o se constata la ausencia de la adopción de las medidas preventivas de mantenimiento y conservación de las líneas eléctricas aéreas. Sobre la titularidad, 73 son aparentemente de Endesa, una de REE y otra de Telefónica, y el resto es titularidad de los 21 ayuntamientos de la isla, aunque a veces compartida con la propia Endesa. 

En estos momentos el Cabildo de Gran Canaria tiene presentadas varias denuncias por la vía penal en el juzgado ante la empresa eléctrica por ocasionar incendios debido a la falta de mantenimiento de sus líneas y confían que, como ocurrió hace tres años en Tenerife, se condene a la empresa.   

Por su parte Endesa, en conversaciones con este periódico, alega que destinan cerca de 1,2 millones de euros al año en Canarias para la poda y tala de vegetación ya que, con el fin de dar buen servicio a sus clientes, son los primeros interesados en que no se produzcan incendios. 

Además, sostienen que no tienen constancia de aislamientos deteriorados porque en las revisiones que realizan periódicamente “se mira todo”. Respecto a si han sido culpables en los últimos años de algún incendio, indican que no se ha podido demostrar hasta el momento que haya alguno causado por una instalación de las suyas, recalcando que fueron a juicio una vez y fueron exculpados. En este caso, tal como atestiguan desde la BIIF, la causa fue por la vía contencioso administrativa por una multa y el juez resolvió, sin posibilidad de posterior recurso, que el Cabildo de Gran Canaria no reunió suficientes pruebas para probar que la eléctrica fuera la culpable, cosa que ahora esperan que no vuelva a ocurrir porque tienen vídeos e imágenes.

Por su parte, en el caso de REE la compañía ha asumido los errores mientras que de los ayuntamientos, tan sólo Santa Lucía de Tirajana ha respondido con un acuse de recibo.

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