''Si no hacemos ciencia, a la larga no va a comer nadie''

Al profesor Francisco Sánchez, director del Instituto de Astrofísica de Canarias, le ha tocado últimamente sacar la libreta y el lápiz de contable para que los números no se le descuadren. Su principal miedo no es, como los galos de Astérix, que el cielo caiga sobre nuestras cabezas. Sabe que eso no va a pasar mañana, pero sí teme que los presupuestos del próximo año traigan unos recortes que afecten al centro que conduce desde su puesta en marcha hace casi 30 años.

Por eso el reciente premio a la investigación de excelencia 'Severo Ochoa' que el Instituto acaba de recibir le llena de satisfacción, porque no solo reconoce una larga trayectoria llena de resultados que contribuye al avance mundial de la astrofísica. El galardón, organizado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, apoya los próximos proyectos con un millón de euros anual durante cuatro años.

El profesor Rafael Rebolo, Director Científico de la propuesta presentada al Programa Centros de Excelencia 'Severo Ochoa', indica que las investigaciones actuales del Instituto “están en la frontera y ponen a prueba nuestro conocimiento”. Son entre otras la física solar, la creación de galaxias, la radiación de fondo y la expansión del Universo, la materia oscura, la astrofísica de altas energías -como agujeros negros- y la búsqueda de sistemas planetarios como el nuestro.

El Instituto cuenta en estos momentos con cerca de 130 investigadores que trabajan en más de 50 proyectos. Al frente de todo ello su director, Francisco Sánchez.

El 'Severo Ochoa' considera al Instituto de Astrofísica de Canarias un centro de excelencia y referente mundial en investigación.

Sí, y además nos han dado una puntuación de 100 sobre 100. Esto da mucha satisfacción, reconoce la labor de años. Han dicho que nuestra trayectoria ha sido excelente, y lo queremos seguir siendo. Estamos tratando de abordar las cuestiones clave más importantes de la astrofísica con una fuerte cooperación internacional, con la NASA y con la ESA.

¿Cómo encajan el premio?

A todos nos ha puesto muy contentos. Supone haber sido reconocidos de manera pública y notoria como un centro de excelencia. Digo reconocidos, porque los que nos conocen saben que lo somos. Pero así lo sabe mucha más gente. A lo mejor evitamos seguir recibiendo recortes en los presupuestos.

(La entrevista, que hasta ahora iba orientada hacia la obtención del galardón y cuestiones científicas, da un giro total, demostrando que ni estos científicos viven en una burbuja aislados del mundo ni sus centros de investigación son ajenos a la realidad).

¿Dice que se les conozca más en Canarias o a nivel nacional?

A todos los niveles.

¿No se les reconoce como es debido?

Hay un matiz entre conocer y reconocer. Nosotros queremos que nos reconozca quien puede, permitiéndonos que sigamos haciendo investigación de primera. Permitiendo que el Gran Telescopio de Canarias, el mayor y más avanzado telescopio óptico infrarrojo del momento, pueda operar en plenitud, sin riesgo de que la economía haga que no pueda ser el telescopio potentísimo que es.

¿Es que no le sacan todo el provecho?

Siempre hay problemas. En un momento de apuro económico, cada año hay que tratar de conseguir hasta el dinero para operar el telescopio, ya no digamos para tenerlo perfectamente actualizado. Y eso es una angustia. Lo que nosotros queremos es que funcione cada día para poder seguir abriéndolo. Estamos operando mucho más barato que telescopios equivalentes en el mundo. Si encima nos cortan dinero, no se puede competir. Con la miseria no se pueden hacer filigranas.

¿Qué recursos les faltan en estos momentos?

Yo no quiero hablar de recursos, sino de forma genérica. No quiero perderme en detalles presupuestarios. Digo que espero que esto sirva para que no nos mermen los presupuestos, para que se nos permita seguir siendo excelentes.

El Severo Ochoa supone un millón de euros al año. ¿Eso para el Instituto es mucho o poco?

En estos momentos cualquier dinero es importante. El año pasado y el anterior, los presupuestos se redujeron muchísimo. En el trámite parlamentario, Coalición Canaria consiguió que nos pusieran tres millones más, lo que nos permitió reducir solo un 9%, no un veintitantos por ciento (quedó sobre los 20 millones, proyectos internacionales aparte). El año que viene no sabemos qué pasará.

Cualquiera entiende que se investigue en genética o en medicina. Pero en estos momentos, ¿por qué es importante gastar tanto dinero en averiguar los misterios del Universo?

Porque son nuestros propios misterios. No tenemos nunca que olvidar que somos polvo de estrellas. Los elementos químicos que componen nuestro cuerpo no se han producido ni en la Tierra ni en el Sol siquiera. El Sol, el Sistema Solar, y nosotros con él, somos reciclados. Se formaron estrellas, explotaron como supernovas y regaron el medio interestelar de material reciclado. De ahí se formaron nuevos soles y sistemas planetarios, y ahí nacimos nosotros. Y ese será nuestro fin. Nos es muy importante. Aunque digas bueno, ¿esto cuándo será? ¿Qué me importa a mí? Pero de siempre el ser humano ha necesitado mirarse desde fuera. Y para podernos entender bien hace falta conocernos en todos los detalles.

¿Incluso en estos tiempos?

Tenemos que comer, tenemos que estar sanos, todo eso es muy apremiante. Para profundizar en ello necesitamos saber lo último de la física, de la química, de la genómica, pero resulta que eso no es independiente de lo que se investiga en el espacio. Cuando hay problemas acuciantes de hambre, está clarísimo. Primero hay que comer. Yo no digo que no se coma, pero también hay que seguir haciendo lo otro. Porque si no, a la larga, no vamos a comer nadie.

¿Qué tal un mayor esfuerzo de difusión?

Algo que yo valoro es el esfuerzo que hemos hecho siempre de transmitir, de difundir la tecnología y la ciencia en la cultura de la gente. Porque en estos momentos nadie se puede considerar culto si no sabe un poco de ciencia y de tecnología, si no tiene un barniz. No basta con saber un poquito de literatura, hay que saber también de ciencia.

Lleva usted en el Instituto desde su fundación hace casi 30 años. En términos astronómicos, sería usted una estrella.

La astrofísica española nace en Canarias, hemos llegado desde la nada. Yo soy el primer catedrático de Astrofísica del país, lo digo con un timbre de atraso, no de gloria. Hemos sido palanca para el gran desarrollo que hemos procurado. Hemos tratado de que el conocimiento se expanda por todas las universidades y por todos sitios. Y ahora en los ránquines de producción estamos por encima de todo el mundo. Si la media de participación de España en el ranquin mundial en las ciencias habituales, física, química, medicina, está en el 2% o el 3%, en astrofísica estamos casi en el 6%. Esta pequeña cosita que se llama 'la astrofísica española' es un seis y pico por ciento de todo el mundo.

Hace algunas décadas se puso de moda intentar contactar con civilizaciones de otros planetas, con el lanzamiento de las sondas Voyager o el Proyecto SETI. Parece que últimamente no se le presta tanta atención a este tema.

Puede ser que ya no esté tan de moda, sobre todo en este país nuestro donde la única moda es el fútbol y la política. Pero creo que la ciencia le presta mucho interés. En todo lo que se hace de astronomía subyace la búsqueda de la evolución. Cómo se formaron el Universo, los planetas, y va evolucionando hasta el ser humano. ¿Cómo ha nacido la vida? ¿Estamos solos en el Universo? Hace unos días vino un experto internacional en biología y nos dio una conferencia sobre vida extraterrestre. Fíjese si nos importa. La búsqueda de planetas habitables es muy importante. Si fuéramos capaces de contactar con una civilización, ¿se imagina cómo cambiaría la propia concepción del ser humano?