Intencionado o no, en eso está la investigación, el incendio que ha afectado a unas 3.000 hectáreas en la cumbre de Gran Canaria se percibe de otra manera a vista de pájaro. Las imágenes aéreas captadas este fin de semana por el dron de Canarias Ahora, con el fuego controlado y en tareas de extinción, dan una idea de cómo ha arrasado sobre todo a ras de suelo, sin afectar tanto a las copas de los pinos o a las viviendas.
Denominado por los técnicos como un “tsunami de fuego” o fuego hambriento, como una ola inmensa que recorre rápida e imparable la cumbre isleña, el fuego se ha alimentado gracias a la pinocha y la hierba seca que inunda el suelo del monte, donde no se deja desde hace años pastar libremente a ovejas y cabras.
Las consecuencias de esa evidencia han sido inmediatas: el Cabildo de Gran Canaria ya se ha reunido con los pastores para organizar pastos controlados.
El incendio a vista de dron deja también en el aire el olor a cenizas y brasas y la desorientación de las aves. Especialmente llamativos este fin de semana han sido el incesante piar de pájaros aturdidos, y hasta cuervos descansando sobre ramas de pinos en busca de más aire para seguir volando. La vida sigue y se abre paso…