Subida del nivel del mar, precipitaciones extremas, fuerte oleaje y vientos, son algunas de las consecuencias del cambio climático que se constatan en el Diagnóstico de Riesgos y Vulnerabilidades, un informe pionero presentado este viernes por el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales y el consejero de Energía, Raúl García Brink.
De este informe, resulta especialmente llamativa la subida del mar “en algo más de dos milímetros al año, lo que en cinco supone un centímetro en vertical, pero tierra adentro, en horizontal, conlleva mucho más, a que el agua se adentre seis o siete metros en apenas un par de años”.
Según constata el diagnóstico, esta situación implica perder metros de playas, trasladar las infraestructuras situadas en la costa, reforzarlas para que aguante fenómenos adversos como las trombas de agua y vientos, y además que estén 100% alimentadas de energías renovables.
Concretamente, “el nivel del mar ha subido 17 centímetros desde 1927, muchísimo para un periodo inferior a un siglo, y solo en la última década la línea de costa ha retrocedido 13 centímetros”.
Así mismo, la temperatura del mar ha subido desde 1983 un grado, en torno a 0,3 grados por década, lo que afecta a los patrones del clima, contribuye a la generar nuevos episodios tormentosos como el Delta y repercute en la acidificación del agua, con importantes afecciones a la fauna marina.
Antonio Morales destacó que este informe sirve de base sobre cómo se deben afrontar las consecuencias el cambio climático. Las infraestructuras en las costas, sean desaladoras o centrales eléctricas, tendrán que ser construidas a más altura, reforzadas para fenómenos adversos y funcionar con renovables.
El consejero de Energía, Raúl García Brink, explicó que el estudio, que ahora permitirá realizar uno para cada municipio, se dividió en dos subproyectos –sectores productivos y salud humana por un lado y por otro biodiversidad, energía y agua-, y que finalmente analizó siete aspectos: los riesgos climáticos, la resistencia de las infraestructuras, la reducción de los gases de efecto invernadero, la biodiversidad con especial atención a las especies invasoras, la biodiversidad desde el punto de vista de los fuegos forestales, la participación ciudadana y los sectores productivos.
El Gobierno de Canarias no cuenta aún con un informe de estas características. De hecho, su gestión ante el cambio climático está en el punto de mira después de un demoledor informe del excoordinador del observatorio autonómico en esta materia en el que le acusa de “inacción” y en el que evidencia que el Archipiélago está desprotegido en este sentido.
Brink destacó que el Cabildo sí que se está tomando en serio el cambio climático y prueba de ello es que se ha elaborado una estrategia y una línea de trabajo con distintas asociaciones para poder contribuir a frenar este problema global. Así se destacó también este miércoles cuando se presentaba la primera Incubadora de Alta Tecnología en Biotecnología Azul y Acuicultura de Europa.
Otros efectos del cambio climático
Gran Canaria consume 1.400 toneladas diarias de fueloil, generando, junto al tráfico rodado, marítimo y aéreo, una huella de carbono muy elevada e insostenible desde la perspectiva ambiental y económica. La isla produce en torno al 12% de su energía a partir de fuentes limpias, pero es necesario incrementar este porcentaje. De hecho, es necesario transformar su modelo energético.
Por ello, la corporación cree que “será de gran utilidad la conclusión del inventario de emisiones de los 21 municipios, ya en curso en diez de ellos gracias a un acuerdo del Cabildo y el ITC, que ha formado a otros tantos ingenieros para que la Institución insular los destine a los ayuntamientos adscritos al Pacto de los Alcaldes, a los que próximamente se sumará una nueva remesa”.
El calentamiento global favorece también la expansión de las especies exóticas e impacto de las especies endémicas y por ende, sobre la biodiversidad y los sectores productivos, económicos y de salud. La isla contabiliza así 2.487 especies, un 54 % nativas y un 46 %exóticas de las que 217, un 9 %, son consideradas invasoras.
El estudio también detecta alteraciones en los ciclos de cultivo como el adelanto de cosechas y la pérdida de producciones. La apicultura se ve afectada por las afecciones a la vegetación en olas de calor, sequías, inundaciones, incendios e introducción de especies insectívoras depredadoras de abejas.
A la ganadería le afectan los incendios, inundaciones, olas de calor y sequías, y a las pesquerías artesanales, la acidificación marina por absorción de CO2, alteración de la cadena trófica por el calentamiento del agua, mareas tóxicas y cianobacterias, contaminación del litoral y presencia de especies invasoras.
En el ámbito turístico, las amenazas principales se centran en la afección del litoral por incremento del nivel del mar, olas de calor e inundaciones.
Este informe ha tenido un coste de 94.000 euros. En 2017 fue presentado en la Convocatoria de Ayudas de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, que lo seleccionó entre 400 propuestas y le concedió una ayuda de 66.000 euros a los que la Corporación Insular sumó 28.000 euros.