Las aguas negras del Instituto Astrofísico de Canarias podrían afectar a los acuíferos de Garafía

El anterior alcalde de Garafía, Abilio Reyes hizo de esta guerra una de sus principales reivindicaciones, pero décadas después el problema sigue sin solucionarse. Y es que siempre ha existido la sospecha de que las aguas negras de las instalaciones del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) afectan a los acuíferos situados en el norte de la Isla, especialmente en Garafía. Ahora el diputado regional de Coalición Canaria (CC), José Luis Perestelo parece haber recogido el testigo y ha presentado en la Cámara regional una Proposición No de Ley (PNL) para intentar solucionar este problema.

El expresidente del Cabildo es el primero en alabar la apuesta que en beneficio de la comunidad científica internacional ha supuesto la implantación del Observatorio del Roque de Los Muchachos en La Palma. Para ello la Isla cedió uno de sus lugares más privilegiados en los que se han instalado los mejores instrumentos de observación. La Palma también aceptó la aplicación de una estricta ley del cielo que modifica la calidad lumínica de los espacios públicos palmeros.

Sin embargo, acto seguido, Perestelo se lamenta de que “muchas veces los palmeros nos cuestionamos si el esfuerzo que hemos hecho recibe la compensación adecuada en beneficio de la actividad económica y el empleo. Hemos encontrado numerosos obstáculos para la ejecución de un centro de visitantes que podría generar empleo y actividad económica para la Isla aprovechando la indudable belleza del lugar y su posición como mirador de la Caldera de Taburiente”. Pero sobre todo el diputado se lamenta de la incertidumbre generada en cuanto a los sistemas de depuración y su vertido al subsuelo.

Y es que las eminencias científicas de todo el mundo que residen durante gran parte del año en las cumbres palmeras también son humanos en todos los sentidos. De manera que unidos ambos factores el diputado considera que la calidad de las aguas y su reserva hídrica “podría verse afectada por el vertido de algún producto no adecuado, por lo que parece razonable, no sólo garantizar el buen funcionamiento de las depuradoras allí instaladas, sino además llevar el agua depurada a una cota inferior donde pueda ser controlada en su calidad y reutilización”.