Solo hace falta abrir la web que el Gobierno de Canarias dedica al Instituto de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH) y hacer una breve comparación con otras páginas de centros dedicados a la misma actividad en otras comunidades autónomas, para comenzar a entender los motivos por los que las Islas están a la cola de España en donaciones de sangre.
El ICHH es el organismo encargado de promover la donación de sangre y plasma en el Archipiélago; realizar la extracción, preparación y conservación de los hemoderivados; el almacenamiento y suministro de sangre humana y sus componentes y planificar la distribución de la misma en todos los centros sanitarios, públicos y privados, entre otros aspectos.
Pese a ser tan relevante, los últimos datos de donantes que hace públicos la Administración en su página datan de 2013; el estudio de “donantes actuales” es de 2008; la suscripción a un boletín para “estar informado” no funciona; el plan estratégico de comunicación tiene fecha de 2005; el informe de actividad, de 2011; las campañas publicitarias paran en 2010 y solo se retoman el presente año con una imagen que llama a donar en la Universidad de La Laguna (ULL). El servicio de llamadas que servía para actualizar la base de datos de Instituto brilla por su ausencia; el apartado de estadísticas y certificaciones no funciona; y la retahíla de galardones recibidas por campañas e iniciativas y otorgados, entre otros, por el Congreso de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea, se rompe en 2014.
A estos hechos hay que sumar las llamadas urgentes a la donación que comenzaron a llevarse a cabo hace tres años vía mensaje de texto y que el pasado mes de enero acusaron una bajada del stock del tipo O+ que supuso que se aplazaran 34 intervenciones quirúrgicas.
Una situación con la que se encontró el nuevo presidente del ICHH, Christian Méndez – excandidato de Coalición Canaria (CC) al Senado por La Gomera - nada más entrar por la puerta y a la que tuvo que hacer frente pese a no contar con experiencia ni formación en la materia. Méndez es, de hecho, ingeniero técnico de obras públicas, con especialidad en hidrología y conductor de vehículos municipales. En declaraciones a Canarias Ahora, señala que en el centro existía una planificación, pero la estrategia de comunicación, esencial para llamar a la donación, está en fase de desarrollo y ha tomado un nuevo impulso – especialmente a través de las redes sociales - desde que sustituyera a Ángel Luís Castilla.
Dicho impulso coge fuerza a través de redes sociales como Twitter y Facebook, donde el organismo cuenta con más de 11.200 seguidores y publica mensajes positivos de llamada a la donación con asiduidad. Sin embargo, los vídeos de campañas subidos a esta red vuelven a ser esclarecedores, al parar en el mismo año, 2014, durante un periodo de dos años.
“No hay una política de fidelización”
Esta carencia contrasta con la necesidad de un “perfecto modelo combinado de desarrollo en comunicación y marketing” descrito en la propia web del ente. Algo imprescindible, porque “un Centro Regional de Transfusión tiene, como misión principal, generar un cambio de actitud en la sociedad, a medio y largo plazo, con respecto a la donación de sangre, de modo que se consiga la implantación de una donación voluntaria, altruista y responsable, garantizando así el suministro permanente de hemoderivados, debidamente procesados y validados, a todos los centros sanitarios públicos y privados autorizados”. El motivo, contar con cada vez más donantes fijos, que en Canarias rondan el 35% del total de inscritos.
El portavoz de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, Guillermo de La Barreda, asegura que la última vez que se llamó a la donación urgente “todos los bancos estaban a rebosar. Eso significa que los ciudadanos responden, lo único que decimos es que no hay una política de fidelización del ciudadano, ni información para la donación”.
“La fidelización hay que mantenerla año a año con campañas, pero las del ICHH son caducas, no atraen absolutamente a nadie. Si un banco se queda sin fondos quiere decir que la gestión es mala”, apostilló.
La cuota gomera y la falta de especializacióncuota gomera
Los cinco últimos cargos que han dirigido la entidad pública desde 2011 tienen algo en común, que fueron puestos por el partido político de turno y que provienen de la misma isla, lo que ha puesto en tela de juicio el cumplimiento de una “cuota gomera”.
Entre los poderes otorgados al presidente del ICHH, se encuentra el contratar a personal, elaborar el anteproyecto de presupuestos del Instituto; las relaciones de puestos de trabajo; ejecutar los acuerdos del Consejo; ejercer la dirección y gestión administrativa; así como el impulso y coordinación de sus actividades y servicios.
La falta de especialización de este nombramiento, cuya retribución íntegra anual ronda los 59.000 euros brutos - sin contar con la Seguridad Social - se refleja en el currículum de las personas que estuvieron al frente del Instituto desde 2014, año que coincide con el “congelamiento” de su página, que sirve a su vez de ventana pública. La exconsejera nacionalista de Sanidad, Brígida Mendoza, nombró a Benjamín Trujillo, exalcalde de San Sebastián de La Gomera y delegado del Gobierno en la isla, que según desveló Mirame TV cobró 7.400 euros en dietas en ocho meses y fue denunciado por un trabajador del ICHH por acoso laboral y presunta malversación de fondos públicos. Su dimisión costó a las arcas regionales 2.864,23 euros netos (4.589,91 euros brutos).
Su relevo lo cogió poco más de un año y medio después Ángel Luis Castilla, a propuesta del entonces consejero socialista del área, Jesús Morera. La experiencia de Castilla radicaba en los 30 años que estuvo al frente del Ayuntamiento de la capital gomera, muy alejado de los conocimientos sanitarios que necesita un centro de transfusión. De hecho, fuentes del centro aseguran que, como si de una administración municipal se tratase y siguiendo la línea marcada por Trujillo, gestionó el Instituto hasta que fue sustituido por Méndez. Las principales iniciativas que presentó para incentivar la donación de sangre se centraron en la Federación Canaria de Municipios (Fecam) y en la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel).
El secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudanía de Comisiones Obreras (CCOO) en las Islas, Pedro Moreno, advirtió a principios de año de la “politización” que sufre la entidad pública y denunció la mala gestión que había derivado en problemas laborales y organizativos endémicos, “como desorganización en los programas de recogida o la catalogación de trabajadores en dos categorías para no reconocerles su calidad de personal de la Administración”.
“Todo esto no hace más que repercutir en la mala imagen de un Instituto que depende de las aportaciones voluntarias de los ciudadanos. ¿Cómo van a tomarse la molestia de ir a donar su sangre a un Instituto que, según el Gobierno, solo es el lugar donde colocar a dirigentes políticos?”, cuestionó.
Sin embargo, la época de estos representantes al frente de una entidad de suma importancia para que se desarrollen las operaciones quirúrgicas en el Archipiélago podría haber pasado desapercibida, si no hubiera sido por la caída de donantes que registró Canarias en años de acusada crisis económica.
Una caída compensada con horas extra
Aunque desde el ICHH prevén hacer públicos la próxima semana los resultados hasta la fecha, adelantan que hasta mediados del presente mes el número de donaciones superó las 26.000, lo que supone un 5,33% más que en la misma época del pasado año.
Una recuperación que no llega todavía a los niveles existentes en 2009, cuando se superaron las 70.000 donaciones. Entre 2010 y 2014 comenzó una caída que llegó a ser del 7% a nivel estatal, que expertos han relacionado con la crisis económica y con la necesidad de fidelizar a los voluntarios.
Ese último año cobró especial relevancia la caída registrada en Canarias – según datos del Instituto Canario de Estadística (Istac) - donde se pasó de las 64.721 donaciones de 2013, a los 62.740 un año más tarde. Cifra que se compensó en 2015 hasta alcanzar los 65.103.
La clave de esa recuperación, según explica el portavoz de CCOO en el Instituto, Jorge Reyes, no se centró en una mejor estrategia, sino en sacar las ambulancias a la calle durante más días y más turnos y pagar horas extra. Es decir, “conseguir resultados de cara a la galería”.
Reyes desconoce los datos económicos del ICHH a pesar de que asegura haberlos pedido, porque el anterior presidente, Ángel Luis Castilla, “nos los negó por activa y por pasiva. No figuran en ningún sitio y en las reuniones nos decía que darnos esa información iba en contra de la protección de datos. Una razón, desde nuestro punto de vista, muy poco fundamentada y que nos hace pensar que algo se esconde detrás de esa respuesta”.
Sin embargo, basándose en datos recopilados por el sindicato, pudo asegurar que “se llegó a pagar muchísimo dinero por horas extraordinarias”.
El propio Partido Socialista emitió un comunicado poco después de que Castilla fuera remplazado en el que aseveró que las horas extras superaron los 321.000 euros en 2015, año que Benjamín Trujillo, puesto por Coalición Canaria (CC), trató de recuperar la cuenta de resultados en las donaciones.
El comunicado reconoce que Castilla mantuvo el nivel de gasto durante el primer semestre de 2016, pero lo rebajó seis meses antes de tener que dejar el cargo hasta los 36.699 euros. Esto supuso un ahorro de 105.000 euros respecto al segundo semestre del año anterior, lo que se traduce en un 72,75% menos.
Preguntado al respecto, Christian Méndez - presidente actual nombrado por los nacionalistas, tras la ruptura del pacto que mantenían con los socialistas en el Gobierno regional - asegura que en la actualidad Canarias se autoabastece de sangre y admite que en su día, los sobrecostes desequilibraron el presupuesto del organismo.
El único reflejo de este hecho que muestra la Audiencia de Cuentas es una caída de los remanentes de tesorería del Instituto cuantificada en 25.000 euros. Sin embargo, Méndez explica que se debió a una serie de cobros pendientes y que en la actualidad “los costes están bastante equilibrados”.
La fallida RPT
Otro de los gastos que tuvieron lugar en la etapa de Castilla se centro en el encargo de una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) a una empresa externa, cuyo resultado generó tal inestabilidad dentro del ente que ha terminado en un cajón.
Ni Méndez, ni los sindicatos conocen cuánto costó la RPT al Instituto público, sin embargo, estos últimos confían en que aparezca en las memorias y las justificaciones de los presupuestos, porque “el problema es que no nos han permitido acceder a esas cuentas”.
¿Venta de sangre y privatización?
Gran parte de los 2,6 millones de euros que el Gobierno canario destina al ICHH en sus presupuestos van a parar al gasto de personal que suponen los cerca de 170 trabajadores del Instituto.
Para sufragar la captación de la sangre, el procesamiento y su distribución, el organismo pasa la factura de la bolsa al centro público o privado que la necesita. Actividad por la que percibe entre 15 y 18 millones de euros. El 90% de esa cantidad lo abona también Sanidad, pero a través de los hospitales públicos.
El Instituto también abastece a centros privados que pagan por la sangre, sin embargo, Méndez asegura que lo percibido ronda el 3% del total, mientras que el porcentaje restante corresponde a las operaciones concertadas.
El presidente del Instituto de Hemodonación niega que esté siguiendo los pasos de la privatización, como advierten desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública.