100 deseos para conmemorar un siglo de vida

Sobre su espalda carga los recuerdos de todo un siglo de historias, anécdotas y emociones; ha sido testigo directo de algunos de los momentos más importantes de los últimos tiempos, como la Guerra Civil Española y, a pesar de todo, en su rostro apenas hay rastro del cansancio. Sus arrugas rebosan paz, tranquilidad, armonía. Juan Viera continúa disfrutando como un niño de los pequeños instantes que hacen que la vida valga la pena y es por ello que este domingo no ha podido ocultar la emoción al ver a toda su familia y a sus amigos más cercanos reunidos en la sede del Guanarteme Fútbol Club, en donde lo esperaban para celebrar un acontecimiento único: su centésimo cumpleaños.

“Estar con un hombre que ha hecho tanto por este club y que cumple cien años junto a nosotros es algo impresionante. Él siempre ha batallado mucho por esto, vendía loterías para que pudiéramos mantenernos y es uno de los partícipes de que todavía sigamos en activo”, afirma Kiko Fernández, secretario de este histórico club y amigo cercano de la familia. Lo cierto es que no solo recaudó fondos para que el barrio tuviese su propio equipo de fútbol, sino que también fue socio, vocal y tesorero de la organización. Asimismo, el enclave escogido ha servido para rendir homenaje a Antonio Viera, hijo de Juan y jugador del Guanarteme que falleció muy joven después de sufrir una dura enfermedad.

Pepi González, presidenta de la Asociación de Vecinos La Barriada de Guanarteme y Chile, ha sido una de las organizadoras de la fiesta. “Ya le dimos una sorpresa hace 3 años, así que ahora no podía ser menos”, comenta emocionada. “Es tanto el amor que le tenemos que Kiko Fernández y nosotros nos hemos puesto de acuerdo para que estos 100 años fuesen memorables, pues se cumplen una vez nada más”, continúa explicando.

A pesar de todo, Juan no es el vecino más longevo del barrio. María Brehcist, conocida como abuela Uca, le saca cinco meses de ventaja, algo que el propio Juan se encarga de recordar. “Cuando le propusimos hacer una fiesta conjunta, cerrando la calle Secretario Padilla y Covadonga, dijo que no, que ella era más vieja que él y que había que hacerlo por separado”, recuerda Pepi. Pero a pesar de este pequeño pique por la edad, los dos ancianos son buenos amigos. Tanto es así que Uca ha sido una de las invitadas más destacadas de la fiesta. Juntos, han recordado viejos tiempos y han hecho reír al resto de asistentes.

Con una mesa repleta de comida, una animada parranda y la presencia de sus hijos, nietos, bisnietos y amigos, Juan ha celebrado uno de los cumpleaños más emotivos de su vida. Un acontecimiento que difícilmente será olvidado y que es la prueba inequívoca de que es posible tener un siglo de vida y seguir brindando con salud y mucha, mucha alegría.