La lava del volcán de La Palma sigue discurriendo hacia el delta lávico sin causar nuevos daños

El volcán de La Palma ha arrasado al menos 1.019,79 hectáreas desde que el pasado 19 de septiembre se iniciara la erupción, ocho semanas en las que, además, se han quedado sepultadas bajo las coladas al menos 1.460 edificaciones, según los últimos datos expuestos por el Catastro. Esta cifra se multiplica casi por dos según Copernicus, que apunta unas 2.731 construcciones destruidas.

Tal y como informó el director del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, este domingo la lava sigue alimentando especialmente la colada número 9, la que se encuentra más al sur, además de que sigue creciendo la colada 1 y la 2, las que dan forma a la fajana. De hecho, Morcuende ratificó que el delta lávico ha aumentado su tamaño en más de una hectárea en las últimas 24 horas.

En general, la lava discurre en esta jornada sobre las lenguas primigenias, sin causar desbordamientos o derrames que supongan un problema añadido para la población. Asimismo, la achura entre las coladas se mantiene alcanzando los 3.100 metros.

Respecto a la predicción meteorológica, el viento desde superficie a 5.000 metros tendrá una componente este, lo que dispondrá la nube de cenizas y dióxido de azufre (SO2) en dirección oeste y suroeste. Durante las próximas 36-48 horas será un escenario favorable para la operatividad del Aeropuerto de La Palma. Además, no se espera que el sistema de baja presión afecte de forma directa a Canarias.

La sismicidad se sigue manteniendo a profundidades superiores a 20 kilómetros en el mismo número y respecto a las profundidades intermedias, entre 10 y 15 kilómetros, se mantiene baja respecto a las semanas anteriores. La magnitud máxima en las últimas 24 horas ha sido un evento que se produjo a las 05.24 horas, con una magnitud de 4,7 mbLg a 37 km y sentido con una intensidad máxima IV. El nivel de sismicidad actual sigue indicando que es posible que se produzcan más sismos sentidos, pudiéndose alcanzar intensidades de V y VI.

En relación a la deformación del terreno, la estación más cercana al centro eruptivo (LP03) sigue mostrando deformaciones que reflejan la dinámica del proceso eruptivo y el resto de las estaciones, una tendencia general a la deflación regional.

Respecto a las emisiones de SO2 asociadas al penacho volcánico, las medidas efectuadas ayer por miniDOAS en plataforma móvil marítima fueron menores que en días anteriores, aunque siguen teniendo unos valores altos. En concreto, ayer se midieron entre 2.000 y 4.000 toneladas diarias. Respecto a la emisión difusa de dióxido de carbono asociada a Cumbre Vieja, continúa registrando valores por encima de los niveles de fondo y son estables ya desde hace unos diez días, reflejando un valor que está entre 1.800 y 2.000 toneladas diarias.

La calidad del aire ayer se situó en niveles buenos o razonablemente buenos en todas las estaciones, no registrándose superaciones de los limites horarios ni diarios. Durante la madrugada de ayer y la mañana de hoy se ha registrado un ligero aumento de los valores en Puntagorda y Los Llanos, pasando de niveles buenos a razonablemente buenos y alcanzando valores regulares en ciertos momentos. En el resto de las estaciones los valores se mantienen hoy en un nivel de calidad del aire bueno.

Sobre las partículas PM10, en el día de ayer se continuaron registrando valores bajos en el conjunto de estaciones de La Palma, con niveles buenos y razonablemente buenos salvo un episodio de alta intensidad en Los Llanos entre las 12.00 y las 14.00 asociado a labores de limpieza, derivando en una superación del valor diario. Este evento elevó la media móvil de 24 horas a nivel muy desfavorable, que se ha mantenido hasta hoy. En estos momentos los valores registrados en Los Llanos son bajos, por lo que los niveles de calidad del aire deberían ir mejorando durante la mañana si no se producen cambios significativos en las condiciones. En el resto de las estaciones los niveles se mantienen entre buenos y razonablemente buenos.

Ante estos cambios, la portavoz científica del Pevolca, María José Blanco, ha comentado que “da la sensación de que el sistema cada vez tiene menos energía y los niveles de sismicidad intermedia, tremor, deformación y dióxido de azufre muestran una tendencia estable o a la baja, pero hay que esperar a que se mantenga en el tiempo”, ha precisado la portavoz científica.