María José Guerra, que dimitió este lunes por la mañana de su cargo como consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, ha asegurado en que “las tensiones desatadas en esta desescalada no han sido el mejor caldo de cultivo para que se pudieran tomar decisiones”. Por ello, después de que una de las personas de su máxima confianza dentro de su equipo anunciara su cese este fin de semana y de que diversos colectivos pidieran su cabeza, comunicó al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, su dimisión.
En un vídeo remitido a los medios de comunicación, la exconsejera asegura que este lunes estaba a punto de firmar una orden “prudente” que regulaba la fase 2 de desescalada en los centros educativos. Se trata de una información que habían confirmado el viernes pasado fuentes de la consejería, que adelantaban que la instrucción se tomaba después de un proceso de consultas a los sindicatos y a la comunidad educativa en general.
La propuesta pretendía que el 1 de junio volviera a las aulas solo el alumnado de las etapas finales como sexto de Primaria, cuarto de la ESO y segundo de Bachillerato. Mientras que el regreso de los docentes sería de forma voluntaria en este fin de curso para impartir esas clases de refuerzo.
La ya exconsejera canaria de Educación ha resaltado el momento “muy duro” de emergencia sanitaria, social y educativa que se vive en la actualidad, en el que se debe seguir trabajando desde dentro de la comunidad educativa. Guerra, dijo, que volverá a su puesto como profesora, “teniendo en cuenta que se necesita de una verdadera movilización comunitaria para afrontar los retos de este futuro inmediato que van a ser muy duros”.
A su juicio, es “muy importante” que exista una colaboración entre Educación y Sanidad para tener una formación sanitaria con la que afrontar el riesgo del Covid-19 “con garantías y se pueda seguir garantizando el derecho a la educación desde las universidades, los colegios, los institutos”.