Parte del reclamo turístico de las Islas Canarias son su diversidad natural y equilibrio. Sin embargo, están sujetos a una permanente evolución y precisamente, esta es la causa que hará desaparecer a las Dunas de Maspalomas en un periodo de 90 años, como concluyó este viernes Miguel Velasco Cabeza, subdirector para la sostenibilidad de costas del ministerio de Medio Ambiente, en la presentación del Estudio integral de la playa y dunas de Maspalomas, realizado por las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y Cantabria.
Velasco resumió como el estudio analizó los procesos que provocaron la formación de las dunas hace 250 años, en el municipio grancanario de San Bartolomé de Tirajana y como está evolucionado en la actualidad. Las conclusiones “no son halagüeñas, aunque se buscarán soluciones”, subrayó. En este sentido, el subdirector cree que un primer paso debe ser el consenso con todos los agentes políticos y sociales implicados, “todavía hay tiempo de rascar unos años más a una desaparición que responde a un proceso natural”, matizó.
Una de las medidas que planteó Velasco es la alimentación de las dunas con arena, porque explicó que el ecosistema de Maspalomas se nutre de arena marina de forma natural, al tiempo que también la expulsa. La problemática actual reside en que precisamente elimina más de la que recibe y por eso, una solución sería rellenar la playa para compensar la pérdida.
Otra de las causas desarrolladas en el estudio es el impacto de la acción humana en la costa, que calificó como “importante, debido a que acelera el proceso, pero no único agente agresor”. El estudio constata que las pérdidas de material del sistema, por la zona de punta de La Bajeta, desde el año 1961 hasta el año 2003 se han cuantificado en unos 7.500.000 metros cúbicos, que suponen el doble del volumen de sedimentos móviles en el campo de dunas existentes hoy en día, lo que supone una media de 44.000 metros cúbicos de arena perdida al año.