Medio centenar de agentes policiales pondrán en funcionamiento el Plan Director para la mejora de la convivencia y la seguridad escolar en Canarias, la tercera comunidad autónoma que lo posee tras Madrid y Andalucía.
Unas jornadas de dos días formarán a los agentes de la Policía encargados de la mejora de la vigilancia en los centros escolares. Además, un convenio, que aún no se ha empezado a redactar, entre la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y el Ministerio del Interior facilitará los objetivos que son los de la lucha contra el menudeo de estupefacientes en los centros escolares, el acoso, las bandas juveniles y el mal uso de las nuevas tecnologías.
Con la aplicación de este Plan, los agentes destinados a ello mantendrán reuniones con las partes que conforman la comunidad educativa, tanto padres como alumnos, para quienes es muy importante la aplicación de medidas preventivas, explicó José Segura, delegado del Gobierno en Canarias.
“El mal uso de las nuevas tecnologías es otro de los problemas en los que pueden caer los jóvenes sin formación suficiente y se ha visto cómo se ha ido incrementando la irrupción de un nuevo tipo de delito. Con esta actuación se formará a los Policías para que prevengan a los alumnos de las agresiones en Internet”, afirmó el delegado.
Este curso de preparación al que asisten 80 profesionales coadyuva a la formación del policía destinado a la proximidad de los colegios, que montarán una estructura en la sociedad ante posibles agresiones, a pesar de que en Canarias “la convivencia es muy normal y se han producido agresiones violentas graves pero de manera puntual y en número casi irrelevante”, manifestó José Segura.
La Consejera de Educación y Ciencia del Gobierno de Canarias, Milagros Luis Brito, espera poder concretar el mecanismo de comunicación entre la Policía y las Direcciones Territoriales de Educación existan mesas de trabajo que intercambien la información y se mejore la seguridad en interior y en exterior de los centros.
Para la consejera es muy preocupante la incidencia del mal uso de las nuevas tecnologías que “para los adultos es difícil de introducirse en él pero que para los niños es un mundo en el que se han convertido en expertos y en el que en ocasiones permiten incurrir en delitos”.