Canarias queda en muchas ocasiones olvidada cuando se habla de la Guerra Civil. Sin embargo, fue en las Islas donde se inició el golpe del Estado tras la muerte del general Balmes. Además, el Archipiélago es una de las regiones en las que se vivieron años de brutal represión, sin apenas tener tiempo para reaccionar. Las historias de personas desaparecidas resuenan en cualquier punto de Canarias. Relatos marcados por muchos años de silencio y por las vivencias de las mujeres que tenían que luchar solas cuando encarcelaban a los hombres en los campos de concentración, que también existieron en el Archipiélago, como el de La Isleta o el de Gando. En los últimos años, se han exhumado los restos mortales de 51 víctimas del franquismo, pero aún hay miles de desaparecidos.
El Gobierno estatal, que ya ha anunciado recientemente que pretende crear un censo nacional de víctimas, estudia un informe realizado por varios profesionales y coordinado por el profesor de la Universidad del País Vasco Francisco Etxeberria, en el que también se detalla la situación de Canarias. La principal conclusión es que se debe crear una base de datos nacional de ADN (una cuestión que ha sido aprobada en la ley autonómica de memoria histórica, aunque aún no se ha llevado a cabo). En el estudio se subraya que no se conocen con exactitud cuántas fosas quedan por abrir en toda España, pero que “hasta el momento, se estima que con una intervención oficial del Estado podrían recuperarse unos 20.000 a 25.000 individuos, y de ellos quizás sea posible identificar entre 5.000 y 7.000 personas”.
Aunque la precisión de datos es complicada en este asunto, en el informe que maneja el Ministerio de Justicia se destaca que en el listado presentado en el año 2006 al juez Baltasar Garzón se hablaba de 2.211 personas desaparecidas tras el golpe de Estado en las Islas Canarias, una cifra que varía según los historiadores. Hasta ahora, los lugares en los que se han llevado a cabo exhumaciones en el Archipiélago son: El Pinar de Fuencaliente, en La Palma y los pozos de Arucas y Tenoya, en Gran Canaria. Aunque, actualmente, se encuentra avanzado el estudio para exhumar otra fosa común en la capital grancanaria y para la que ya se han realizado catas arqueológicas.
Las primeras cinco víctimas del franquismo que se lograron recuperar en Canarias habían sido asesinadas en La Palma. El hallazgo se produjo en el año 1994, en el Pinar de Fuencaliente y a iniciativa de familiares de uno de los desaparecidos. Estas personas habían sido ejecutadas en los primeros meses de la Guerra Civil, entre noviembre de 1936 y marzo de 1937. En el año 2005, muy cerca, se localizó otra fosa común donde se creía que podían haber sido enterrados los conocidos popularmente como “los 13 de Fuencaliente”.
Según consta en el registro oficial del Gobierno de Canarias, con autorización judicial y la colaboración de la Consejería de Cultura y Patrimonio del Cabildo de La Palma, en el año 2006 se realizó la exhumación de los restos mortales de seis víctimas en dicha fosa, y al año siguiente se localizaron otras dos víctimas.
La mayor exhumación realizada hasta ahora en Canarias se produjo entre los años 2008 y 2009 en Arucas. Impulsada por la asociación de la memoria histórica de este municipio grancanario, que además es pionera en las Islas, se realizaron trabajos de excavación en el pozo del Llano de Las Brujas, hasta donde llevaban numerosos testimonios orales. Allí se constató lo que llegaban a través de esos relatos y se localizaron los restos óseos de 24 hombres que habían sido fusilados. Todos presentaban signos de una gran violencia, “no solo por el efecto de la propia caída, sino por la presencia, en casi todos los cráneos, de entradas de proyectil de armas de fuego. Uno recibió hasta seis disparos”. De ellos, solo nueve fueron identificados: Antonio García Castillo, Francisco Osorio Medina, Juan García Castillo, Manuel López Perdomo, Manuel Ríos Santana, Prudencio Pérez Perdomo, Lorenzo Denis Manuel, Juan Mendoza Mendoza y Ramón Medina Pérez. Seis de estos hombres procedían de Gáldar, dos de Arucas y uno de Firgas.
En 2008, los llamados pozos de los desaparecidos en Arucas fueron declarados museos de sitio. Están compuestos por el llamado Llano de Las Brujas, el pozo del Puente del barranco de Arucas, donde se celebran actos de conmemoración todos los años, el pozo de la Vuelta del Francés y el del barranco de Tenoya, todos en el mismo municipio.
La lucha de la presidenta de la Asociación para la recuperación de la memoria histórica de Arucas, Pino Sosa, se vio compensada cuando el año pasado le dieron la noticia de que su padre se encontraba entre las exhumaciones realizadas en 2017 en el Pozo de Tenoya, unos trabajos impulsados por el Cabildo de Gran Canaria a instancias de esta asociación. Ahí se localizaron a un total de 14 represaliados, entre ellos su padre, un humilde latonero del norte de la Isla al que desaparecieron cuando ella apenas tenía 40 días de vida. Desde aquel 14 de marzo de 1937, la incertidumbre por averiguar qué ocurrió acompañó a Pino Sosa hasta sus 81 años.
La exhumación de este pozo aún no está actualizada en el registro oficial del Gobierno de Canarias, pero según han confirmado los arqueólogos, los restos mortales también presentaban tiros en el cráneo. Del total de 14 restos óseos encontrados, se han identificado siete. Se prevé que a finales de este mes sean sepultados en Arucas.
En noviembre del año pasado se aprobó una ley de memoria histórica en Canarias, con el fin de que no vuelva a ocurrir lo que pasó durante el mandato de Mariano Rajoy (PP), que dejó la ley con cero euros de financiación. La norma autonómica supone un paso más en esta lucha, pero que aún no ha empezado a dar sus frutos. En ella se recoge la necesidad de crear un banco de ADN y un mapa de fosas, aunque no sanciones por incumplir la ley, algo que lleva a que en algunos municipios de Canarias continúen los vestigios y símbolos franquistas, como el monumento a Franco en Santa Cruz de Tenerife. Además, para el próximo año, en los presupuestos autonómicos se sube la partida para memoria histórica en tan solo 19.500 euros (que se añaden a los 100.000 que ya se venían destinando).
Como proyecto inmediato, el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria están avanzando hacia la exhumación de la fosa común de Vegueta, donde se estima que fueron enterrados el alcalde del entonces municipio de San Lorenzo, Juan Santana Vega y el sindicalista Francisco González, abuelo de uno de los portavoces de la Plataforma de Fusilados de San Lorenzo. Además, en Gran Canaria también se pretende impulsar la exhumación de la Sima de Jinámar, un tubo volcánico por el que fueron arrojadas decenas de personas durante el franquismo.