Apenas un par de minutos es el tiempo que tienen las personas migrantes para cruzar la valla de Melilla antes de que las autoridades traten de frenarlas. Si, por el contrario, se ven obligadas a llegar a Europa por mar, su destino estará en manos de la suerte. Todo ello sin garantías, y si se trata de personas que llegan desde Marruecos, el futuro puede llegar a ser aún más incierto. Entre España y el país magrebí existe un acuerdo bilateral de readmisión inmediata, mediante el cual “el país requerido” (en este caso Marruecos) debe readmitir a quienes hayan partido desde el país africano hacia territorio español. En el caso de Canarias, se trata generalmente de nacionales de dicho Estado.
Según Cáritas y la Plataforma Canarias libre de CIE, la vigencia de este convenio hace que las personas marroquíes en situación irregular no puedan beneficiarse, en muchas ocasiones, del plan de acogida humanitaria establecido por el Ministerio de Interior en colaboración con el Ministerio de Trabajo y de Asuntos Sociales, previsto “para otro tipo de perfiles”. En el Archipiélago, las organizaciones encargadas de llevar a la práctica este plan son CEAR (la Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y Cruz Roja. La primera cuenta con 38 plazas en Gran Canaria y la segunda con 16, ocho en Tenerife y ocho en La Gomera.
En los últimos cuatro meses, decenas de personas del país magrebí han salido del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría, en Santa Cruz de Tenerife, al cumplirse el máximo de 60 días de estancia. Este centro, que cuenta con 226 plazas, es el único que sigue en funcionamiento en Canarias ante el parón por obras del de Barranco Seco en Gran Canaria y la clausura definitiva del de Fuerteventura. Ni en Cáritas ni en el albergue municipal quedan camas libres.
En consecuencia, las personas marroquíes que no cuentan con una red de apoyo y que no pueden acogerse al plan de acogida humanitaria se quedan en la calle, dejando en evidencia al acuerdo bilateral de 1992.
Pasos en falso
Pasos en falsoLos migrantes procedentes de Marruecos que emprenden el viaje a través de vías irregulares son interceptados por las autoridades al atravesar las fronteras españolas y pasan a disposición judicial. Entonces comienza el trámite de devolución y se emite un auto que ordena el internamiento en el CIE, salvo en las situaciones en las que la devolución sea inmediata y no sea necesario el ingreso en el centro.
En el caso de las personas que han salido de Hoya Fría en los últimos meses, su fecha de readmisión en Marruecos aún no está definida, y el margen de su estancia en el CIE ha concluido. Arancha Méndez, encargada del área de migraciones de Cáritas en Tenerife, asevera que este colectivo cuenta con una dificultad añadida: “son individuos en situación administrativa irregular, están indocumentados y lo único que poseen es un papel que acredita que han estado en el CIE, con lo cual, es imposible acceder a cualquier tipo de recurso, sea público o privado”.
Sin embargo, tanto la ONG a la que pertenece como el Centro de Acogida Municipal de Santa Cruz de Tenerife ofrecen comida y servicios diurnos a quienes lo soliciten, pero no en el marco del programa de ayuda humanitaria para inmigrantes del Ministerio. “Hace unas semanas, un grupo de veinte personas de Marruecos vinieron a nuestro proyecto Café y Calor para pasar la noche, pero no pudimos ofrecerle cama porque estaban todas completas”, recuerda Méndez.
Transporte y acogida
Transporte y acogida El alcalde de Santa Cruz de Tenerife compareció el pasado martes 12 de febrero para pronunciarse acerca de esta circunstancia. José Manuel Bermúdez demandó al Gobierno central “medidas humanitarias excepcionales y urgentes” para atender a las personas que han quedado desamparadas en la calle ante “la paralización de los acuerdos de repatriación con Marruecos”. Esta postura ha sido rechazada por la Plataforma Canarias Libre de CIE, que acusa a la Administración de sembrar la alarma en la ciudadanía al plantear esta situación como una crisis humanitaria y “criminalizar a los migrantes”.
“Esta cuestión debe abordarse desde el punto de vista social y de inserción”, plantean. Cáritas coincide, y solicita que se habiliten más plazas de ayuda humanitaria, frente a las 54 que existen hoy, o recursos específicos para estos perfiles que se acogen al pacto de readmisión. “No puede ser que se abra la puerta del CIE para dejarlos en la calle, y básicamente les estamos empujando a quedarse en ella”, sentencia Arancha Méndez.
Las indicaciones de desarrollo del programa de ayuda humanitaria, tal y como recoge Cruz Roja en su web, están establecidas en el Real Decreto 441/2007 del 3 de abril. El documento estipula que las actuaciones y subvenciones previstas “irán dirigidas a atender a personas inmigrantes que se encuentren en situación de vulnerabilidad debido al deterioro físico y a la carencia de apoyos sociales, familiares y medios económicos que lleguen a las costas españolas”.
Según Cruz Roja, en la provincia de Santa Cruz de Tenerife este programa contempla los servicios de traslados y de acogida integral. En el marco del primer punto, la organización encargada de prestar la ayuda debe facilitar el transporte y el acompañamiento de los beneficiarios “desde el punto de recogida, salidas del CIE, hospitales, puestos fronterizos, hasta dispositivos de acogida o lugares de ubicación de las redes sociales y familiares que determine la Secretaría General de la Integración de Inmigrante”.
Por otra parte, el segundo servicio ofrece alojamiento, manutención y cobertura de necesidades básicas. La Plataforma Canarias Libre de CIE afirma que también se les dan herramientas sociales como la enseñanza del idioma.