En el primer trimestre de este año, 1.280 mujeres renunciaron a completar su baja maternal para compartir este permiso con su pareja, como la ministra de Defensa, Carme Chacón, que este lunes vuelve al trabajo, tras el nacimiento de su hijo Miquel en mayo, con dos comparecencias en el Congreso de los Diputados.
Al reincorporarse a la actividad del Gobierno, Chacón -que trasladó su residencia al Ministerio y ha mantenido contacto con sus colaboradores y su sustituto hasta hoy, Alfredo Pérez Rubalcaba- habrá disfrutado de las seis semanas de baja obligadas por Ley. El resto, hasta 16 semanas, lo cederá a su marido, Miguel Barroso, director de la Casa de América.
Como él otros 1.280 padres, según la estadística de prestaciones por maternidad de la Seguridad Social, compartieron ese tiempo, en su mayoría por responsabilidad laboral de la madre.
La cifra representa solo el 1,46% de las bajas maternales en el primer trimestre (87.677), opción que eligieron un 8,9% de parejas menos que en el mismo periodo de 2007, a pesar de que el número de prestaciones aumentó más de un 5% en su conjunto.
La Ley establece un periodo de descanso de 16 semanas para las trabajadoras por maternidad, pero las bajas son casi inexistentes en el ámbito de la política. Diputadas y senadoras están obligadas por el artículo 79.3 de la Constitución a acudir a las votaciones, ya que los votos son “personales e indelegables”.
Y son varias las que pasaron por esa situación en la última legislatura, como la senadora Alicia Sánchez Camacho, del PP, o la diputada María Salom, del mismo partido, a quien los periodistas recuerdan cómo, embarazadísima, voló desde Palma de Mallorca, diez días antes de salir de cuentas, a una ajustada votación de las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado de 2008, el pasado octubre.
Por entonces todavía hizo algún viaje desde Ronda (Málaga) al Congreso de los Diputados la socialista Ana María Fuentes con su pequeño, nacido en mayo en plena campaña electoral de los comicios municipales y autonómicos de 2007.
Fuentes, candidata a la alcaldía de Ronda, no pudo casi ni recuperarse físicamente de la cesárea. A los siete días acudía a la la recepción de datos en la sede electoral de su partido y 20 días después al pleno de constitución del Ayuntamiento, como portavoz de la oposición.
Durante la lactancia, la hoy portavoz de Vivienda en el Congreso hacía el trayecto Ronda-Málaga en coche y Málaga-Madrid en avión con su bebé de poco más de un mes y una acompañante que se encargaba de él cuando estaba en los plenos.
“Fue agotador”, declaró. Ahora, con 13 meses, se queda en Málaga con su marido, que ejerce “de padre y madre” varios días a la semana.
Desde su experiencia, afirma que política y maternidad “son compatibles, pero es una carga adicional brutal”.
Respecto a la rigidez de las votaciones, considera que “habría que buscar una solución jurídica que compatibilice el derecho a la maternidad con la actividad laboral”.
Hay parlamentos autonómicos -agrega- que ya buscan soluciones. En Cataluña es posible la delegación del voto en caso de maternidad y CiU propuso en mayo esa reforma en el reglamento del Congreso.
“Que te puedan sustituir, que puedas dejar tu voto escrito, por videoconferencia o ante notario. Tú no puedes alterar la vida de un grupo político, pero ese tiempo, ese derecho, tendría que estar plenamente garantizado”, añade Fuentes, y no sólo para las mujeres que ejercen la vida política, “sino también para las que son autónomas o cuyo trabajo les impide tomar ese descanso”.
Hay otros casos como el de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que no solo intervino en alguna sesión plenaria a los pocos días de dar a luz, como consejera de Transportes de Madrid, sino que además asumió la presidencia del partido en Castilla-La Mancha el 3 de junio de 2006, tres semanas después de nacer su hijo.
No lo dicen
No hay datos oficiales sobre las mujeres que, por razones de trabajo, renuncian sin condiciones -como compartir ese derecho- a disfrutar de su descanso. Hay encuestas que relacionan esa decisión con autónomas, directivas y altos cargos.
Y parecen ser bastantes, “aunque no lo decimos”, reconoce Nekane Rodríguez, directora territorial de Creade-grupo Adecco, madre de dos hijos. El último de ellos tenía dos meses cuando se reincorporó a su puesto.
“Las nuevas tecnologías tienen cosas buenas, como permitir trabajar desde cualquier sitio, y cosas malas, que no desconectas”, explica. Por ello decidió volver a la empresa pactando una jornada distinta, “un tiempo para trabajar y un tiempo para mis hijos”.
“Tampoco es fácil para quien renuncia”, agrega, “y no permite una vuelta atrás a algo que solo tiene lugar una vez en la vida”.
No está arrepentida, pero no es seguro que volviera a hacerlo. Lo importante -responde- es tener claro qué es lo prioritario para ti, “pero a veces podemos equivocarnos pensando que las carreras profesionales se acaban y no es así, tenemos toda la vida para gestionarlas”.
“Lo que me preocupa cuando alguien renuncia a su baja maternal es si estamos desprestigiando cosas importantes como la maternidad o la paternidad, el trabajo de estar en casa, el cuidar a otras personas, y sobrevalorando las carreras profesionales”, continúa.
Y cuidando a otros -opina- “hombres y mujeres aprendemos competencias básicas para liderar luego los equipos”.
Un 59,5% de ejecutivas, según una encuesta realizada por Adecco a 325 de ellas, consideró que tener hijos puede ser un impedimento para su carrera, y un 88% que una jornada reducida podía perjudicar su promoción.
Las mujeres son, en más de un 95%, las que dejan de lado su trabajo por la crianza, piden excedencia o reducción de jornada cada año. En todo 2007, sólo 5.204 padres optaron por compartir el permiso de maternidad con su pareja, un 1,5% de las 331.642 bajas maternales.
De los 1.280 padres que lo hicieron en el primer trimestre de 2008 (el 1,46% del total), más de la mitad eran de Cataluña (260), Madrid (219) y Andalucía (167).
Porcentualmente, las comunidades por encima de la media fueron Navarra, donde 58 padres compartieron la baja (4,3%), País Vasco, con 128 (3,0%), La Rioja con 12 (2,3%), Asturias, con 28 (2,05%), Aragón con 54 (1,7%), Baleares con 36 (1,77%), Cataluña con 260 (1,6%) y Madrid con 219 (1,5%).