La Fundación del Instituto Canario de Investigación del Cáncer (FICIC), una asociación sin ánimo de lucro, se ha convertido en el caballo de Troya para la entrada de una gran multinacional farmacéutica, Abbott SA, en el servicio de Oncología Radioterápica del hospital público Doctor Juan Negrín de Gran Canaria. Unas becas convocadas por la FICIC y financiadas en su integridad por el laboratorio estadounidense, uno de los diez mayores del mundo por volumen de ventas según la Agrupación de Investigación y Marketing Farmacéutico, ha permitido a esta empresa colocar en los últimos cinco años, en distintos periodos, a tres trabajadoras dentro del servicio para realizar labores de valoración y soporte nutricional de pacientes oncológicos de cabeza y tracto aerodigestivo.
Abbott tiene intereses comerciales en el sector de los productos dietoterápicos. La multinacional vende los comúnmente denominados batidos nutricionales, vitales para pacientes quirúrgicos y con patologías crónicas como el cáncer, el SIDA o el síndrome de mala absorción, entre otras. En ocasiones, estos productos constituyen el único soporte nutricional para las personas que sufren estas enfermedades. Y el servicio de Oncología Radioterápica es, precisamente, uno de los que más prescribe estos batidos.
La última beca de la FICIC financiada por Abbott data de enero de 2016. Aunque el periodo previsto de vigencia era de un año, se prorrogó por otro (hasta diciembre de 2017) y se ha mantenido hasta la fecha, según han confirmado a este periódico fuentes oficiales de la Consejería de Sanidad. Con anterioridad se convocaron otras dos: del 1 de octubre de 2013 al 30 de abril de 2014 y del 1 de septiembre de 2014 al 30 de septiembre de 2015.
En mayo de 2013, cinco meses antes de que empezara a trabajar en Oncología Radioterápica del Negrín a través de esta fórmula la primera técnica con estudios de Formación Profesional en Dietética y Nutrición Humana, el entonces jefe de servicio, el doctor Pedro Lara, fue elegido de nuevo (ya lo era desde 2008) director del Instituto Canario de Investigación del Cáncer, cuya fundación convoca la beca.
Lara ocupó la jefatura en el hospital público hasta el pasado agosto, cuando pidió una excedencia voluntaria después de que Canarias Ahora publicara que trabajaba a la vez para el grupo privado San Roque, al que derivaba una media de cinco pacientes a la semana. Le sustituyó al frente del servicio la doctora Marta Lloret, que también en 2013 había sido designada secretaria del ICIC y a quien se le ha encargado desde entonces la labor de supervisar las tareas asignadas a la investigadora becada por la fundación y pagada, a razón de 1.100 euros brutos al mes, por Abbott.
Pedro Lara y Marta Lloret son dos de los tres firmantes de la resolución de la adjudicación de la beca del FICIC a su actual beneficiaria, como miembros de la comisión creada a tal efecto. El tercero es el científico Nicolás Díaz Chico, uno de los fundadores de la asociación.
Según han explicado fuentes oficiosas del Hospital Doctor Negrín, la llegada de las técnicas becadas por la fundación con el dinero de la multinacional acabó con el sistema estandarizado en el servicio para la valoración de las necesidades nutricionales de los pacientes, que recaía en un grupo de enfermeros del Servicio Canario de Salud que se habían formado en la materia. A partir de ese momento, siempre según las mismas fuentes, son estas trabajadoras, integradas en el servicio sin distinción con respecto a los empleados públicos de cara a los pacientes y con acceso a los historiales médicas, las que realizan los estudios y “dejan encauzado” el tratamiento, es decir, recomiendan qué suplemento nutricional debe tomar el paciente, aunque son los médicos quienes firman las recetas, que son visadas después por inspección, ya que están financiados en su totalidad por el Sistema Nacional de Salud.
Ante las suspicacias generadas en el sector de los dietoterápicos por la introducción de Abbott en el servicio de Oncología Radioterápica, el caso acabó llegando, a través de una denuncia presentada en 2016 en Anticorrupción, a la Fiscalía de Las Palmas que entonces lideraba Guillermo García-Panasco. La denuncia incorporaba una grabación en la que una de las interlocutoras, una exbeneficiaria de estas becas, reconocía que el objetivo de las mismas era incrementar las ventas de Abbott y que desde el propio servicio propiciaron su marcha porque no se estaban cumpliendo las expectativas.
Posteriormente, en su declaración ante la fiscal Beatriz Sánchez, esta técnica en Dietética y Nutrición se desdijo y negó cualquier connivencia con los laboratorios. En su comparecencia explicó que su función se limitaba a realizar un estudio sobre las necesidades nutricionales de los pacientes que padecen cáncer, aunque reconoció que, después de este análisis, “sugería” el suplemento que estimaba oportuno.
Pedro Lara negó que el proyecto estuviera financiado por Abbott, a pesar de que así lo recoge la convocatoria de la beca, a la que ha tenido acceso este periódico.
Beatriz Sánchez, que es en la actualidad jefa de la Fiscalía Provincial de Las Palmas, acabó archivando las diligencias al no considerar acreditado que las personas denunciadas hubiesen trabajado directa o indirectamente para los laboratorios Abbott ni que hubiera existido un desvío de prescripciones a favor de la mencionada empresa.
Aunque no existe información pública segregada por servicios sobre las prescripciones de productos dietoterápicos, Abbott facturó en Las Palmas más de un millón de euros por este concepto el pasado año, según las fuentes consultadas. Es el segundo laboratorio con mayor volumen de ventas a la sanidad pública en la provincia oriental, solo por detrás de Nestlé, que facturó casi tres. La evolución de ventas en los últimos años ha sido ascendente.
La Consejería de Sanidad ha defendido que el acuerdo del Hospital Doctor Negrín es con la Fundación ICIC, que es la responsable de otorgar las becas, pero ha eludido responder a la pregunta sobre la fuente de financiación de ese proyecto. “Las funciones que desempeña son las propias de la tarea investigadora para la que ha sido contratada: screening, valoración nutricional y soporte nutricional del paciente oncológico durante todo el proceso de radioterapia y el posterior seguimiento. El especialista valora a los pacientes que considera necesarios incluir en la investigación o estudio”, afirman fuentes oficiales del complejo hospitalario, que precisan, en relación al acceso a los historiales médicos, que “todo el personal que accede al centro como becario o en periodo de formación e investigación tiene firmado un acuerdo de confidencialidad que le obliga en los mismos términos que los profesionales del centro” .
Sanidad señala que los productos dietoterápicos son prescritos por un médico especialista y que la receta es remitida a la Inspección Médica del Servicio Canario de Salud, “que la registra y la acepta si cumple con los requisitos de prescripción emanados del SCS”. Una vez que el inspector da el visto bueno a la prescripción de los batidos, el paciente puede comprarlo con su receta en la farmacia.