La tercera semana de erupción del volcán Cumbre Vieja, cuya lava afecta ya a una superficie de 525,77 hectáreas (33,02 más que el día previo), mantiene a los servicios de emergencia muy pendientes de la nueva colada que discurre al norte de la principal, porque puede destruir zonas que habían quedado a salvo en los primeros días. También preocupa el cambio de viento, que amenaza con volver a dejar inoperativo el aeropuerto de La Palma.
Pese a los nuevos derrumbes del cono, no se espera que las nuevas coladas de lava cambien la trayectoria que ya están siguiendo en superficie, según indicó el comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) este domingo.
La sismicidad continúa siendo elevada en número de temblores, aunque estos se mantienen a profundidades medias (10-15km) y profundas (más de 20km). El nivel actual hace prever que se sigan produciendo más sismos sentidos por la población, que pueden originar derrumbes localizados en zonas de pendiente. Esta noche, el terremoto de mayor magnitud se produjo a las 22.46 horas (hora canaria), de 4,3, en la Villa de Mazo, pero con el foco a niveles muy profundos, 39 kilómetros. Desde el viernes se han detectado más de 300 terremotos, siendo los de mayor magnitud dos de más de 4 mbLg, ambos en Mazo.
Según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) del Gobierno de España, transcurridas tres semanas del inicio de la erupción, siguen activos los centros de emisión del cráter.
La constante actividad efusiva ha ampliado las coladas por el norte, continuando su descenso hacia la zona de Todoque que no había resultado afectada por la colada principal.
De este modo, en la actualidad existen dos ramales en la colada norte: la del sur, que se ha unido a la colada anterior, y la del norte, que ha afectado al polígono industrial de Los Llanos de Aridane. Por ello, el Cabildo de La Palma ha restringido el acceso por Tazacorte a las zonas evacuadas hasta que se estudie la evolución de la emergencia volcánica al norte de la montaña de Todoque.
La corporación insular ha informado este lunes en sus redes sociales que se adopta esta medida después de que los científicos hayan informado de que se vigila permanentemente la nueva colada surgida tras el derrumbe del flanco norte del volcán, y que está causando destrozos en la zona industrial del Callejón de Gata.
Esta última es objeto de especial vigilancia ante la posibilidad de que varíe su recorrido. Y es precisamente en esa zona donde han vuelto a pasar otra noche dura los vecinos, por la incertidumbre de la colada, pero también por los ruidos continuos y las explosiones.
Según el servicio europeo Copernicus, hay 1.281 edificaciones afectadas. En cuanto a la superficie de cultivos, se cifran en 132 las hectáreas con daños.
Respecto a la columna de cenizas, alcanzó este domingo una altura de 3.500 metros. A pesar de la mejoría en las condiciones meteorológicas de las últimas horas, este lunes se espera un giro a componente oeste del viento entre los niveles de 2.500 a 5.500 metros, lo que provocará un desplazamiento del penacho de cenizas que podría afectar a la operatividad del aeropuerto de La Palma, que sigue en funcionamiento aunque se han reportado retrasos a primera hora de la mañana de este lunes en vuelos interinsulares.
La emisión de dióxido de azufre (SO2) sigue registrando valores altos, acordes al proceso eruptivo, y alejados, por el momento, de los umbrales máximos permitidos en cuanto a calidad del aire.
Y en cuanto al delta lávico o fajana, continúa extendiendo su superficie y avanzando en la profundidad del mar hasta situar su frente sobre la cabecera de un cañón marino. No obstante, se ha corregido el cálculo estimado de su superficie y se ha fijado en 34 hectáreas, frente a mediciones anteriores que lo aproximaban a las 40 hectáreas.