David tenía claro desde antes de los tres años que era un niño y así lo empezó a verbalizar. Su familia fue clave en su acompañamiento hacia la transición. Su madre, Eva Pascual y presidenta de Chrysallis se sintió identificada con lo que estaba viviendo su hijo al recibir una charla en su colegio en la que se hablaba de personas trans. Explica que se encontró en un principio con algunos obstáculos: un pediatra que le recomendó que no le fomentara esa insistencia del menor en que era un niño y también vivió reticencias para poder cambiar su nombre en el registro, que fue todo un periplo. “Aceptar que los cuerpos son diversos es el aprendizaje que nos trae una infancia trans”, asegura. Donde no encontró problemas David fue en el colegio en el que estudia, donde desde un primer momento los niños de Infantil aceptaron con naturalidad su cambio. “Muchas veces éramos los adultos los que hacíamos planes, pero los niños no”, recuerda Agustín Torres, exdirector del CEIP Pepe Monagas. Inés Araña, subdirectora del CEIP El Tablero, donde estudia actualmente el niño, explica que el centro es desde hace algunos años “acogedor con el alumnado trans” y que por lo general las familias no discrepan en que el alumnado reciba charlas o educación en igualdad.
El ámbito educativo es uno desde los que se hace fundamental trabajar en la prevención y en fomentar la sensibilización. Y es que “el tránsito de una persona trans no es nada fácil, pero no porque la persona sea trans, sino porque la sociedad lo pone difícil”, explica Álvaro Martín, productor audiovisual, en el programa Trópico Distópico emitido este miércoles. Por ello, también da charlas a los jóvenes y realiza acompañamiento. “Yo solo estoy diciendo que quiero ser yo. Desde que soy yo mismo, tengo mi empresa, la pareja que siempre he deseado, estoy mejor que nunca con mi familia y amistades, ¿Qué daño le he hecho a la sociedad? ¿me lo puedes explicar?”, añade.
María Jesús Guedes es coordinadora de un plan de Educación e Igualdad de la Consejería de Educación de Canarias. En él se incluyen aspectos como el género sentido, el acceso al baño del género sentido, el uso del lenguaje inclusivo o en el caso de que en el colegio se lleve uniforme, este sea acorde al género sentido. También se trabaja por establecer un clima de confianza en el aula, por reconocer referentes trans, visibilizar, prevenir el acoso LGTBi o sensibilizar, entre otros. Pero este no es el único protocolo que existe en la comunidad autónoma. En el ámbito sanitario, Canarias también cuenta con un protocolo que tuvo que revisarse recientemente. Johana Cabrera, gestora de casos del servicio Transcan, subreaya que más de un 70% de las personas trans sufren ansiedad o miedo antes de llegar a la consulta “y eso es sobre todo que tiene miedo a que no se les nombre por su identidad o su nombre, a cómo van a ser nombradas en la lista de espera y sobre todo a tener que mentir”.
En 2009 existía ya un protocolo en las Islas, pero las personas trans consideraban que las patologizaba ya que estaba más enfocado a darles una asistencia sanitaria para el tratamiento hormonal y quirúrgico y una tercera persona, un profesional de salud mental, tenía que validar quiénes eran. Ahora, dicho protocolo se encuentra actualizado para acompañar en el proceso de tránsito. “Lo primero que le pregunto a una persona trans cuando llega a la consulta es qué necesita”, asegura. Para someterse a un tratamiento quirúrgico explica que no se precisa de un informe que precise que se tiene disforia de género, pero sí una valoración psicológica sobre su capacidad de comprender igual que se hace en otras intervenciones como la cirugía de reducción de estómago. Además, realiza una importante aclaración y es que “no es verdad que se hormone a los niños”.
Más realidades trans
Álvaro Martín afirma que sí se puede ser una mujer con pene o un hombre con vagina. Señala que es tan fácil como preguntar a un hombre que “si tiene un accidente ahora y le cortan el pene, deja de ser un hombre”. Explica que existen aún muchos aspectos culturales ya que a las mujeres y a los hombres no se les lanza los mismos mensajes desde que son pequeños. A las mujeres, por ejemplo, “no se les educa en ir al gimnasio y en estar musculada”. Por ello insiste en la importancia de la diversidad y en que se las personas trans tengan las mismas oportunidades para ser tratadas como iguales. Su mensaje es que “no están solas” y que a partir de ahora comienza el camino de la diversidad y está lleno de empatía.
“Yo en mi caso no tengo vagina y sigo siendo mujer como otra cualquiera. Cumplo los roles que intentan meter en lo que es una mujer y aún así me siguen quitando el papel de mujer”, explica la trabajadora social Dakota Dawson, que lamenta que “sufre lo mismo que otras mujeres”. Señala que en ocasiones ha sufrido comentarios desagradables en las redes sociales y aunque ha hecho un gran trabajo consigo misma y no le afecta sí que los borra para evitar que otras de sus seguidoras que estén en el tránsito se puedan sentir mal. Pide que las personas se reeduquen a sí mismas, que se relacionen con otras personas, que conozcan sus experiencias y la entiendan como real.
¿Por qué se reivindicaba una nueva ley trans?
La sexóloga Noemí Parra recuerda que hay que diferencias entre lo qué es el sexo (aquello que tiene que ver con las características sexuadas) y el género (atribuciones culturales que parten de esas diferencias sexuadas) y remarca que aunque este último implica desigualdad existe porque “lo encarnamos y vivimos en nuestra vida cotidiana”. La experta añade que actualmente (hasta que entre en vigor la nueva norma estatal) las personas trans tienen que pasar por dos años de hormonación, “un sometimiento de la corporalidad para que se ajuste a lo que es mujer o hombre más allá de lo que la persona quiera” además de un test para el que los instrumentos que se utilizan para su determinación asegura que son sexistas, que están basados en estereotipos de lo que es ser una mujer y un hombre. “A mí me hacen ese test y no lo paso”, afirma.
Johana Cabrera insiste en este aspecto y recalca que la Ley de 2007 que aún se encuentra en vigor expresa que para cambiar tu nombre en el DNI tienes que pasar dos años de hormonación y un papel que diga que tiene disforia de género. Señala que la norma canaria (aprobada hace unas semanas) facilitará todo el procedimiento administrativo para que cuando una persona trans, por ejemplo, realice papeleo en la administración pública no tenga por qué llamarse por el nombre que figura en su DNI, sino que se tomará el número de referencia y se le llamará en todo momento por el nombre que la persona quiera. Desde este martes se ha aprobado una ley estatal que va mucho más allá y reconoce la autodeterminación de género despatologizando la transexualidad, como determinó la Organización Mundial de la Salud en el año 2018.
La nueva una norma estatal causó fricciones en el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, ya que una parte de los socialistas se negaban a aceptar esa “autodeterminación de género”. La secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género, Noelia Vera, defiende que “la ley trans no va a borrar derechos de nadie, va a dibujar derechos para todas las personas” y recordó que algo parecido ocurrió con la aprobación del matrimonio entre personas homosexuales, que “decían que iba a ser la destrucción de la familia tal y como se concebía”.
Como miembro de la plataforma Contra el Borrado de las Mujeres, Elisabeth Tarrío remarca que existe una tendencia “que ha estado surgiendo a nivel internacional de sustituir la categoría del sexo por la llamada identidad de género”. A su juicio, “si eso se borra, se borra toda la lucha de las mujeres y los derechos que hemos conseguido”. Considera, al igual que una parte del feminismo, que puede generase problemas en el deporte o a la hora de presentarse a unas oposiciones al cuerpo de bombero, por ejemplo. También cree que es posible que haya que modificar el procedimiento para acreditar que una persona es trans, pero no eliminarlo. Así mismo, aseguró que con la ley canaria actual (que en realidad no tiene competencias sobre las prisiones) el asesino de su prima Vanessa en Fuerteventura en el año 2018, que durante el juicio celebrado el pasado mes aseguró que se siente mujer y que quería que le llamaran Lorena en lugar de Jonathan gracias a la norma canaria podría pasar a un módulo de mujeres. Esta persona, que ya ha sido condenada a 41 años de prisión en una sentencia conocida hace apenas unos días, se encuentra en un llamado “módulo de respeto” por una instrucción del año 2006 y no en base a ninguna ley actual. Además, todas las fuentes jurídicas consultadas remarcaron a este periódico que sería juzgado en base al género que constaba cuando cometió el delito, como así se pudo constatar en la sentencia de hace unos días. El caso no se juzgaba como violencia de género porque la ley estatal de 2004 estima como tal la cometida en el ámbito de la pareja o expareja.
En cuanto a las infancias trans, señaló que “una persona con cinco años no es capaz de comprender la trascendencia del cambio”, que hay “estudios que muestran que en un 85% con ”acompañamiento“ se les quita la disforia y que ”los niños dicen que son muchas cosas“, que ella conoce una que dice que es exploradora, que hay muchos que dicen que son Spiderman y entonces ¿Qué haces, les abres una ventana?”, cuestionó. Así mismo, al preguntarle sobre si sus palabras son iguales que las que pronunció Rocío Monasterio (Vox) hace unos meses agradeciendo a la vicepresidenta Carmen Calvo que haya “reconocido que el sexo es un hecho biológico y que los niños tienen pene y las niñas vulva”, añadió que el planteamiento de esa formación es que los niños tienen comportarse como niños y las niñas como niñas y que desde la plataforma lo que se pide es que sean libres.
Dos leyes recientes
La ley trans canaria fue aprobada el pasado 26 de mayo en el Parlamento con un total de 66 votos emitidos, ningún voto en contra y ninguna abstención. Incluido el PP se sumó a esta norma. Canarias establece que bastará con que la persona interesada manifieste expresamente por sí misma o por sus representantes legales, su identificación como mujer, hombre o persona no binaria, así como el nombre por el que se identifica caso de no coincidir con el expresado en la documentación oficial obrante en un procedimiento administrativo. De esta manera, despatologiza a las personas trans, a las que no se les requerirán informes psicológicos para acreditar su identidad Se trata además de una ley integral que abarca desde el empleo a la Sanidad o a Educación. Así mismo, incluye sanciones por discriminar a estas personas, por trato vejatorio, entre otras.
El pasado martes, en plena semana del Orgullo, el Consejo de Ministros aprobó la norma estatal tras duras negociaciones. La norma aún debe pasar por órganos consultivos, volver al Gobierno y pasar al Congreso antes de su aprobación definitiva, pero ya reconoce que las personas ya no tendrán que declararse enfermas para modificar su sexo legal en el DNI, por ejemplo. Finalmente, se encuentra integrada dentro de la ley LGTBI que incluye también la prohibición de las terapias de conversión.