Repatriados los nueve tripulantes del barco abandonado en el Puerto de La Luz
La tripulación del buque carguero Marin, integrada por cuatro ucranianos, cuatro croatas y un montenegrino, ha sido repatriada a sus países entre este pasado viernes y sábado, después de que el buque esté pendiente de embargo por un juzgado de Las Palmas de Gran Canaria.
Gonzalo Galán, inspector en Canarias de la International Transport Worker's Federation (ITF), organización que ha prestado apoyo jurídico a los tripulantes del Marin desde su llegada al puerto de Las Palmas el 8 de junio, ha dicho a la Agencia Efe que la solicitud de embargo del barco fue presentado el pasado martes.
Galán ha desvelado que ya hay una persona interesada en la compra del buque y que han sido infructuosos los intentos de contactar con el armador de la embarcación y, también, con los dueños del cargamento de cascarilla de arroz, un producto que se utiliza tanto para piensos de animales como revestimiento de sus lechos.
El inspector ha señalado asimismo que la ITF ya se ha dirigido a Silos Canarios para que se valore el estado de la carga, aunque, en su opinión, la Autoridad Portuaria de Las Palmas debería “mover ficha” para conocer el estado de una carga que es perecedera y que podría generar un problema de salud pública en el puerto.
Por su experiencia en casos anteriores, Galán no descarta que en las próximas fechas pueda aparecer el dueño de la carga y se interese por ella, pero que tampoco descarta que después de que se inspeccione el producto almacenado en las bodegas del barco éste deba ser desembarcado en la isla.
Este portavoz de la ITF ha subrayado que el abandono de buques “es una situación habitual” que se da en todo el mundo, aunque el caso de Marin es el “más grave” de los últimos años en el Puerto de Las Palmas.
El carguero, que tiene bandera de la República Democrática del Congo, llegó al Puerto de La Luz el pasado 8 de junio, después de que sus tripulantes denunciaran ante la ITF que no habían recibido sus salarios durante los últimos cinco meses.
Los problemas se agravaron el 8 de junio, cuando la tripulación se vio obligada a enviar una señal de socorro al encontrarse sin apenas combustible y provisiones de alimentos y agua, siendo rescatados por a Salvamento Marítimo, que remolcó al buque a puerto.