Luces y sombras han entrado en Risco Caído desde que el pasado 7 de julio la Unesco lo declarara Patrimonio Mundial. El despliegue mediático, la falta de sustento científico o la sobreprotección institucional son algunas de las críticas que investigadores de diferentes ramas de la ciencia han elevado contra el estudio del yacimiento. Fue en 1996 cuando su descubridor, el arqueólogo y empresario Julio Cuenca, tuvo el primer contacto con él, y desde 2017 las voces contrarias resuenan en torno a su método de trabajo. Entre ellas la del geógrafo Eustaquio Villalba, que ha puesto en cuestión la existencia de un observatorio astronómico en las cuevas de Artenara, en la cumbre de Gran Canaria.
Villalba reconoce que haber obtenido el reconocimiento internacional es una “hazaña única”, pero considera que, en esta ocasión, la gesta carece de trabajos que apoyen su rigor científico. “Un artículo, el de su descubridor, es el único sustento del dossier enviado al organismo internacional para que le fuera otorgado el ansiado galardón”, critica Villalba en una columna titulada Risco caído: ejemplo de una historia manipulada. El dossier al que apela Villalba y que fue presentado a la Unesco en la convocatoria está integrado por 546 páginas y puede consultarse en la web oficial de Risco Caído, tal y como señala Julio Cuenca.
El matemático José Barrios también ha mostrado en una reciente entrevista ofrecida a Radio Nacional su desacuerdo con la “sobreprotección” que por parte del Cabildo de Gran Canaria ha recibido Risco Caído en detrimento de otros yacimientos como la montaña de Cuatro Puertas, en Telde. Ya en 2017, en un estudio académico titulado Algunas consideraciones sobre las políticas de protección del Patrimonio Arqueoastronómico de Gran Canaria: los casos de Risco Caído y Cuatro Puertas avanzó que los análisis de Barrios mostraban un “preocupante” desequilibrio en la protección de ambos sitios, motivado por el “desconocimiento” sobre el estado de las investigaciones sobre el segundo. En el documento, pedía a la corporación insular que reevaluara sus políticas de protección a los yacimientos de la Isla. A partir de sus estudios arqueoastronómicos modernos de Canarias, el matemático sostiene que el yacimiento de Telde alberga “varios marcadores del solsticio de verano” y que su conservación debería ser una absoluta prioridad.
Eustaquio Villalba achaca estas decisiones administrativas a una “ideología basada en el etnicismo nacionalista” que sirve de “justificación” para que inviertan en Risco Caído “una parte importante del presupuesto destinado a conservación de todo el patrimonio de las islas” para alcanzar el título de Patrimonio de la Humanidad con algo con “poca base científica”. Además, en su columna incide en que la historia no puede ser interpretada con valores actuales: “Lo sufrí durante el franquismo y siempre me propuse alejarme”.
Despliegue mediático
El matemático Barrios reconoce que la primera vez que escuchó hablar de Risco Caído como un lugar de observación preciso y marcador del solsticio de verano fue en 2010 a través de los medios de comunicación. Además, en la entrevista radiofónica califica de “rimbombante” la forma en la que se ha descrito la teoría construida en torno a estas cuevas que carecen de estudios “serios” sobre los aspectos astronómicos y las dataciones de carbono 14. “Durante seis años se ha promocionado indiscriminadamente, con una enorme cantidad de recursos públicos, la cueva [...] Mientras tanto, Cuatro Puertas se hunde entre la desidia y el despropósito”, escribe en su estudio. En el documento, Barrios pide incluso la dimisión inmediata de los responsables directos de las políticas de conservación. Canarias Ahora intentó también contactar con otro experto que declinó la propuesta por la amplia difusión que ha recibido el yacimiento en este medio.
Villalba, por su parte, echa en falta después de la “enorme difusión mediática” que ha recibido el Patrimonio Mundial, que catedráticos de las universidades canarias se pronuncien al respecto. Manuel Fariña, profesor jubilado del departamento de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna, ha señalado a este periódico que la Unesco ha dado a Risco Caído este reconocimiento internacional “con razón”. “A veces parece que solo tiene rigor científico aquello que se ajuste a la realidad europea, pero también tenemos que considerar las preocupaciones de otras civilizaciones que estudian no solo el entorno que les rodea, sino también el inframundo o el supramundo. Es el caso de las poblaciones de la Canarias prehispánica. El ser humano necesita diferentes respuestas”, señala.
Además, insiste en que antes de que cualquier yacimiento reciba la categoría de Patrimonio se elaboran diferentes expedientes y se estudia en profundidad cada caso. “No es una decisión que se haya tomado en Canarias en función de los intereses de aquí”, asevera.