La sanidad canaria retoma catorce años después la compra de un equipo contra el cáncer para dejar de depender de Madrid

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha anunciado el inicio de los trámites para adquirir un ciclotrón, un equipo que permite la fabricación de radiofármacos que se utilizan en pruebas diagnósticas, sobre todo para enfermedades oncológicas. Hasta ahora, los hospitales de las Islas dependen de los lotes de estos productos que llegan cada mañana de lunes a viernes en vuelos procedentes de Madrid, donde se sitúa la fábrica que los distribuye. 

Esta infraestructura es una vieja aspiración de los servicios de Medicina Nuclear. De hecho, no es la primera licitación. En 2010, hace ya catorce años, el Servicio Canario de Salud (SCS) intentó instalar un equipo de estas características en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), en la isla de Tenerife, pero la empresa adjudicataria quebró después de unas primeras obras de acondicionamiento y el aparato nunca llegó. 

Sanidad ha informado este lunes del inicio del expediente de contratación para el “suministro e instalación” de un ciclotrón en el HUC “y su correspondiente laboratorio”. Además, ha señalado que la intención es adquirir otro para el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria, cuyo servicio de Medicina Nuclear explota una empresa privada, Dimec, del grupo Hospitales San Roque, pese a que el contrato expiró en 2015, hace ya nueve años, y que un informe de finales de 2019 recomendaba devolverlo a manos públicas para ahorrar más de un millón de euros al año. 

La Consejería cifra el importe completo de la nueva licitación en 12 millones de euros y estima un plazo de ejecución de treinta meses. Sanidad no ha informado por el momento qué tipo de ciclotrón se prevé instalar en el HUC o su tamaño. El coste de un equipo de gama media, que no precisa búnker y que se puede desarrollar en un espacio de 90 metros cuadrados, ronda los 3,5 millones, según la información que una empresa del sector trasladó a los profesionales del Hospital Insular de Gran Canaria hace unos meses. 

Los ciclotrones fabrican los isótopos radiactivos que se utilizan en las tomografías por emisión de positrones (PET), la técnica de diagnóstico de imagen más avanzada para el diagnóstico de tumores y su extensión. También para enfermedades neurológicas y cardiológicas. Los radiofármacos que se emplean ahora en los hospitales de las Islas se producen la madrugada anterior en una fábrica de la empresa Curium Pharma en la capital. 

El compuesto con el que se fabrican estos fármacos, llamado 18F-FDG, tiene una vida limitada. Cada dos horas pierde la mitad de su radiactividad inicial, por lo que el material producido en Madrid llega al Archipiélago degradado. Por el camino se pierde un porcentaje importante de su capacidad y, en consecuencia, del número de dosis que se pueden suministrar. A los pacientes se les inyecta la dosis entre 50 minutos y una hora antes de entrar en el PET. 

La dependencia de Madrid se hace más palpable cuando se producen fallos en el suministro. A mediados de octubre del año pasado se produjo una avería en el ciclotrón de la capital que cortó el abastecimiento durante más de una semana y obligó a suspender más de 65 estudios sólo en el Hospital Insular de Gran Canaria. Cada día de martes a viernes llegan dos lotes. Los lunes sólo arriba uno. Según fuentes sanitarias, en este complejo suelen realizarse alrededor de 14 PET-TAC al día (a excepción de los lunes), aunque han llegado a contabilizarse hasta 19 en los últimos meses por prolongaciones de jornada que fueron posibles por un aumento en la capacidad del segundo envío, que permitía inyectar las últimas dosis hasta las 15.30 horas y realizar las pruebas a las 16.30. 

Sin embargo, estas prolongaciones de jornada no operan desde la semana pasada, según las mismas fuentes, porque no se han abonado las cantidades pendientes al personal de enfermería desde que se puso en marcha este sistema, hace ya tres meses.