Ocupó el asiento 5D y salvó la vida. Beatriz Reyes Ojeda tuvo la alegría y la desgracia de confirmar el estudio de la Universidad inglesa de Greenwich, que dice que estadísticamente los asientos delanteros son los más seguros. Y como ella, los otros 18 supervivientes restantes de la tragedia de Barajas.
El estudio universitario, supervisado por las autoridades de la aviación civil británica y publicado por el periódico británico The Times este mismo año, concluyó que ocupar los primeros asientos ofrece un 65% de probabilidades de convertir a sus ocupantes en supervivientes. A medida que se avanza por el estrecho pasillo de la aeronave las probabilidades de salvar la vida van disminuyendo, hasta el 53% de los que ocupan la parte trasera.
No son datos al azar manejados por el destino, como alguno pudiera pensar, el equipo universitario trabajó con los resultados de 105 accidentes con aterrizajes forzosos o que tuvieron que hacer frente a un fuego en el interior y un total de más de 2.000 supervivientes. A todas las cifras las pasaron por el tamiz de las matemáticas para publicar las claves de la buena suerte: Lo mejor es huir de los asientos situados a partir de la sexta fila de las puertas de emergencia, son los más peligrosos, tanto hacia atrás, como hacia adelante, aunque en menor medida.
Afinando en las estadísticas, entre la segunda y quinta fila de las salidas de emergencia, existen un poco más de probabilidades de salvarse de un fuego. Otra clave de la investigación indica que los asientos de pasillo tienen una media de supervivencia de un seis por ciento más que los números centrales y de ventanilla.
Tener miedo a volar es un lujo continental que no puede permitirse el canario si desea viajar de forma rápida. Pero si tras el siniestro del JK 5022 de Spanair aparecen nuevos temores o se calientan demasiado los que ya se incubaban, habrá que tirar del estudio publicado en The Times, para sentirnos más tranquilos en el sitio.
Dudas por resolver
La compañía no ha querido hacer público los números de asientos del avión JK 5022 de Spanair, ocupado por los otros 17 heridos. Actualmente todos los datos los maneja la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que trabaja para esclarecer las causas que concluyeron en el fatal desenlace.
En este sentido, el único análisis hecho público por el CIAIAC asegura que el avión se estrelló primero contra el suelo con la cola, por lo que se desprendió la parte trasera. El resto del aparato se desplazó a 1.200 metros frenándose en la zona del arroyo. Durante este recorrido los daños se agravaban en el aparato, por los desniveles del terreno, afectando a los pasajeros.