Los novios, los testigos y la mayor parte de la documentación que se requiere para casarse. Con casi todo lo necesario para iniciar los trámites, de matrimonio se presentó J. en el Registro Civil de Las Palmas de Gran Canaria el pasado 10 de agosto. Había solicitado cita presencial un mes antes, pero no contaba con la odisea que le resultaría conseguir el certificado literal de nacimiento, un documento que su pareja tramitó en un mismo día de forma electrónica. Ambos tienen la nacionalidad española, pero hay un punto que les diferencia: el lugar de nacimiento. Mientras que su pareja nació en Canarias, J. (que prefiere que no se utilice su nombre completo) era en 1968 uno de los bebés de unos padres canarios que se fueron a trabajar a El Aaiún (capital del Sáhara Occidental) cuando era una colonia de España. En su DNI pone que su nacionalidad es española, pero este verano ha descubierto que su lugar de nacimiento lleva consigo una serie de problemas burocráticos.
El hombre cuenta a esta redacción que, cuando comprobó cuáles eran los requisitos para iniciar el trámite de matrimonio, su pareja no tuvo ningún problema en tramitar su certificado literal de nacimiento en la sede electrónica del Ministerio de Justicia. Lo mismo intentó él posteriormente con su certificado digital. El proceso le requería que introdujera el “país de nacimiento” y, al escoger España, se le desplegaron como opciones cada una de las provincias y ciudades autónomas, además de un campo que rezaba “antiguos territorios de soberanía española”. Se trata de un apartado en el que discrepa ya que su lugar de nacimiento, insiste, “es el Sáhara”. No obstante, a pesar de que al inicio del procedimiento se otorga esta opción, la solicitud no puede ser terminada ya que llega un momento en el que al intentar “crear la solicitud”, el formulario del Ministerio de Justicia obliga a incorporar nuevos datos como el registro civil de inscripción del nacimiento, un punto que “es imposible de rellenar para quienes somos nacidos en el Sáhara”, apunta.
Cuando al afectado se le pregunta por el país donde fue inscrito al nacer, entiende que debe introducir “España”, porque “es la única opción disponible para los nacidos en el Sáhara antes de 1975 y además es la única real. No están disponibles en el desplegable ni Sáhara ni ''Antiguos territorios de soberanía española'”. Por ello, escogió la opción “España” y posteriormente se abrió un nuevo campo denominado “provincia de inscripción”. En este punto, muestra cómo vienen detalladas todas las provincias españolas actuales y, por tanto, “no es posible escoger la opción Sáhara”, de manera que “siempre hay un campo imposible de cumplimentar y no es posible crear la solicitud”, lamenta.
Con este problema burocrático pendiente, llegó a la cita en el Registro Civil de Las Palmas. Ese 10 de agosto, la pareja y los testigos pidieron permiso en sus trabajos para poder asistir a este inicio de un trámite tan importante para ellos. Sin embargo, al explicar que uno de los certificados literales de nacimiento era imposible ser entregado, afirma que le instaron a entregar la documentación que faltaba en los próximos 20 días, una fecha que no considera acorde a los procedimientos y que no podrá cumplir dadas las trabas para acceder a dicho certificado.
El camino hasta el Registro Civil Central
J. afirma haber detectado desconocimiento en el Registro Civil de Las Palmas sobre su situación. Insiste en que es un ciudadano con nacionalidad española, pero nacido en un territorio que ya no es español. Señala que, una vez salió de esta cita, llamó al Registro Civil Central, donde supuestamente eran enviados los certificados literales de nacimiento de aquellas personas nacidas en El Aaiún antes de 1975. En ese organismo asegura que le instaron a tramitar su solicitud de manera electrónica. Al explicar la imposibilidad de cumplimentar dicho trámite debido a esas trabas a la hora de seleccionar el lugar de nacimiento, le informaron de que la única posibilidad es solicitarlo de forma presencial en Madrid con cita previa o por correo postal, un trámite que no sabe cuánto puede tardar, ya que también le han comunicado que le será remitido por la misma vía. Esta misma semana, ha enviado esta solicitud a través de Correos, aunque no del todo convencido de que vaya a dar resultados pronto.
Según la web del Registro Civil Central, en él se inscriben “los ciudadanos españoles nacidos en el extranjero, los extranjeros que adquieren la nacionalidad española, el nacimiento y la adopción ocurrida en el extranjero, las modificaciones de nacionalidad y vecindad de personas nacidas en el extranjero, el matrimonio celebrado en el extranjero entre españoles o entre personas que posteriormente adquieren la nacionalidad española, el matrimonio secreto, la defunción de españoles ocurrida en el extranjero o la defunción de personas de nacionalidad extranjera fallecidas al servicio de las Fuerzas Armadas”. Entre los supuestos no aparecen, por tanto, los ciudadanos españoles nacidos en el Sáhara antes de 1975. Por ello, J. sigue en la incógnita de si este documento se encuentra en ese registro. Además, explica que desconocía que todos podemos trasladar nuestro certificado de nacimiento a otro registro al menos una vez en la vida.
J. siente que se le está privando de su lugar de nacimiento, ya que “antiguos territorios de soberanía española” no es un lugar que exista como tal. Además, le queda otra batalla administrativa que lidiar, ya que en el padrón municipal de Las Palmas de Gran Canaria aparece como “nacido en Marruecos” algo irreal y que considera que falsea las estadísticas.
Queja al Defensor del pueblo
Este ciudadano de Gran Canaria ya ha remitido al Defensor del Pueblo una queja acompañada de documentación donde se aprecia su DNI y cómo en él se resalta que su lugar de nacimiento es El Aaiún, Sáhara, y su nacionalidad española. En la queja adjunta una serie de pantallazos sobre todo el proceso electrónico para tratar de solicitar el Certificado Literal de Nacimiento y los escollos encontrados durante el camino que han concluido sin que pueda llegar a terminar la solicitud por esta vía. “Cualquier ciudadano español puede solicitar un certificado de nacimiento a través de la sede electrónica del Ministerio de Justicia (bien obteniéndolo inmediatamente si con los datos disponibles es posible, o bien creando una solicitud con los datos disponibles, que será atendida por el Ministerio de Justicia y enviado el certificado posteriormente) salvo si se ha nacido en el Sáhara”, reprocha.
“Los españoles que hemos nacido en el Sáhara cuando era español no podemos finalizar la solicitud a través del formulario establecido para ello, por lo que nos vemos obligados a utilizar el Registro Electrónico de la Administración General del Estado y localizar la Dirección General a la que hay que dirigir una solicitud 'manual' elaborada por nosotros mismos, ya que en la Sede Electrónica del Ministerio de Justicia ni tan siquiera se ha habilitado una solicitud general para casos como el que ocupa”, continúa el ciudadano en su queja.
En su escrito hace alusión al artículo 14 de la Constitución Española, donde se establece que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento ...” Y añade que “el Ministerio de Justicia, en sus formularios para la solicitud de certificados, discrimina a quienes hemos nacido en el Sáhara precisamente por razón de nacimiento”, pues el “lugar de nacimiento es el motivo por el cual no tenemos acceso a las mismas prestaciones que oferta el Ministerio de Justicia en su Sede Electrónica”. Esta redacción ha enviado en dos ocasiones un cuestionario sobre este asunto a dicho ministerio que, de momento, no ha respondido a las dudas planteadas.
La colonia canaria en el Sáhara
Los vínculos entre Canarias y el Sáhara son históricos. La doctora en Historia Beatriz Andreu Mediero recuerda en el artículo La colonia canaria en el Sáhara Occidental. De sus orígenes a la descolonización que, según el censo de 1967, del total de población extranjera (9.395 personas) que había en el Sáhara, el 35% (3.317) había nacido en Canarias, mientras que el 51% (4.798) lo había hecho en otras provincias españolas, el 5% (434) en otros puntos del extranjero y el 6% en el Sáhara, entre los que muchos eran hijos de canarios. A pesar de que allí habitaron canarios de todas las islas, fueron los de las orientales quienes, por su proximidad, contribuyeron en mayor medida a engrosar el censo local. “Así, el Sáhara fue un reclamo para numerosos canarios que establecieron allí empresas o comercios y que marcharon como comerciantes, representantes, empleados de empresas españolas y extranjeras, albañiles, electricistas, transportistas, maestros, cuidadoras de niños, dependientes o pescadores”, recuerda el artículo.
La historiadora destaca en ese documento que los motivos para marchar al Sáhara en general fueron de carácter económico. “Se buscaba trabajo y romper con el destino agrícola de las islas” ya que los sueldos allí eran mucho más elevados; “se buscaba un futuro”. Remarca que el contexto socio económico de Canarias frente a la Península era diferente, de manera que mientras para “los peninsulares suponía un atraso en cuanto a calidad de vida de una familia, para el canario suponía una mejora”. Señala que la adaptación “fue muy buena y rápida en el caso de los canarios, tanto por la predisposición como por la similitud del entorno”. El artículo también hace referencia al regreso, que comenzó con el anuncio del abandono y la tensión en el territorio, sobre todo en El Aaiún. A muchos canarios, la evacuación les pilló por sorpresa. Gran Canaria fue el principal punto de recepción de los miles de españoles que allí había. “En general, recuerdan la evacuación como una fractura en sus vidas, pues pensaban envejecer allí. El regreso tuvo un impacto psicológico y económico para casi todos”, concluye la historiadora.