El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha instado al cuerpo a tomar medidas contra un mando de Las Palmas de Gran Canaria al que acusa de incitar al uso de medidas de reducción de detenidos contrarias a su código ético, como “la patada en la boca”, y de exponer a riesgos a sus agentes.
El SUP denuncia que los jefes del Cuerpo Nacional de Policía en Canarias están reaccionado con “pasividad” ante sus quejas por la conducta de un inspector que está al mando de uno de los grupos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la provincia de Las Palmas desde marzo del año pasado.
El sindicato sostiene que ese inspector se dirige a sus agentes con términos peyorativos, como “mercenarios”, interfiere en sus planes de formación, descalifica el sistema de trabajo que seguían antes de su llegada y les exige emplear “medios más contundentes”.
Según el SUP, este jefe de grupo de la UPR ha llegado a dar a sus subordinados recomendaciones como estas durante una clase de defensa personal: “Miráis, y cuando nadie os vea, le dais una patada en la boca, que para eso os da las botas la Policía” o “Aquí, menos defensa y reducciones, y más saco”.
El sindicato subraya que frases como esas “claramente contradicen el código ético de la Policía y han generado asombro y desconcierto entre el grupo”
Además, el SUP sostiene que ese inspector, “lejos de moderarse” cuando recibió las primeras quejas, “inició una batalla contra quienes más abiertamente discrepaban de sus métodos de trabajo, mientras continuaba sus descalificaciones al grupo con frases como 'no tenéis cojones' o 'los hombres se visten por los pies'”.
El sindicato también le reprocha que haga “caso omiso de los protocolos de seguridad” y haya expuesto “a riesgos innecesarios” a funcionarios a su cargo en algunas actuaciones policiales, con decisiones que tilda de “temerarias”.