SEVILLA, 8 (EUROPA PRESS)
La madre de la mejor amiga de la joven sevillana Marta del Castillo, cuya desaparición y presunto asesinato se juzga estos días en la Audiencia Provincial, ha señalado que con motivo de una visita que realizó al piso de León XIII la noche de los hechos pudo comprobar que éste olía a “limpieza extrema”, con “un olor a lejía alucinante”, al tiempo que también constató que en su interior “había dos personas muy tranquilas”, en referencia al principal acusado, Miguel Carcaño, y su hermano, Francisco Javier Delgado, que mostraron una actitud de calma “que asusta, sabiendo que se acababa de matar a una persona”.
En declaraciones a los periodistas con motivo de su declaración como testigo en la décima sesión del juicio, programada para este martes, Susana García ha explicado que junto al padre de uno de los amigos de Marta se presentó en León XIII en torno a las 5.00 horas del 25 de enero de 2009, siendo de las primeras personas que hablaron con Carcaño y Delgado. Así, ha subrayado que, a su juicio, “Marta no salió viva de esa casa” y que “sabíamos desde el principio que Carcaño sabía algo”, si bien no llegaron a sospechar que hubiese terminado con la vida de la joven.
García ha incidido en las “contradicciones” observadas comparando la primera conversación con Francisco Javier Delgado, por vía telefónica, “donde nos dijo que hacía muchísimo tiempo que no había visto a su hermano ni hablado con él, y que no conocía a Marta”, con la posterior visita nocturna, donde “fue todo lo contrario, diciendo que había visto a Miguel entrar en la casa y que Marta se había quedado en la puerta, marchándose tras coger unos CD”.
Asimismo, esta testigo ha expresado que si algún tipo de autoridad hubiese acompañado a estas personas cuando hicieron acto de presencia en León XIII “pienso que se hubiesen esclarecido muchas más cosas, pues solos no nos atrevíamos a más”. En esta visita, según ha añadido, no vio señales de la acusada María García, aseverando que sería “incierto” que ella se encontrase dormida en el dormitorio del que salió Carcaño, ya que la luz estaba encendida y salió dando un portazo.
“Desde el principio están mintiendo, y a estas alturas no me creo nada en absoluto”, ha incidido García, recalcando que ambos hablaron con “seguridad” y sin titubeos. “Miguel estaba muy tranquilo, con ropa como si se acabase de bajar de la moto --Delgado sí lucía ropa de andar por casa-- y por eso en aquel momento no pensamos nada”, ha afirmado, para añadir que conocía a Carcaño y que “nunca” le gustó, pues su situación era “un poco sospechosa”.