“Enfermedades previas: Alergia, escoliosis idiopática y transexualismo”. Un facultativo del servicio de urgencias del centro de salud de Los Llanos de Aridane, en La Palma, ha tratado la transexualidad como una patología en el parte médico del paciente Damián Rodríguez, que acudió por dolores lumbares.
El hombre de 41 años, tal y como adelantó la Cadena SER, asistió al centro sanitario el pasado 25 de enero después del trabajo por fuertes dolores de espalda. “El médico ni me exploró, estuvo todo el tiempo frente al ordenador sin decirme nada. Supongo que habrá estado mirando mi historial”, ha señalado Rodríguez a este periódico.
En ese momento, el paciente no recayó en lo que ponía en el informe de urgencias. “Fui al médico cerca de la una de la madrugada y entraba de nuevo al trabajo a las seis de la mañana, así que me fui a casa después de que me pincharan y me dormí”, explica. Al día siguiente, cuando se dispuso a entregar el documento a sus superiores, se percató de que el profesional que lo atendió había incluido entre sus enfermedades previas el “transexualismo”. “Menos mal que me di cuenta, porque estaba todo el personal en la oficina”, confiesa.
La gerente de los Servicios Sanitarios de La Palma, Mercedes Coello, ha explicado a Canarias Ahora que el área de urgencias cuenta con un sistema informático que no está actualizado en cuanto al listado de enfermedades internacionales, del que la transexualidad desapareció en 2018. “En las especialidades contamos con una versión nueva que no la incluye”, asegura. A pesar de ello, considera que el doctor, al que aún no han logrado identificar, “podría haberlo revisado y quitado del informe clínico”. Sin embargo, comprende que “en urgencias muchas veces se copia y pega del historial” por el volumen de trabajo.
Coello se puso en contacto con Damián Rodríguez para pedirle disculpas y ha propuesto que la identidad sexual de los pacientes pueda ser retirada del historial si estos lo desean, para que solo lo vea la persona que le atiende en ese momento.
Rodríguez señala que en ocasiones anteriores ya se ha encontrado con dificultades en el Servicio Canario de Salud. “Hace cinco años fui a la psiquiatra y decidí parar mi proceso, porque no me sentí comprendido”, recuerda. Sin embargo, con el fallecimiento de su madre en 2018, decidió dar el paso. “Entendí que te puedes morir de un día para otro, y yo no quiero morir así”, asevera.Por otra parte, dos de las veces en las que acudió al centro de salud para cambiar su nombre del sistema, no pudo por falta de conocimiento del personal administrativo que le atendió. Un problema que se solventó la última vez que fue a solicitarlo. “He contado siempre con el apoyo de mi familia, eso lo pone más fácil”.