El viento y el oleaje siguen impidiendo que comience la recogida del combustible derramado por del hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov hace seis días, un reguero de manchas que cada vez se alejan más de Canarias, pero cuyos efectos comienzan ya a manifestarse en las aves marinas.
Salvamento Marítimo mantiene en la zona del vertido dos buques con equipos de recogida de hidrocarburos, el Miguel de Cervantes y el Luz del Mar, apoyados por el remolcador Punta Salinas, la embarcación Guardamar Talía y los aviones Sasemar 101 y 305.
En ese punto del Atlántico, siguen soplando vientos del nordeste de 25 a 30 nudos (de 46 a 55 Km/h), que han provocado que la mancha principal del vertido se haya desplazado 38 kilómetros en dirección suroeste en las últimas 24 horas. Si este domingo se encontraba a 92 kilómetros de Gran Canaria, este lunes está ya a 130.
En esas condiciones, el vertido se aleja cada vez más de las costas del Archipiélago canario, pero los buques de Salvamento Marítimo trabajan en medio de olas de dos metros y medio que les impiden utilizar sus sistemas de succión de hidrocarburos.
Entre tanto, las embarcaciones desplazadas hasta esa zona continúan dispersando mecánicamente la manchas de combustible más ligero, para facilitar su desaparición en el océano.
Greenpeace ha calificado este lunes de “insuficientes” los medios desplegados en ese área marítima para intentar contener el vertido.
“Lo que se está haciendo es como poner a un niño con una cuchara a vaciar una piscina”, ha denunciado el portavoz de la organización ecologista, Juande Fernández, que considera que solo con cuatro barcos, la operación se puede dilatar demasiado y será imposible evitar los peores impactos del vertido sobre la fauna.
De hecho, el fuel del Oleg Naydenov comienza ya a encontrarse en aves marinas: a las dos tortugas bobas rescatadas la semana pasada se ha unido este lunes una pardela, con el plumaje tan dañado por el combustible que parece muy difícil de recuperar, ha confirmado el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria.
La aparición de ese ave, en las cercanías del puerto de Arguineguín, en el sur de la isla, confirma los pronósticos de los últimos días por biólogos y ecologistas, que temían que el vertido esté provocando importantes daños a las aves marinas, aunque estas todavía no hayan llegado a la costa.
Ante la previsión de que más animales hayan quedado impregnados de combustible del pesquero ruso, el Ministerio de Medio Ambiente ha preparado un operativo para recoger y atender a la fauna que aparezca con manchas de fuel, en el que cuenta con el apoyo de la Guardia Civil y de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en Canarias.
Mientras tanto, el Ministerio de Fomento espera que este martes se encuentre ya sobre la zona del naufragio del Oleg Naydenov el buque de la empresa noruega Otech, contratada para intentar acceder al pecio con un robot submarino, a 2.400 metros de profundidad.
El robot intentará tomar imágenes del arrastrero, para comprobar en qué estado se encuentra y si es posible afrontar el objetivo que se ha marcado Fomento: tratar de extraer el combustible que quede en sus tanques, para evitar más riesgos al medio ambiente (el Oleg Naydenov había cargado 1.409 toneladas de fuel cuando sufrió un incendio a bordo, en el puerto de Las Palmas).
La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) ha instado al Gobierno a que, en paralelo, prepare un plan de prevención para hacer frente a una hipotética llegada del fuel a las costas.
Por su parte, Greenpeace tiene previsto desplazar este martes un nuevo equipo al sur de Gran Canaria, para tomar muestras del vertido. Además, ha pedido a Fomento que permita embarcar en alguno de los buques de Salvamento a representantes del movimiento ecologista, para ofrecer mayor transparencia sobre la gestión de esta crisis.
Un satélite sigue la mancha
El satélite español DEIMOS-2 está haciendo seguimiento de la mancha de fuel derramada por el Oleg Naydenov. De esta manera, las imágenes adquiridas muestran la evolución, entre el pasado viernes y el sábado, de la mancha de fuel vertida por el pesquero ruso que transportaba 1.400 toneladas de fuel en sus tanques, según informa Elecnor Deimos, el área tecnológica de Elecnor.
Asimismo, el satélite destaca por ser el primero español de muy alta resolución. Fue lanzado al espacio en junio de 2014 y desde entonces viene captando imágenes muy alta calidad de la Tierra gracias a una cámara de gran precisión, con 75 centímetros de resolución y con una capacidad de 150.000 Km2/día a esta resolución con bandas RGB; NIR y Pancromática.
El objetivo de DEIMOS-2 es mejorar el conocimiento de los fenómenos naturales que ocurren en el planeta y contribuir a prevenir y gestionar posibles crisis de carácter natural.
El mismo tiene aplicaciones muy diversas para los ámbitos de agricultura; medio ambiente; cambio climático; control de crisis y protección civil -incendios o inundaciones-; así como defensa, inteligencia y control de fronteras.