Quedan apenas tres días para que Canarias acuda, se prevé que masivamente, a una protesta simultánea en las siete islas, más Londres, Berlín, Madrid, Barcelona, Málaga y Granada, para pedir un cambio en el modelo de desarrollo del Archipiélago, imponiendo límites al turismo y tomando medidas para proteger a la población local y al entorno y paisajes isleños, entre otras reivindicaciones.
A esta convocatoria, que partió de una docena de organizaciones en Tenerife, la secundan ya decenas de colectivos ecologistas, sociales, cívicos, medioambientales, sindicatos, agentes de medio ambiente y forestales e incluso partidos políticos de toda Canarias. Una a una todas las islas del archipiélago se han sumado hasta lograr una convocatoria unida y amplia que pretende ser histórica en cuanto al número de asistentes.
A estas voces que piden cambios en el modelo de desarrollo se sumaron también este lunes las murgas de Tenerife. Consideradas las voces de los barrios y del pueblo, no se habían pronunciado hasta ahora, pero durante los pasados Carnavales las letras de sus canciones dejaron bien clara su postura. Ahora, en un vídeo difundido en redes sociales, representantes de cada una de las bandas han dado diferentes argumentos para acudir a la protesta del sábado, 20A, recalcando, eso sí, que no es turismofobia, como se ha afirmado desde el Gobierno regional, el sector empresarial y la patronal hotelera.
“Los murgueros y murgueras alzan la voz para decir que... no es turismofobia, es fobia a un modelo insostenible, es que nos echen de nuestras casas, es que Canarias no es un parque de atracciones...”, comienzan diciendo miembros de Los Bambones, Los Triki Trakes, Tiralenguas y Diabólicas. Les siguen La Sorona, Trabachones, Marchilongas, Zeta Zetas, Ni Pico ni Corto, Los Chinchosos, Trapaseros, Tras con Tras, Desbocados, Diablos Locos y Mamelucos. Juntos gritan al final que Canarias tiene un límite, eslogan de la manifestación.
Que las murgas se sumen a esta reivindicación le otorga a esta un sentido más amplio y refleja que el mensaje de movilización contra el modelo de desarrollo ha calado más profundamente en la sociedad canaria que en protestas anteriores, y que el nivel de hartazgo es mucho mayor. Hay que recordar que mientras Canarias bate récord de llegadas de turistas (más de 16 millones en 2023, sobre una población de 2,2 millones) y de gasto de los turistas en el destino, los niveles de pobreza siguen por encima del 33% de la sociedad, la tasa de paro sigue siendo de las más altas del país y los sueldos, los segundos más bajos. A esto se suma que la población ha crecido considerablemente en los últimos años con la llegada de habitantes venidos de la Península y otras partes de Europa, así como de América Latina, mientras las infraestructuras sanitarias o educativas, las carreteras y el saneamiento apenas ha variado. Tampoco se ha incrementado la vigilancia ni la protección de los espacios protegidos o emblemáticos de las islas, que soportan cada vez una presión mayor dado el aumento de visitantes. Y así ocurre que el Parque Nacional del Teide, que con más de 4 millones de turistas al año es el primero en visitas en España y el cuarto de toda la UE, tan solo cuenta con cuatro agentes para la vigilancia de sus más de 26.000 hectáreas.
El Archipiélago se encuentra en una emergencia habitacional y energética declarada por el Gobierno regional, mientras que la isla más poblada y la que recibe más turistas, Tenerife, está en emergencia hídrica, como Fuerteventura y La Palma. Y mientras, las políticas de desarrollo siguen encaminadas a traer más turistas este 2024, cuando, según las previsiones, se superarán las marcas de un 2023 de récord.