En la mayoriÌa de los casos no se sabe en queÌ momento se puede torcer la vida. En otros siÌ. La de Onofre y Guaya tomoÌ otro rumbo el diÌa en que murioÌ ahogada su hija de siete anÌos, hace ya cinco, en la playa lanzaroteña de La Garita. “Te cambia la vida radicalmente, es lo peor que te puede pasar”, dice Onofre. Desde entonces, efectivamente, las cosas no han ido bien.
Onofre es muÌsico profesional desde los 17 anÌos. VivioÌ en Lanzarote hasta 1992. TocoÌ en el MeliaÌ Salinas y en casi todos los hoteles de Costa Teguise. GanoÌ dinero y se marchoÌ. MontoÌ un negocio con otra pareja y todo salioÌ mal. Se arruinoÌ. VolvioÌ hace doce anÌos, con Guaya, pero nada era igual. En estos anÌos han participado con diversas iniciativas en las uÌltimas bienales del Cabildo, han mantenido varias propuestas musicales y han presentado proyectos musicales y educativos, muchos de ellos alrededor de la muÌsica electroÌnica. Pero no ha habido eÌxito.
Los uÌnicos ingresos que tienen ahora salen de lo que recauda Onofre cada tarde tocando en la Calle Real de Arrecife. Eso y algo maÌs de 200 euros que cobra Guaya de la mutua. Trabajaba de camarera y tuvo que dejarlo hace unos meses porque estaÌ enferma. “No le di importancia al principio, pero te vas quedando asfixiada...”. Guaya tiene agorafobia, que, de forma simplificada, es el miedo a los espacios abiertos. Le molesta la luz hasta tal punto que cuando se abre la puerta del garaje, que ilumina toda la estancia, se refugia en las escaleras que dan a la planta baja y aparece despueÌs con unas gafas de sol. Todo tiene que estar en penumbra.
Onofre, Guaya y sus dos hijos de 14 y 16 anÌos viven en un garaje en la localidad de TahiÌche. Es el segundo lugar que han ocupado en los uÌltimos dos anÌos. Primero vivieron en los apartamentos abandonados Senator, de Costa Teguise, hasta el desalojo el pasado mes de julio. Un amigo que viviÌa alliÌ les dio la llave de un apartamento que antes ocupaba su hermana y se trasladaron porque no podiÌan afrontar ni los 300 euros que estaban pagando de alquiler.
Dicen que en los Senator viviÌan “en el lado tranquilo” y que habiÌa dos realidades aunque “el ayuntamiento se empenÌoÌ en hacer ver que alliÌ no habiÌa gente con necesidades”. Cuentan que el diÌa del desalojo llamaron a la Guardia Civil y no acudioÌ, que no habiÌa orden judicial de desahucio y que los nuevos propietarios pagaron a la gente para que se marchara. Guaya asegura que le dieron ocho ataques de ansiedad. “Estamos negociando, no echaÌndoles”, dijeron, asiÌ que hicieron la mudanza en cuatro horas. “Hay gente que ocupa para que les paguen, no digo que no, pero no es nuestro caso”, senÌala Onofre.
En los Senator, la mayor parte del tiempo no tuvieron ni luz ni agua corriente. Ahora estaÌn igual. Tienen luz por un generador y cogen el agua de las gasolineras, pagando el precio por litro maÌs caro que el agua corriente: “Prueba a estar una semana sin agua y luz y me dices si ocupar merece la pena”, dice Onofre.
Durante el tiempo en que estuvieron en los Senator pidieron una entrevista con el alcalde de Teguise, que no se llegoÌ a producir. SiÌ se reunieron con dos concejales. Consiguieron una ayuda de emergencia para alimentos y medicamentos y otra del banco de alimentos “que se acaba en un diÌa”. Dice Onofre que le piden un montoÌn de papeles y que tiene “cuarenta calderos al fuego a la vez”. Guaya asegura que no quiere tener que acudir a servicios sociales pero siÌ poder acceder a un alquiler social.
Dice que los servicios sociales de Teguise han sido una complicacioÌn maÌs que una solucioÌn: “Con nosotros, seguimiento cero”. Tras la primera visita al garaje, cuando auÌn teniÌan los colchones en el suelo, les dijeron que si no resolviÌan la situacioÌn y enviaban a los ninÌos a otro lugar, en septiembre iniciariÌan ellos el proceso para que los ninÌos no vivieran en esas condiciones. El garaje, por otra parte, a pesar de que no es una casa, estaÌ adecentado “y los ninÌos no son unos bebeÌs”, recalca ella, que asegura que le dijeron que su enfermedad es un agravante, “una razoÌn maÌs para quitarme a los ninÌos”.
Guaya cree que “la gente necesita vivienda no solo ahora sino desde hace muchos anÌos y no se ha hecho nada, y nos dicen que las competencias son del Gobierno de Canarias, pero si ellos solo son intermediarios, para queÌ queremos a los intermediarios”.