El abuelo de Yeremi Vargas, José Suárez, ha afirmado este miércoles que su familia está “hecha pizcos” tras conocer que el principal sospechoso de la desaparición del niño, Antonio Ojeda, El Rubio, presuntamente ha confesado a un compañero de celda en la cárcel de Juan Grande que lo mató.
Suárez y su familia sólo esperan ahora que el investigado por la desaparición de su nieto, ocurrida el 10 de marzo de 2007 cuando jugaba en un solar junto a su casa de Vecindario, en Gran Canaria, diga “dónde metió” el cuerpo del niño para poder descansar y “no esté tirado por ahí como un perro, sino como un cristiano”.
“La Justicia nuestra es que diga dónde está el niño”, ha clamado su abuelo, quien ha dicho que a su familia no le basta con que Ojeda sea condenado si no se aclara dónde está el cuerpo de Yéremi.
Suárez ha señalado, además, que cree que “ese desgraciado le pegó el trastazo al niño allí mismo”, en el solar donde jugaba, antes de llevárselo, pues ha recordado que no había gente en la calle en esa zona de Vecindario cuando se perdió la pista del niño, un sábado a mediodía.
Así mismo, ha manifestado su absoluto convencimiento de que Antonio Ojeda El Rubio es el culpable de la desaparición de su nieto: “Es él, cien por cien. Eso está clarísimo”.
“El vio todo, pero le echa la culpa a todo el mundo”, como ha ocurrido con El Tani, otro vecino de Santa Lucía, quien, según Suárez, sufre una “medio depresión” por el hecho de que Ojeda le haya intentado involucrar tanto en lo que pudo pasarle a Yéremi, como en el abuso sexual a un menor de El Doctoral.
Para el abuelo de Yéremi, El Rubio es “una mala persona, un demonio”, que en cuanto supo que le condenaban por abusar del niño de El Doctoral “se cabreó y empezó a contarlo todo”.
La madre de Yéremi, Ithaisa Suárez, ha ido este miércoles a trabajar como todos los días, según ha comentado su padre, quien ha afirmado que “tiene una fuerza envidiable” y que este martes su abogado le puso al corriente de las novedades del caso del que se ocupa el Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana.