Cada día, se suceden situaciones interpersonales en las que alguien pregunta qué hora es, pide un café en un bar o solicita un documento administrativo. Situaciones cuyo desarrollo, como mucho, pueden causar hastío.
Sin embargo, para el medio millón de personas que sufre el síndrome de Asperger en España, ejecutar estas tareas es casi imposible; de ellos, el 10% son niños. El síndrome produce “dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad”, si bien “las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media”, según la definición que ofrece la Federación Asperger España.
Un proyecto de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se ha propuesto derribar los muros comunicativos y ofrecer ayuda usando, simplemente, un dispositivo móvil o una tableta.
Se trata del Proyecto Sapp, desarrollado por el estudiante de Informática José Luis Molina. Él también padece este trastorno severo del desarrollo que suele llevar asociado “depresión, ansiedad o conducta en los hábitos alimenticios”, relata el joven desde el escenario del Teatro Juan Ramón Jiménez, donde se celebran las jornadas formativas Aprendemos juntos sobre Autismo (29 y 30 de marzo) y que organiza la Fundación Autismo Diario.
“¿Quién no ha tenido una cagada social en su vida? Pues ahora imagínense tener cagadas sociales todos los días”, ejemplifica el futuro informático, para quien, hace un año, le hubiera resultado emocionalmente imposible realizar esta exposición.
Sapp pretende ser un manual de consulta sobre cómo actuar en una relación social, por temporal que sea. Para Beatriz Correas, directora del proyecto y Doctora en Informática, “Sapp es como un guión, es como el cine”, donde se ofrece información para desenvolverse en el día a día.
La aplicación es de fácil manejo y puede usarla cualquier persona. Incluye una descripción de la situación, un guión redactado por terapeutas y un vídeo a modo de ejemplo. Podría estar listo a finales de este 2014 y, en un primer momento, estará disponible con el sistema operativo Android.
Los responsables de Sapp aseguran que, con esta guía, se podría paliar el aislamiento social y el consiguiente sufrimiento al que se exponen los Asperger.
Margarita de la Iglesia es psicóloga y asesora del proyecto. A través de su experiencia, ha tratado a numerosos pacientes con este Trastorno del Espectro Autista (TEA), donde existe “una incidencia alta de acoso escolar, sobre todo por la ingenuidad social, porque no saben reaccionar a la burla de los compañeros”, lo cual “produce una marginación y un rechazo por parte de los demás” y “dispara los niveles de ansiedad de estas personas”, explica.
Sapp contendrá inicialmente 80 situaciones sociales, pero su inteligencia artificial le permitirá aprender constantemente, ya que la aplicación incluye un apartado para añadir y valorar experiencias no recogidas de antemano. Su objetivo es romper la dependencia que el Asperger crea con su terapeuta o su progenitor, sin quienes se encuentra indefenso.
La iniciativa, dentro de la Red de Cátedras Telefónica, podría ser una herramienta de imprescindible utilidad en la vida cotidiana de los que luchan por desarrollarse socialmente. “Yo sé que va a salir bien, porque tengo fe ciega en esto y yo no suelo tener fe ciega en nada... bueno sí, en mí sí”, zanja José Luis Molina.