Como en la historia aquella en la que una hija confesaba a su padre que estaba “un poquito” embarazada, el Plan General de Santa Cruz de Tenerife tampoco está aprobado del todo. Solo un poco. Lo justo como para que los medios de comunicación oficiales y la maquinaria política hayan encontrado la excusa para lanzar las campanas al vuelo. Pero no es desde luego para tanto. Lo cierto es que lo publicado hace algo más de una semana en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) es el acuerdo adoptado casi un año antes por la Comisión del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) y no la normativa, con lo cual difícilmente se puede hablar de la entrada en vigor de planeamiento alguno. Una vez que se publiquen las normas y planos se tardarán aún quince días en que efectivamente el nuevo PGO sea de aplicación.
Lejos de los cálculos hechos desde el Ayuntamiento, el suelo realmente urbano que ha recibido su aprobación no supone ni el 20 por ciento del total. La mayor parte del planeamiento se refiere al Parque Rural de Anaga, zonas industriales y poco más. No obstante, para el grupo de gobierno ha supuesto la excusa suficiente para dar por aprobado un plan que lleva catorce años de tramitación y que ha atravesado épocas realmente convulsas. Como por ejemplo cuando surgió la batalla por las viviendas fuera de ordenación.
En realidad, si se lee el acuerdo publicado en el BOC, lo cierto es que el Plan General se sigue enfrentando a numerosos impedimentos de diverso pelaje. Por ejemplo, uno de los más llamativos es que el tan anunciado Plan Especial de Las Teresitas queda descartado. Desde la Cotmac se indica que esta área se tendrá que regular a través de un plan parcial, que permite mucho menos margen de maniobra y, digamos, creatividad que el anterior. Pero en cualquier caso se deja claro que la ordenación quedará supeditada a que culminen los numerosos procesos judiciales que tienen como epicentro la playa. De esta manera, no es descabellado apuntar que todavía se tardarán muchos años en desarrollar cualquier tipo de proyecto o de obra en Las Teresitas pese a que desde hace tiempo el inicio de los trabajos se anuncia como inminente.
Si decepcionante es el acuerdo sobre la playa más concurrida de Santa Cruz, no menor es lo adoptado sobre la urbanización de Costa Cardón. En este ámbito se han focalizado auténticas discusiones dialécticas, teológicas y urbanísticas sobre las posibilidades de construir en un lugar con valores paisajísticos y que por sus pendientes no puede albergar edificación alguna. Parte del PSOE, con el actual concejal de Urbanismo al frente, José Ángel Martín Bethencourt, hizo de la negativa a construir en Costa Cardón su auténtica batalla. Pero lo cierto es que en el acuerdo de la Cotmac se sigue dejando abierta la puerta a situar una urbanización en este enclave y para ello se pide al Ayuntamiento que delimite el nuevo núcleo. El compromiso del PSOE es declarar como rústico este entorno.
Pero existen numerosos puntos a subsanar. Por ejemplo no se han fijado las expropiaciones para ejecutar el Parque Marítimo de Añaza, resultado de un concurso de ideas. En el caso de edificios promovidos por medio de empresas relevantes se supera la edificabilidad permitida. En Hoya Fría se insiste en situar una Ciudad Sanitaria, pero lo cierto es que ni siquiera se ha pedido a la Consejería de Sanidad que emita su preceptivo informe. Puertos da por fin su visto bueno en cuanto que el Ayuntamiento ya no pretende regular suelo de su propiedad. Pero en Cueva Bermeja se prohíben los usos terciarios al estar los futuros edificios de oficinas u hoteles situados al lado de depósitos de combustibles en suelo de la Autoridad Portuaria.
En Las Huertas, para variar, se produce un auténtico embrollo: el Pleno intenta suspender la ordenación que había aprobado el propio Pleno. Por lo tanto se entiende que sigue vigente la urbanización con capacidad para más de cinco mil personas sobre unos terrenos cuya propiedad se decide en los tribunales. Eso sí, al menos se prohíbe la construcción de un geriátrico. Se rechaza que se contabilicen como espacios libres las aceras que rodean Presidencia del Gobierno y las de El Chapatal, un patio situado en Residencial Anaga o los jardines y canchas del barranco de Santos. Estos cálculos son fundamentales para aumentar los aprovechamientos en cada una de las áreas. A mayores espacios libres, mayores posibilidades de construir. Una vez más se ratifica que el previsto edificio en la plaza de toros, surgido de un concurso de ideas, supera todo lo imaginable en cuestión de volumetría. El recurrente debate sobre la caducidad del Plan es despachado de un brochazo. Los técnicos de la Cotmac califican la discusión de “baladí” en cuanto que la entrada en vigor de una nueva Ley el año pasado elimina del ordenamiento urbanístico canario el concepto de caducidad de los planes.
Excepto este extremo, los miembros de la Plataforma en contra del PGO consideran que se ha aceptado la larga serie de denuncias que habían planteado y que sobre todo se centraban en el aumento de edificabilidades a lo largo de la ciudad. Todos estos ámbitos están suspendidos. “Nadie puede decir que este es el Plan de Zerolo y la prueba de ello es que los empresarios ya lo han rechazado”, indica el portavoz de la Plataforma, Felipe Campos.