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Tiempo muerto

En el aire

entre ausentes nubes

sonidos sordos

Detenido por un instante en pensamientos ajenos. Silencio. Nada como atravesar mentes, navegar en espacios prohibidos.

Dentro caos y orden, partes de un todo mestizo, plural. Serpenteando es como mejor se recorre el lugar, movimientos suaves con swing que parecen acariciar cada esquina, cada rincón inaccesible. Me dejo llevar en una especie de baile sin sentido. Abandono mi estado y es la corriente del desplazamiento la que me arrastra en un zigzagueo constante y embriagador. Una extraña somnolencia se apodera de mí. Situación de ausencia y presencia, nunca se sabe si estoy dentro o fuera.

Al parar las imágenes parecen no ser nítidas. Toca destapar las habilidades de explorador para saber leer cada una de ellas, para interpretarlas como quien descifra un código nuevo. No hay normas, nada de lo previsto sucede, todo es sorpresa, novedad, descubrimiento. Tampoco importa si la interpretación de lo que se ve es la correcta, no es lo importante. Se es libre a la vez que esclavo de lo que acontece. La invitación a continuar es inevitable.

Poco a poco avanzo con la comodidad del que se va haciendo al lugar. Mi mirada se adapta y con ella reconozco elementos. Un recuerdo imborrable, deseos, añoranzas, algo de nostalgia, muchas tristezas, experiencias, unas cuantas obsesiones y alguna cabezonería. Manías pocas y sí muchas alegrías. Luego hallo placer, amor y también solo sexo. Pero no hay que olvidar que cohabita con ellos dolor, sufrimiento y un hilo de locura. En un recoveco encuentro excitación, delirio, trance. Las huellas del pasado inundan el espacio y pese a ello localizo varios sueños sin cumplir. El paso por el miedo es terrible porque me doy cuenta que ha estado ahí todo momento. Es justo cuando topo con la muerte, que a la vez, me devuelve un extraño sentido de la vida, curiosa contradicción. Todo se conjuga y se mezcla, una y otra vez se vuelve al mismo lugar, cadencia y repetición, ciclos recurrentes que me recuerdan que es el momento de abandonar este viaje. Habitar espacios impropios es recomendable a ciertas dosis. Mejor ser breve. No conviene abusar.

Ahora es el momento de salir, borrar de un plumazo lo visto y no recordar. Mente en blanco. Salgo como mismo entré, desprovisto de mecanismos que me permitan el anclaje. Ahora no es tiempo de grandes ideas. Escribo líneas y procedo de forma automática. Hoy es otro de esos días.

En el aire

entre ausentes nubes