Las kellys (las mujeres que limpian) son prácticamente el último eslabón en la cadena de mando de un hotel. Sin embargo, se trate de un colectivo imprescindible en la actividad de alojamiento, pues sin ellas este servicio no podría ser, por ejemplo, una pieza clave en el desarrollo y el crecimiento del sector turístico en Canarias.
Durante las últimas semanas, con convocatoria y desconvocatoria de huelga incluidas, se ha puesto sobre la mesa en las islas uno de los principales problemas de las camareras de piso: su excesiva carga de trabajo. Las peticiones de este grupo laboral, con dominio casi exclusivo de las mujeres, no son nuevas pues ya llevan al menos un decenio reclamando mejoras en sus condiciones de trabajo; eso sí, por ahora con escaso poder de convicción.
El número de camareras de piso que trabaja en Canarias oscila entre las 15.000 y las 17.000, en su mayoría mujeres, ya que se trata de un empleo muy feminizado. En toda España, hay un total de 100.000 empleadas en esta actividad. Según una encuesta realizada en 2016 por Comisiones Obreras (CCOO), más del 70% de las camareras de piso se medican para continuar con su trabajo.
Algunos datos de precariedad laboral chocan, sin duda, con los grandes beneficios percibidos por las empresas hoteleras en los últimos años, tal y como vienen reflejando las estadísticas oficiales de rentabilidad en los ejercicios más cercanos, también en Canarias.
En una de las provincias del archipiélago, en Las Palmas, son muy conocidos los casos de camareras de piso subcontratadas a través de empresas de trabajo temporal (ETT), algo que ocasiona una mayor precarización en el empleo y mayor carga de trabajo. Se trata de un problema que afecta a todo el país. En Canarias, el último convenio firmado por Comisiones Obreras (CCOO) no permite tal subcontratación en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, una realidad que difiere de lo que se practica en la provincia de Las Palmas, donde sí es posible.
La opinión de las que limpian...
Pilar, que prefiere utilizar su nombre de pila, es camarera de piso en Tenerife y lleva desde 1976 trabajando en los hoteles. Ella relata las dolencias físicas que sufre por su trabajo y cómo se siente indefensa ante la situación de “injusticia” que sufre este colectivo: “Tengo fibromialgia, artrosis y un dolor intenso en la cadera que me impide caminar. Vas al médico de la mutua y te dice que puedes trabajar. Es una vergüenza y una injusticia. No tenemos una regulación del trabajo en los hoteles; no se mira por las camareras de piso, que siempre estamos trabajando a contrarreloj. Trabajas ocho horas con habitaciones y pasillos”.
Pilar explica que las consecuencias no son solo físicas sino también psicológicas, y echa de menos que no exista más unidad entre las propias trabajadoras: “Psicológicamente, el desgaste es por el miedo de la gente, que no puede decir nada por temor a perder el trabajo. Deberíamos ser más valientes y estar más unidas”.
Myriam Barros representa al grupo Las Kellys en Canarias, y resalta que “la situación actual es que en el 90% de los hoteles los estudios ergonómicos no se cumplen. Se hacen, pero de forma muy genérica, y el psicosocial es que ni siquiera se hace”.
Esta trabajadora sostiene que la actual carga de trabajo ha sido permitida por todos los sindicatos y que el número de habitaciones que atienden las camareras piso oscila entre las 20 y las 30, aparte de las zonas comunes del hotel.
También señala que el 92% de las trabajadoras sufren ansiedad a causa del tiempo que tienen para realizar su trabajo, y que muchas veces deben ir a trabajar con dolencias físicas: “Te mandan analgésicos y al día siguiente tienes que ir trabajar. No es que las camareras de piso nos automediquemos, sino que nos lo receta el médico”.
Decisiones políticas y sindicales
La fuerte carga de trabajo que soportan las kellys es el único punto en que la mayoría de los sindicatos con representación en las islas están de acuerdo. El secretario general de Sindicalistas de Base, Manuel Fitas, cuestiona la falta de acción política a este respecto por parte del Gobierno de Canarias, ya que, aunque se han producido reuniones, no ha habido ningún avance claro para mejorar la situación de las camareras de piso.
No obstante, Fitas advierte de que existe la intención por parte de la Inspección de Trabajo (Gobierno central) y de la Consejería de Empleo (“hay un compromiso expreso”, dijo) de mejorar las condiciones actuales. Sindicalistas de Base es hoy en día la organización de trabajadores mayoritaria en la provincia tinerfeña; sin embargo, hay que recordar que surge como una escisión de Comisiones Obreras, la entonces liderada por Manuel Fitas tras la firma del último convenio colectivo en esta provincia, en 2015.
A principios de 2017, se debatió sobre la situación laboral de las kellys en el Parlamento de Canarias, y fue en ese momento cuando apuntó la posibilidad de adelantar la edad de jubilación de las camareras de piso.
La mayoría de estas trabajadoras acaban obteniendo una jubilación por invalidez debido a los fuertes dolores musculares y dolencias físicas que provoca la carga excesiva de trabajo a la que se ven sometidas a diario. Es una carga que, según Manuel Fitas, “también tiene repercusión económica” para los canarios, ya que las trabajadoras acaban acudiendo al Servicio Canario de Salud (SCS) y no a la mutua.
Esas empleadas atienden unas 20 habitaciones diarias de media en un tiempo de ocho horas. Sobre esto, Manuel Fitas explica que, aparte de la carga de trabajo que se presupone cuando se habla de que las camareras de piso realizan de forma diaria una media de 20 habitaciones, hay que sumar los imprevistos, como, por ejemplo, que una de las trabajadoras falte a su jornada laboral porque esté enferma. Esto genera una carga de trabajo a añadir al resto de sus compañeras.
El distanciamiento entre los planteamientos de los sindicatos con representación en este sector es cada vez más notorio. Así se observa en la postura de Intersindical Canaria (IC), que considera responsables de las malas condiciones laborales de las camareras de piso a los actuales dirigentes de Sindicalistas de Base.
Miguel Ángel González, portavoz de IC en la Federación de Hostelería de Tenerife, así lo manifestó en una entrevista con Tenerife Ahora: “Al incremento de la carga y de los ritmos de trabajo han contribuido los dirigentes del mismo sindicato que convocó la [última] huelga, entonces actuando como miembros de CCOO y también con la firma de UGT, pues introdujeron en el convenio colectivo de la provincia tinerfeña de 2012-2015 [y se mantiene en el actual] una ampliación de las funciones de las camareras de piso por encima de las que establece el acuerdo laboral de ámbito estatal (ALEH) para la hostelería”. De esta manera, González respondía sobre la situación del colectivo y el preaviso de la huelga más tarde desconvocada.