Puertito de Adeje
Qué está pasando en el Puertito de Adeje, en diez pasos
El Puertito de Adeje, un pequeño caserío costero ubicado en el sur de Tenerife, famoso por su playa de arena rubia y porque es uno de los pocos sitios de la isla en los que los bañistas pueden encontrarse con ejemplares de tortuga boba, se ha convertido en los últimos meses en el epicentro de la lucha ecologista de la isla. El inicio de las obras el pasado mayo del macroproyecto turístico de lujo Cuna del Alma encendió la mecha de las protestas contra esta y otras construcciones consideradas por parte de la sociedad isleña como desarrollistas, depredadoras del territorio y pertenecientes a un modelo económico basado en un turismo de masas que genera empleos precarios y desigualdad social.
El rechazo a este “disparate” o “barbaridad”, como lo han calificado Podemos Canarias y Nueva Canarias, que pretende urbanizar más de 430.000 metros cuadrados junto a dos espacios protegidos, no ha logrado frenar su avance. Pero sí lo han conseguido las denuncias interpuestas por los grupos ecologistas que lideran las protestas contra el proyecto. La primera orden de paralización llegó en junio por haber destruido un yacimiento arqueológico; la segunda, este jueves, por “daño ambiental inminente” al haberse constatado la presencia de una planta protegida que no aparecía recogida en la memoria ambiental presentada por los promotores.
Esta es la historia de la lucha ambiental contra Cuna del Alma, resumida en diez puntos:
1.Puesta de la primera piedra
El pasado mes de mayo se escenificó (porque en realidad las obras ya habían comenzado meses atrás) el inicio de los trabajos de Cuna del Alma. Al acto asistieron no solo los promotores (dos familias inversoras de Bélgica, Vandermarliere y Van Biervliet), sino también representantes públicos y empresarios: el alcalde de Adeje (municipio en el que se ubicará el complejo), José Miguel Rodríguez Fraga; la vicepresidenta del Cabildo de Tenerife, Berta Pérez; los inversores Sofie Vandermarliere, del holding de gestión de inversiones GT & Co, y David Van Biervliet, en representación de Fivanco; el promotor inmobiliario co- CEO Filip Hoste, y el director técnico co-CEO Andrés Muñoz; y Remo Masala, director creativo. En la publicidad del complejo se destaca que se construirán 420 villas de lujo que ya están a la venta, hoteles y otras infraestructuras, como restaurantes, piscinas, un embarcadero y un huerto. Todo ello con un marcado carácter sostenible, insiste la página web del proyecto.
2.Primera movilización. Pocos días después de conocerse el arranque oficial de las obras los colectivos Salvar La Tejita, ATAN, la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello y el Foro Contra la Incineración convocaron una asamblea ciudadana en el Puertito de Adeje. En la reunión, celebrada junto a la pequeña playa ante la mirada de los bañistas, se expusieron algunos puntos considerados oscuros por parte de los organizadores del encuentro, como la dificultad que estaban encontrando a la hora de acceder a la información pública relativa a permisos y otra documentación del proyecto. Además, el acto iba a significar una muestra “de la negativa de la población tinerfeña a que se lleve a cabo esta obra con la que pretenden continuar depredando hasta el último centímetro de suelo en el sur”. La semilla de las protestas ya estaba plantada. La cita fue un éxito de convocatoria, ya que asistieron cerca de medio millar de personas, y eso pese a lo remoto del lugar, a más de 80 kilómetros de la zona metropolitana de la isla. Poco después nacería la Plataforma Salvar el Puertito.
3.Primera denuncia. El mismo día de la asamblea ciudadana, Sixto Domingo García, un aficionado a la arqueología que había acudido al encuentro, decidió recorrer los riscos que circundan la playa una vez terminada la protesta. Acompañado de su inseparable cabrita, se adentró en el barranco y, sin más, se topó con unos grabados en piedra y lo que parecían ser los restos de un yacimiento aborigen. La Asociación Patrimonial Tegüico, presidida por él, redactó un somero informe sobre el hallazgo, y con él presentó la que sería la primera denuncia contra el proyecto ante el Cabildo de Tenerife, lo que forzó a esta institución a realizar varias inspecciones en la zona.
4.Llega la primera orden de paralización. La denuncia de Tegüico hizo intervenir al Cabildo y sus técnicos de Patrimonio corroboraron que se habían destruido restos arqueológicos. En un extenso informe que elaboraron y al que tuvo acceso este periódico se exponían todos los hallazgos arqueológicos en la zona y cómo las obras les habían afectado. Uno de los yacimientos, el de mayor importancia por tratarse de los restos de una cabaña, había sido destruido parcialmente de forma “irreversible”. El Cabildo dictó entonces la orden de paralización de las obras en la zona del yacimiento, una orden que afecta solo al 2% de los terrenos de Cuna del Alma, mientras que en el 98% restante los trabajos podían continuar. Al considerarse un daño “grave”, el Cabildo trasladó su informe a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias para que tomase las medidas oportunas.
5.Informes negativos. El proyecto Cuna del Alma ya venía fraguándose desde varios años atrás. El informe elaborado por el Cabildo tras la denuncia de Tegüico, al que llamaremos Informe A, destacaba que constaban como antecedentes en el Servicio Administrativo de Patrimonio Histórico dos documentos relativos a posibles restos en esa zona. Esos papeles formaron parte de la tramitación de sendos Informes de Impacto Ambiental del proyecto en 2014 y 2017, y ambos tuvieron un resultado negativo. En el primer caso, porque “no se ha efectuado la preceptiva prospección arqueológica” y no se había “contado con un arqueólogo debidamente autorizado para su realización”. Además, tampoco se había “valorado la existencia de elementos arquitectónicos o etnográficos (...) que pudieran ser susceptibles de protección”. Se instó entonces (en 2014) a incorporar una valoración del patrimonio debidamente realizada por arqueólogos. Tres años después, en 2017, Cuna del Alma intentó otra vez obtener un resultado favorable al Informe de Impacto Ambiental. El Informe A relata que en aquel documento la empresa incluyó un escrito de respuesta a lo expuesto en 2014 en el que afirmó que ya se había realizado la prospección arqueológica recomendada y que esta se había hecho “con personal cualificado”. En esa supuesta prospección, decía el texto, “no se encontró ninguna evidencia de material lítico, cerámico o malacológico, ni yacimientos arqueológicos o pinturas”. Pero el informe volvió a ser negativo, por dos motivos. El primero, porque consideró falso que esa prospección se hubiese llevado a cabo, y mucho menos por personal cualificado. Y en segundo lugar, porque de haberse realizado la prospección, debía constar una petición de permiso para realizarla, cosa que no existía, según el Informe A.
6.Acampada. Mientras los técnicos del Cabildo pasaban sus conclusiones al Gobierno de Canarias, un grupo de personas contrarias al proyecto y denunciantes de las posibles irregularidades y destrozos provocados por las obras se encadenó a una de las palas mecánicas. En el lugar instalaron tiendas de campañas y comenzó la llamada Acampada contra Cuna del Alma, que intenta velar por el cumplimiento de la ley en materia de protección de posibles restos arqueológicos y de la fauna y la flora protegida que habita en la zona.
7.Sanción de Patrimonio. La Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias recibió y analizó el Informe A. Para constatar lo expuesto, realizó sus propias inspecciones a la zona de obras y comprobó que se había destruido un yacimiento de forma “muy grave”. Por ello, abrió un expediente sancionador contra la empresa, Segunda Casas Adeje S.L., con multa de 600.000 euros. La empresa recurrió el expediente. Si finalmente es sancionada, tendrá, además, que reparar el daño producido por las obras acometidas sobre yacimientos arqueológicos. Es decir, sufragar el coste de las actuaciones que deban realizarse.
8.Denuncia por agresión. Tras varios meses con la pala excavadora inoperativa, trabajadores de la empresa que realiza las obras y personal de seguridad (según indicó la empresa) acudieron al amanecer del pasado 26 de septiembre hasta el campamento de protesta contra Cuna del Alma. Por la fuerza, liberaron la pala y agredieron, presuntamente, a los ecologistas allí concentrados, según relataron estos en diferentes vídeos compartidos en redes sociales. Tras este incidente, los acampados acudieron a las oficinas de la empresa ubicadas en las propias obras. Allí se produjo un altercado en el que algunos de los jóvenes entraron en las oficinas y, tal y como pudo observarse en un vídeo publicado por los propios activistas, el director del proyecto, Andrés Muñoz, agarró y tiró al suelo a una de las jóvenes. Esto acabó en una denuncia contra él por agresión. Mientras tanto, otro joven fue detenido por la Guardia Civil, aunque fue puesto en libertad horas después.
9.Manifestaciones multitudinarias. Desde que la magnitud del proyecto salió a la luz se han celebrado dos manifestaciones en la capital de la isla. Ambas han contado con el respaldo de numerosos colectivos sociales, vecinales y ecologistas, así como partidos como Sí Podemos y Nueva Canarias. Miles de personas recorrieron las calles de Santa Cruz de Tenerife en junio y también en octubre para pedir que se paralicen las obras y que se apueste por un modelo de desarrollo menos destructivo. “Canarias no se vende, se ama y se defiende” fue uno de los lemas coreados por los asistentes. Además, también se han recogido firmas y se ha celebrado un acto esta misma semana llamado Cultura contra el Cemento, en el que más de 200 personalidades del mundo de la cultura se han posicionado en contra de Cuna del Alma.
10.Segunda orden de paralización. Una de las denuncias reiteradas de los acampados en las obras insistía en que se estaban destruyendo especies vegetales protegidas, incluso “a patadas”. Dichas especies, hasta siete, no aparecían, además, recogidas en la memoria ambiental del proyecto. De nuevo fue una denuncia, esta vez interpuesta por la Plataforma Salvar La Tejita, la que llevó a la Consejería de Transición Ecológica a realizar una intervención. Este mismo jueves se dictó desde el Gobierno de Canarias la segunda orden de paralización cautelar del proyecto por la ''amenaza inminente de daño ambiental'' que suponen los trabajos sobre flora silvestre protegida. En concreto, se verificó la existencia de una población de viborina triste (Echium triste), una especie de flora que cuenta con la categoría de protección especial dentro del Catálogo Canario de Especies Protegidas.
En menos de un año este es el balance del proyecto Cuna del Alma en uno de los últimos parajes sin masificar del sur de Tenerife: dos órdenes de paralización, una propuesta de sanción por infracción muy grave, dos informes negativos y una denuncia por agresión.
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