La Carrera Laguna Solidaria, celebrada este domingo logró mil kilos de alimento, una cita que reunió por primera 500 personas voluntarios, deportistas y familias, en torno al objetivo común de la implicación social para que la localidad se convierta en una red de encuentro e intercambio de experiencias en lo que a voluntariado y corresponsabilidad social se refiere.
La carrera estaba organizada por el programa “La Laguna Solidaria” junto con diferentes áreas municipales como Servicios Sociales, Deportes, Seguridad Ciudadana y Movilidad, Fiestas, Medio Ambiente y Educación, con la colaboración de la Comisión de Fiestas y Asociación de Vecinos del Valle de Las Mercedes, que brindó al final del recorrido a los participantes una paella gigante.
La salida se dio en la Plaza del Cristo, a las 10.30 horas para la modalidad no competitiva; y a las 11.00 horas a la competitiva. No obstante, desde las 9.00 de la mañana hubo en la Plaza diversas actividades de dinamización. El itinerario discurrió por la calle La Rúa hasta el Camino de El Rayo y, desde ahí, por el Camino de Las Mercedes, hasta la Plaza de la Iglesia.
El encuentro no competitivo reunió a más de 500 personas, mientras que en la prueba de competición salieron 150 corredores, y entre los participantes significar la presencia del alcalde Fernando Clavijo y del concejal de Bienestar Social y Calidad de Vida, Miguel Ángel González.
La primera mujer en llegar a la meta fue Paula Martín (16:33) y el primer hombre resultó Antonio Ramos (15:30), mientras que la ganadora cadete fue Andrea Hernández (23:50) y Jesús David Delgado (16.54) fue el primero en masculino.
A la conclusión de la prueba, el Ademi se encargó de realizar una exhibición de deporte adaptado. Al tiempo, hubo música en directo. Además, varios “djs” animaron la fiesta posterior.
La carrera de este domingo sirvió para recaudar fondos para todas las entidades no lucrativas participantes en el proyecto, así como para recoger alimentos para los comedores sociales del municipio.
De hecho para participar era necesario aportar un kilogramo de comida y una inscripción simbólica de 5 euros, mientras que la parte no competitiva tuvo un carácter más familiar y de integración social, pudiendo hacerse caminando, en silla de ruedas o por cualquier otra forma que se considerase adecuada para personas con movilidad reducida.