Marco González: “Va a ser muy difícil celebrar la embarcación de la Virgen del Carmen”

Marco González (PSOE), alcalde de Puerto de la Cruz, no esperaba vivir “una situación de este calibre”, comparte la preocupación de los sectores comercial y hotelero ante la crisis social y sanitaria de la covid-19, y adelanta que “tenemos que preparar la ciudad porque vamos a tener que convivir de otra manera. Somos una ciudad turística y vamos a pasar momentos difíciles”.

El turismo de Puerto de la Cruz es nacional casi en un 50% y tiene un 80% de reincidencia: “Por eso debemos tener ahora mejor cara que nunca. Nuestros visitantes tienen que sentirse contentos y además seguros desde el punto de vista sanitario. Desde el Ayuntamiento vamos a dar formación en este sentido”.

Marco González tiene muy claro que toca “adaptarse y reinventarse” y en este contexto demanda a los Gobiernos canario y español cierta flexibilidad para que esa adaptación se dé con cierta cobertura social“.

Además avanza que las fiestas de Julio podrán celebrar sus liturgias en honor al Gran Poder de Dios y a la Virgen del Carmen, pero deja claro que “va a ser muy difícil poder celebrar las procesiones o la embarcación de la Virgen por el tema de la distancia. Estamos hablando de 10.000 personas en un recinto como es el muelle”.

El alcalde añadió que “el destino es caprichoso: esperábamos anunciar la celebración en el 2021 del centenario de la primera embarcación de la Virgen del Carmen y quizás el destino vuelve a ponernos en la tesitura de que la última procesión terrestre fuera la de su 99 cumpleaños”.

En todo caso anuncia novedades “porque las fiestas, la identidad, la cultura, las tradiciones nos dan de comer a todos. Suspender las fiestas sin buscar alternativas solo generaría pobreza”.

Edificio Iders

Marco González señala que la situación del edifico Iders es “extrema e hípercomplicada: Hemos intentado resolverla desde todos los ámbitos. Son personas que viven de ocupas en un inmueble del que en los años 90 el Ayuntamiento decretó su desalojo por padecer aluminosis. Y el asunto se ha enquistado. Es uno de los grandes problemas de Puerto de la Cruz. Y ha sido muy difícil ponerle solución”.

Ahora asegura estar “en el camino de encontrarla por dos vías: la de los propietarios que perdieron sus viviendas, a los que hemos presentado ya en asamblea una propuesta urbanística para la demolición y reconstrucción de ese edificio; y por el otro, el problema sanitario y social de las personas que ocupan ese lugar, para el que hemos puesto en marcha un proyecto de apoyo y asesoramiento con Cáritas”.

Cuando se decretó el confinamiento “teníamos previsto ubicarlas en el pabellón Miguel Ángel Díaz Molina, pero son personas que se niegan y no pueden ser obligados sino por las autoridades sanitarias o judiciales”.

Además había dos aspectos a tener en cuenta: “Se trata de una propiedad privada en la que nosotros no podemos hacer una obra y tampoco podemos ingresar involuntariamente a nadie aunque haya un problema de salud mental grave en algunos casos o de adicciones en otros. Hemos buscado soluciones temporales para que tengan unos mínimos de higiene resueltos. Hay un expediente abierto que esperamos se resuelva pronto y si la autoridad competente lo decreta no tenemos ningún problema en que se ingrese o confine a estas personas”.