El Cabildo de Tenerife ha dado luz verde a continuar con el polémico Circuito del Motor. A pesar de las protestas en contra de la sobreexplotación de la isla, el proceso de licitación de las obras ya tiene vía libre y se prevé que los trabajos arranquen en el segundo semestre del año. Las últimas modificaciones del proyecto, que contará con una inversión pública de 50 millones de euros, han sido aprobadas de manera definitiva y publicadas este miércoles en el Boletín Oficial de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife (BOP).
Así lo ha publicado el consejero Insular de Carreteras, Movilidad, Innovación y Cultura del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, en sus redes sociales, celebrando este nuevo paso. ''Tras décadas de espera, el Circuito será una realidad. Unas instalaciones que darán respuesta a la demanda del sector y de la numerosa afición que tiene el mundo del motor en la isla'', apuntó en Twitter.
Sin embargo, esta visión choca con la del sector de la población que se opone a este proyecto, que se levantará en Atogo (Granadilla). El 19 de julio de 2022, cientos de personas se manifestaron frente al Auditorio Adán Martín en contra de este circuito que, aseguran, ''nadie ha pedido''. Ese mismo día, dentro del recinto, se celebraba una gran presentación de la infraestructura organizado por el Cabildo, en la que estuvieron presentes el periodista Antonio Lobato, el corredor de Fórmula 1 Carlos Sainz, y el motociclista Carlos Checa.
Pocos días después, Enrique Arriaga confirmó en una comisión plenaria que la corporación insular gastaría 605.000 euros en la promoción del Circuito. Esta cifra se suma a los 51 millones de euros que se invertirán en la construcción del mismo.
Dentro de esta cifra se incluyen los 240.750 euros destinados a publicitar el Circuito en carreras de MotoGP. Para ello, el Cabildo de Tenerife contrató a la empresa Dorna Sport S.L. Según varias resoluciones consultadas por este periódico, se trata de la ''la única que podía prestar los servicios por razones de exclusividad“ al ostentar los derechos relativos a la explotación de las Áreas de Público de los eventos de motociclismo.
Una declaración de impacto caducada
Al elevado gasto en promoción se le sumó una nueva polémica. El macroproyecto cuenta con una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) caducada. Fue publicada hace once años y su validez solo era de cinco.
La DIA del Circuito del Motor señala que “si no se comienza la ejecución del proyecto en el plazo de cinco años” desde la notificación de la misma, esta caducará. Por su parte, el Cabildo defiende que las obras se iniciaron en ese plazo de tiempo, pero que fueron paralizadas por una causa imputable a la constructora. Por esta razón, según la corporación insular, no haría falta una nueva DIA.
Los planes para construir un circuito del motor llevan décadas de planificación y retrasos, con una primera propuesta fechada en el año 1990. Sin embargo, no fue hasta 2012 que se presentó el proyecto. Se prevé que la obra tenga una longitud de cuatro kilómetros y 16 curvas y se podrá alcanzar velocidades máximas de 320 kilómetros por hora.
Daños medioambientales
Diferentes científicos y ambientalistas ya han advertido de los posibles daños ambientales y sociales derivados de la construcción del circuito. Además, subrayan la presencia de tabaibal-cardonal en la zona, una especie autóctona de Canarias.
Además de los perjuicios para las especies vegetales, aves como los halcones tagarotes, en peligro de extinción, o los búhos chicos y los alcaudones, entre otras, encuentran en esta obra una amenaza a su hábitat, así como alteraciones en sus hábitos de alimentación y de cría.
Por otra parte, según los ecologistas, la población tinerfeña cercana a la zona también podría verse afectada por la contaminación acústica generada por los motores.
Este macroproyecto, que fue catalogado por el Cabildo como un atractivo turístico para los aficionados al motor, no tiene, sin embargo, prospecciones positivas a futuro. Otros circuitos, como Motorland (Aragón) o Los Arcos (Navarra), generan más pérdidas que ganancias. En el caso del Circuito del Motor de Tenerife, la financiación pública es mayoritaria, mientras que apenas existe inversión privada.