Arranca en Tenerife el III Starmus Festival
El Festival Starmus ha comenzado este lunes en Tenerife. A primera hora de esta tarde una larga cola se concentraba frente al auditorio de la Pirámide de Arona, en el sur de la isla, justo en el epicentro de una de las zonas más turísticas de Tenerife. Ante la mirada curiosa de los veraneantes que desconocían el por qué de tanto ajetreo, los starmusters, acreditación en mano, esperaban para entrar en el recinto pasadas las 2 de la tarde. Aunque en la propia isla sea difícil encontrar carteles que promocionen este evento, resulta que Starmus es un congreso que rebosa prestigio. En esta edición, que durará hasta el próximo viernes, participan 40 ponentes, entre ellos Stephen Hawking, Brian May o Neil deGrasse Tyson, y hasta 10 premios Nobel, como Adam Riess (astrofísico), Robert Wilson (físico) o Joseph Stiglitz (economista). Hay casi 200 medios de comunicación acreditados (la mayoría internacionales) y unas 800 personas inscritas para asistir como público a las numerosas charlas que se suceden cada media hora (aproximadamente) en el salón de actos de la Pirámide. Tenerife es, casi sin que los tinerfeños se den cuenta, el escenario en el que se están reuniendo estos días algunas de las mentes más brillantes de nuestra era.
Pero, ¿cómo nació Starmus?
“Esta idea surgió del astrofísico Garik Israelian, que, como residía en Tenerife, quiso promocionar la isla como destino astrofísico y astronómico en el mundo, y hace años propuso hacer un concierto en el Roque de los Muchachos (La Palma) con Bryan May y Jean Michel Jarre”, nos cuenta Alejandro Calvo Sánchez, Director General del Starmus. Por desgracia, esa idea no cuajó debido a las dificultades de producir un evento de ese tipo en un lugar como ese y además con público. Sin embargo, fue el germen del que luego nacería Starmus. “Eso fue en 2011, cuando apenas nos conocía nadie”, comenta Calvo. Entonces hubo 36 ponentes, 36 asistentes y una docena de medios de comunicación. Sin embargo, según Calvo, “el plantel fue espectacular”. Acudieron a Tenerife Neil Armstrong, Buzz Aldrin, Alexei Leonov y dos premios Nobel, entre otros. “Fue algo que nos sobrepasó a nivel mediático y organizativo, pero que no llegó al público”, afirma el director de Starmus.
Después de una pausa, en 2014 se intentó recuperar el espíritu del festival. “Tampoco teníamos muy claro que fuera algo que se fuese a mantener en el tiempo”, asegura Calvo“, pero el impulso llegó gracias a la asistencia de Stephen Hawking. ”El profesor quiso venir a la isla y apoyar a Garik porque es uno de los artífices de muchas de las teorías en las que trabajan luego los ideólogos; Garik es el 'hacedor' de los estudios sobre los que luego los teóricos trabajan“, nos explica. ”Apoyó a Starmus, vino en 2014 y eso le dio una cierta relevancia internacional“, afirma. Con la presencia de Hawking llegaron casi 40 medios de comunicación y se inscribieron 400 personas. ”Más de la mitad eran británicos, unos 50 americanos y el resto residentes canarios, gente muy vinculada a la ciencia, gente de la universidad, del IAC (Instituto de Astrofísica de Canarias) y aficionados, que los hay y mucho en las islas“, añade. Pasar de 40 inscritos a 400 fue un salto cualitativo. ”Ahí fue cuando de verdad nos dimos cuenta de que se podía garantizar el festival en el tiempo, o intentar consolidarlo“, nos explica Calvo. La idea final surgió a partir de una reunión de colegas profesionales. Fueron Jill Tarter, Brian May, Richard Dawkins, Garik Israelian, Stephen Hawking y el fallecido Harold Kroto quienes se reunieron para crear un evento para 2016. ”Eso es lo que estamos celebrando hoy“, afirma Calvo. ”Creyeron que por el apoyo que había tenido Stephen Hawking era de razón hacerle un homenaje y también aprovechar su figura para crear la marca Starmus y subir“, explica. ”Y es donde estamos hoy: un homenaje en el que tenemos 10 premios Nobel, cerca de 40 ponentes de muchas disciplinas diferentes y un Starmus consolidado como un evento científico en las islas“, añade.
Por qué en Tenerife
Alejandro Calvo Sánchez, Director General del Starmus, responde con rapidez. “Hay telescopios, hay buen clima y este no es un congreso al uso”, dice. Según él, “hay un ambiente distendido y jovial que no se daría en una ciudad. Eso les permite (a los ponentes) hacer un networking que no se haría en otro tipo de congreso”. Por eso, añade, el éxito de la asistencia al Starmus tiene que ver con que no es visto como un congreso científico convencional, sino más bien como “una reunión de amigos de la que pueden salir ideas fantásticas y charlas que nadie se espera”, comenta. “Y además está el GTC (Gran Telescopio de Canarias), que es puntero tecnológicamente”, añade.
¿Cuánto cuesta Starmus?
Alejandro Calvo no quiere hablar de cifras concretas, pero sí nos dice que, como cualquier otro congreso, organizar Starmus no es barato, con el coste añadido de la insularidad. “Pero esto también es un punto positivo, ya que la gente tiene más ganas de venir a la isla que si el congreso fuese en Madrid. No tendríamos nunca este plantel”, explica. Según él, a la hora de organizar este evento también se produce un efecto “vagón de cola”. Quiere decir que muchos ponentes están interesados en asistir debido a la presencia de otros ponentes con los que quieren encontrarse o coincidir. Es comprensible, ¿qué científico no querría compartir escenario con Hawking?
Por otro lado, también están los costes de la parte musical de este Starmus, que contará con un concierto el próximo viernes en el Audiorio Adán Martín de Santa Cruz en el que, entre otros, participarán los compositores Hans Zimmer y Brian Eno y se tocarán canciones del fallecido David Bowie. “Esto es algo en lo que nos diferencia de los demás congresos. Esto es ciencia y música, y la música es mucho más cara que la ciencia”, afirma.
Los gastos son pues, sin entrar en detalles, muchos, pero Starmus cuenta con el apoyo de instituciones como el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias. “Siempre hemos buscado el apoyo de las instituciones locales para que fomentemos la ciencia en las islas, y de hecho tenemos varios acuerdos con escuelas o la universidad”, comenta Calvo. “Este año tenemos 250 estudiantes canarios, y casi un tercio del aforo es de Canarias”, añade.
Sin embargo, a pesar del apoyo, este evento, de prestigio internacional, no despierta demasiado interés entre los tinerfeños y es mucho más conocido fuera de las islas que dentro. “Aunque llenáramos Santa Cruz de carteles no conseguiríamos llenar el festival”, asegura Calvo. Y no lo dice por decir. “El año pasado hicimos una prueba: celebramos un acto con Hawking en Santa Cruz y se quedaron sitios vacíos”, afirma. Y eso a pesar de que hay una tarifa de descuento del 50% para los residentes.
Fuera de la isla la repercusión mediática es, en palabras de Calvo, espectacular. “Tenemos que aprovechar esto para seguir creciendo y que no se nos vea solo como un evento de ciencia”, concluye.