Radio El Día y El Día Televisión dejaron de emitir repentinamente este lunes por decisión del administrador único de la empresa propietaria, Azul Infomedia, radicada en Tenerife.
La emisora de radio, que empezó su emisiones en 2003 aunque las interrumpió entre 2011 y 2013 al no conseguir licencia en el concurso convocado por el Gobierno de Canarias, y la cadena de televisión, adquirida en su día al grupo Azul, del expolítico Ignacio González, daban trabajo a 23 personas, incluidos algunos colaboradores en régimen de autónomo, según el representante laboral de la empresa.
Todos pierden sus empleos pero están a la espera de las salidas que a partir de este martes les ofrezca el responsable de la empresa, Juan Manuel Fernández Rodríguez, hijo de Mercedes Rodríguez y nieto de José Rodríguez Ramírez, el legendario director -ya fallecido- del periódico El Día.
La operación por la que Editorial Prensa Ibérica (EPI) se hizo con el 70% de la histórica cabecera, líder en la prensa de Tenerife, dejó fuera la radio y la televisión, explotadas por Azul Infomedia, que continuó operando y cierra ahora a poco más de un mes de la compra-venta. Y aunque los representantes laborales esperaban que la compañía de Javier Moll echara una mano para salvar la división audiovisual de Editorial Leoncio Rodríguez, esa ayuda jamás llegó. Fuentes de EPI recordaron este jueves que en su acuerdo con Mercedes Rodríguez y su hija jamás estuvo nada relacionado con la radio y la televisión.
“Se veía venir”, ha reconocido el representante de los trabajadores, que encuentra las causas en la “mala gestión” de lo gestores de Azul Infomedia. La empresa no cubría sus costes “y cayó en picado” desde la muerte en 2014 de José Rodríguez Ramírez. Por eso los trabajadores temen que el cese de actividades se justifique por los malos resultados económicos.
Pero aún siendo conscientes de que la situación económica era mala, lo que no ha gustado a la plantilla es el modo en el que la empresa ha comunicado su decisión, ordenando suspender las emisiones, sin que nadie previera nada y sin que los presentadores de los programas tuvieran la ocasión de despedirse de sus oyentes y de sus colaboradores.