El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Fernando Davara Méndez, aseguró, durante su conferencia en el Ciclo Movilidad, Transporte y Descarbonización, que organiza la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, en colaboración con la Fundación Cultural Canaria de Ingeniería y Arquitectura Betancourt y Molina, que la movilidad de Tenerife no mejorará hasta que se restrinja el uso indiscriminado del vehículo privado, porque hacer más carreteras y mejorar el transporte público no impedirá que “la gente siga cogiendo el coche”.
En su opinión, el problema central es la dependencia del automóvil. “Tenemos una cultura a favor del vehículo privado y la gente elige, incluso en igualdad de condiciones (tiempo y coste), el transporte privado”, pero, además, a pesar del esfuerzo económico que hacen las administraciones en el servicio de transporte público, sólo con eso no es posible que el transporte público sea competitivo con el vehículo privado.
La realidad de la movilidad en la isla “nos conduce a una disminución de la calidad de vida y cualquiera puede apreciarlo y, así lo percibimos nosotros cuando viajamos y nos comparamos con otras ciudades que trabajan hace tiempo en pro de una movilidad más sostenible: Barcelona, Pontevedra, Vitoria, San Sebastián, Córdoba, Málaga, Las Palmas… y también lo perciben los turistas que nos visitan”, señaló.
Para Davara, estos avances surgen de “unas políticas decididas de movilidad a favor del transporte público y contra el vehículo privado allí donde éste no es competitivo, políticas impulsadas desde la Unión Europea y así se reconoce con los Fondos de Recuperación, que financia sólo medidas de ese tipo, pues está demostrado que contribuyen a la descarbonización del transporte”
Respecto al futuro, advirtió que la población de Tenerife en los años 80 era 700.000 habitantes y ahora un millón y va a seguir creciendo. “Si sigue la progresión, superará los 1.170.000 de habitantes en 2024, lo que supone que habrá 2.300.000 viajes motorizados cada día, un 27% más de lo que tenemos ahora”, auguró.
Según sus datos, una tercera parte de los viajes de toda la Isla se producen en el área metropolitana y, según noticias en prensa de principios de año, Santa Cruz era la tercera cuidad más congestionada de España. Además, el área metropolitana, el Sur y el Valle de La Orotava acaparan el mayor número de desplazamientos. Con esta realidad, “el Anillo Insular no solucionará los principales problemas de movilidad de la Isla”.
La congestión en vías insulares: planificación
Davara aclaró que la situación de la movilidad en la Isla “no es solo un problema de transporte; sino que estamos hablando de un problema que tiene su origen en el planeamiento territorial y en el urbanismo”. Según describió, surge con la indisciplina urbanística, y se consolida en un planeamiento “absolutamente ajeno al transporte”. Es decir, “las actividades que atraen viajes se sitúan en el territorio con una lógica intrínseca ajena a las necesidades de desplazamiento, que se traduce en ejemplos como equipamientos muy alejados de donde reside la población. Aquí recordó la dispersión poblacional y el elevado número de asentamientos urbanos y rurales y apuntó que ”construir fuera de núcleos urbanos hace que sea muy difícil proveer un transporte público competitivo con el vehículo privado“.
Asimismo, resaltó que faltan criterios comunes en política de transporte entre administraciones como consecuencia del reparto de competencias. Se trata de “un problema en cascada”, puesto que es necesario la participación de todas ellas para obtener resultados efectivos en la consecución de un transporte más sostenible; como resultado “la isla carece de una política integrada y no tiene fácil solución”.
El ingeniero reiteró que la ausencia de políticas urbanas de movilidad sostenible es uno de los motivos principales de la congestión en las vías insulares. “Los ayuntamientos se han sentido al margen de la cuestión y se acaba reduciendo el problema a una falta de capacidad del viario insular, sin ser conscientes de que los municipios, que son el destino de los viajes y sufren las consecuencias, hacen menos de lo que podrían”, por ejemplo,“ desincentivando el aparcamiento de larga duración de forma indiscriminado en la vía pública o con la construcción de aparcamientos de disuasión”, insistió.
Los municipios necesitan, además, “estructuras técnicas que no tienen en la actualidad, y aunque la falta de recursos humanos es un problema generalizado en la Administración pública se puede paliar con contrataciones externas”, según detalló.