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Los fósiles marinos canarios pueden ser al menos un millón de años más antiguos

EFE/Ana Santana

Santa Cruz de Tenerife —

Al investigar fósiles de moluscos marinos de Canarias, la paleontóloga Esther Martín encontró especies semejantes a las que vivieron en los mares que cubrieron el centro de Europa hace entre 8 y 7 millones de años, lo que implica que los yacimientos costeros más antiguos de las Islas son, al menos, un millón de años más antiguos de lo que se había datado.

Esther Martín, que es conservadora de Paleontología en el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, constató este hecho durante la investigación que realizó con motivo de su tesis doctoral, titulada Gasterópodos marinos del Neógeno de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria. Revisión sistemática, paleoecología y bioestratigrafía.

En una entrevista concedida a EFE, la paleontóloga señala que en la investigación se centró en el análisis de la fauna malacológica que contienen los yacimientos costeros de las islas orientales, que hasta este momento habían sido datados en el límite Mioceno-Plioceno, alrededor de 6 a 5 millones de años de antigüedad.

Uno de los resultados más importantes de esta investigación es que la asociación de especies encontradas indican que la datación de estos yacimientos podría corresponder al Mioceno superior, dentro de un intervalo de tiempo de entre 8 y 6 millones de años.

Para su estudio la paleontóloga emprendió una revisión exhaustiva de la fauna de moluscos marinos y, más concretamente de los gasterópodos, de los que encontró 92 especies, diez de ellas nuevas para la ciencia. Las nuevas especies descritas - que se publicarán en breve en la revista científica Zootaxa - son someras, de costas rocosas y muy parecidas a las actuales, pues de hecho tres de ellas son lapas (género Patella) y otros dos arqueogasterópodos semejantes a los burgados.

Las diferencias con las especies actuales de estos género se centran en su mayor tamaño y robustez, explica Esther Martín, quien como ejemplo detalla que dos de las especies de lapas descritas tienen más de 9 centímetros de longitud. “No quiere decir que estas especies hayan evolucionado hacia reducir su tamaño, sino que unas mejores condiciones de los mares tropicales de esa época permitieron un mayor desarrollo de las conchas ”, precisa la investigadora.

Las condiciones tropicales en la época llegaban a latitudes más septentrionales y todavía el centro de Europa estaba inundado por un mar, el Paratetis. La paleontóloga, con el estudio de esta fauna, se ha percatado de que los fósiles hallados en los yacimientos canarios comparten varias especies con cuencas fosilíferas que se encuentran en la actual Polonia, la región francesa de Aquitania y el Mediterráneo.

“Compartimos más especies con esas cuencas de lo que se pensaba y ello ha dado pie a definir que la edad de los depósitos que hay en Canarias es más antigua de lo que hasta ahora se había dicho, es decir, no son del Plioceno sino del Mioceno superior”, puntualiza la paleontóloga. Ello se debe a que se había fijado la edad de acuerdo a las dataciones de las coladas volcánicas que se encontraban sobre los yacimientos, pero las coladas pueden depositarse por encima y no haberse formado al mismo tiempo, sino que los fósiles pueden proceder de una época anterior.

Esto implica que “tenemos una historia un poco más antigua de lo que se pensaba”, subraya Esther Martín, quien indica que el mismo problema surge con otros yacimientos de la Macaronesia, pues en Madeira y Azores también se han datado los restos fósiles en función de la edad de las coladas volcánicas y no por el estudio de la asociación faunística de los depósitos, como se ha realizado en esta investigación.

Al respecto, Martín indica que en julio tiene previsto asistir a un congreso internacional en Azores sobre la estratigrafía del Neógeno en el que pretende presentar estos nuevos datos y establecer proyectos de investigación en este ámbito.

En la investigación realizada en yacimientos de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria encontró especies “realmente espectaculares”, entre ellas, una con concha muy pequeña, globosa y muy parecida a una mora que se halló en muy buen estado de conservación. También para la tesis, que dirigieron Carolina Castillo y José Luis Vera, se estudiaron fósiles de micromoluscos utilizando técnicas de microscopía electrónica en la Universidad de La Laguna.

El problema de los yacimientos de Canarias es su mala conservación en general y en el caso de las conchas hay que observar “muchísimas” para encontrar una bien conservada en su morfología externa. Al problema de que los yacimientos son costeros, y por tanto tienen la erosión natural del mar, se suma la acción de los expoliadores.

Además otros yacimientos han quedado “incluidos” en las ciudades, como ocurrió con la formación detrítica de Las Palmas de Gran Canaria, probablemente el más importante de Canarias pero que se encuentra muy fragmentado y del que solo cabe intentar que las autoridades lo conserven como “ese pequeño resquicio que queda de la historia natural de las Islas”.

“Tenemos un patrimonio paleontológico muy importante y tenemos que preservarlo”, advierte la investigadora, quien también confía en que se documente perfectamente y se intente conservar el yacimiento de la cantera de la Esfinge en La Isleta, una de las que alimentan la construcción en el puerto de La Luz y de Las Palmas.